Cuando era una niña, me llamaba mucho la atención ver a niñas bien lindas.  Un día sentada en el regazo de mi padre, le  pregunté:   ¿Qué hay que hacer para ser bien linda?  Y su respuesta fue: hijita, las niñas más lindas en esta tierra, son aquellas que aman a Dios y le obedecen.

Aquellas palabras nunca las olvido, porque he entendido que la Excelencia en la belleza, no consiste en lo externo.  Aunque no hay que negar que hay muchas mujeres bellas, con un rostro hermoso, cuerpo esbelto, gestos femeninos, formas de hablar muy atinadas y agradables.

Muchas veces esto se logra por prácticas y cuidados hacia sí misma, sin dejar a un lado por supuesto el toque del gran artista que ha creado a la mujer de una forma tan maravillosa.  Hoy quiero que reflexionemos acerca de la Excelencia en la Belleza.  Quiero darte algunos consejos y sugerencias.

Embelleciendo el rostro.
Creo que es necesario que cada día demos una limpieza a nuestro rostro, con un pañito, alguna crema o un jabón facial, y no irnos nunca a la cama con sudor ni maquillaje.

Muchas veces nuestro rostro se ve mustio o cansado, y tengo una recomendación que puede ayudarte en este caso:

En medio litro de agua fría que ha hervido antes, vierta dos hojitas de salvia, 2 hojitas de tomillo, 2 hojitas de hiedra.  Tápelo y deje macerar por 5 a 6 horas.  Empape un algodón con esta loción dando palmadas en el rostro y aplicando la loción.

 

Una receta para las arrugas:

En una taza de agua hirviendo vierta dos hojitas de perejil 2 hojitas de salvia.  Beba esta infusión caliente en ayunas.   El perejil es estimulante y la salvia purifica la sangre.

Hay una crema para este mismo caso que se puede hacer en casa:

Mezclar bien una cucharada de leche fresca y una cucharadita de miel de abejas, aplicar al rostro y esperar que se seque, luego lavar delicadamente con agua corriente..

Para pieles cansadas:

1 cucharada de leche con una yema de huevo.  Después agregue 3 ó 4 gotas de vinagre o limón.  Cuando todo esté bien unido, extienda la mezcla en la cara y cuello.  Déjela unos minutos hasta que seque y luego enjuague.

Ahora te menciono un líquido facial:

Partes iguales: agua y vinagre.  Agregue unas hojas de menta y poner al fuego hasta que hierva.  Bájelo y deje reposar sin tapar por 3 días.  Cuélelo y ponga en un frasco.

Para preparar una loción astringente:

Disuelva ½ taza de alumbre en ½ taza de agua.  Añada 6 gotas de mentol y ½ taza de colonia.  Ponga todo en un frasco y aplíquelo a la piel con un algodón.  Contribuye a cerrar los poros y a poner la piel firme.

Estos han sido algunos secretos de belleza para tu rostro pero tengo un secreto aún mayor que da maravillosos resultados.

“El corazón alegre hermosea el rostro, más por el dolor del corazón el espíritu se abate”. Prov. 15:13.  ¿Cómo está tu corazón?  ¿Hay gozo, alegría, satisfacción?  O por el contrario ¿tienes resentimientos, quejas, críticas, enojos, griterías, envidias, soledad, ansiedad, tristeza?

Recuerda: Para demostrar un rostro bello, necesitas sentirte feliz, y solo hay un camino para lograrlo: Tener a Cristo en tu corazón y dejar que el Espíritu Santo gobierne tu vida y moldee tu carácter.

A pesar de los contratiempos que puedas experimentar en la vida, si tienes la paz de Cristo que sobrepasa todo entendimiento, tu rostro transmitirá esa paz que nada ni nadie te la puede dar, sólo aquel quien te creó y te trajo a este mundo con un propósito.  Tú decides si embelleces tu rostro ahora mismo.

Has un alto en lo que estás haciendo y reflexiona sobre esto y habla con Dios, pidiendo Su ayuda y perdón y tu rostro comenzará a brillar.  Y luego mantén una disciplina de pasar tiempo a solas con él cada día, y decide perdonar a aquellos que te han herido y sirve a los demás con alegría, sabiendo que Dios dice: Todo lo que hagáis, hacedlo como para Dios y no para los hombres”

Dios te bendiga,

Tu hermana y amiga,

Alva Vargas de Contreras.

www.alvadecontreras.com