La vida… para muchos de nosotros es tan complicada. Todos tenemos nuestra propia perspectiva de la vida. Ella comienza con amor, demanda amor y siempre busca amor; tan hermoso, tan sencillo, aunque tan difícil de comprender para nosotros.
Arrastrándose dentro del límite de aquellas cuatro paredes, rodeado de papá, mamá y otros miembros de la familia, cuán felices éramos. Cuán entusiasmados solíamos estar viendo las cómicas en TV, recibiendo juguetes, comiendo chocolate, etc.
Con una frontera ampliada en la vida y con más amigos a nuestros alrededor, ¡se supone que deberíamos ser aún más felices! Pero, ¿realmente lo somos?
Antes de que desarrollásemos sistemas de educación, buenos medios de transporte y comunicación, etc., éramos felices. Pero ahora, con todos estos avances, ¿por qué no podemos ser felices?
Tenemos la habilidad y tecnología para alcanzar el espacio exterior… y sin embargo no podemos desarrollar una tecnología para traer una sonrisa al rostro de alguien. Las necesidades y quereres nos impulsan hacia todos estos descubrimientos y nos llevan hacia el lujo. Estos son los mismos quereres que, en un extremo, se convierten en deseos… deseos ilimitados en los que nos ahogamos.
Nos estamos ahogando deseando más amor, más lujo, más comodidad y más éxito.
Hemos acumulado vastos conocimientos aunque fallamos en comprender la sencilla verdad de la vida: la vida es una travesía y tenemos que aceptar todo lo que nos sale al encuentro. La única manera de sonreír es aceptar lo que somos y lo que tenemos… nunca correr y lamentarnos por lo que no tenemos.
S. G. Vaidya, copyright 2009
El pensamiento de hoy, casi un clamor existencialista que me recuerda la angustia de muchos en la década de los setenta en el siglo pasado (el XX), pareciera dar en el blanco para muchos en medio del Occidente. Animados por la cultura que nos rodea, ¡nos hemos lanzado en búsqueda de un sueño colectivo que jamás lograremos alcanzar porque es irreal! Y es que, como bien dice el autor, la vida nos brinda en medio de su evidente complejidad, la oportunidad de ser felices si la sabemos vivir con sencillez, con una actitud agradecida al Señor por quienes somos (en vez de quejarnos por quienes no somos ó por quienes nos hubiera gustado ser) y lo que tenemos (en vez de lamentarnos por lo que no tenemos ó hubiésemos querido tener). No hay sustituto para una vida de genuino contentamiento delante de Dios. Atrevámonos a abrazar ese estilo de vida… que no sólo nos bendecirá a nosotros sino también a todos los que nos rodean. Adelante y que Dios les bendiga.
Raúl Irigoyen
El Pensamiento Del Capellán.
Asi es porque la felicidad no esta en lo que tienes, sino en lo que eres
Gracias por recordarme que devo vivir con mucha humildad y ser agradecido en especial con papi dios
Qué bella reflexión, pero qué difícil es ser agradecido con Dios y aceptar todo lo que nos rodea sin quejarse. Dios les continúe bendiciendo..
Hola hermanos,me gustó lo que leí pero también me gustaría que fuera acompañado con un texto bíblico está escritura es motivo para no dejar de buscar a Dios gracias.
Maravilloso reflexión. Aveces nos olvidamos de la realidad de la vida misma sólo recurrimos a Dios para que nos provea paz, amor y alegría para compartirla con todo el mundo ahora que me encuentro lejos de mi país veo la diferencia por acá todo el mundo de brinda alegría con un saludo y me ha hecho reflexionar cuán importante es dar gracias y una sonrisa. Cada mañana le doy gracias a Dios por un día más para disfrutar de mi familia, de mis amistades que me ofrecen apoyo día a día para continuar con mi fe y esperanza para compartirla. Dios es mi guía, mi pastor. Amén. Gracias por todos los mensajes que me envían.