Hace varios años, un vendedor de globos vendía su producto en las calles de Nueva York.
Cuando el negocio bajaba, soltaba un globo, al flotar en el aire, se reunía una nueva multitud de compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero uno blanco, luego uno rojo y después uno amarillo. Al cabo de un tiempo, un pequeño niño negro le jaló la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le preguntó:
“Señor, si suelta un globo negro, ¿subiría?
El vendedor de globos miró al pequeño y con compasión, sabiduría y comprensión le dijo:
“Hijo, lo que los hace subir es lo que está adentro de ellos”
Ciertamente el niño tuvo la fortuna de encontrar a una persona que veía no solo con sus ojos. La persona que puede ver con el corazón, también puede alcanzar a tocar el espíritu dentro de otro ser humano y revelar lo bueno que hay en su interior.
El vendedor de globos tenía razón:
LO QUE ESTÁ DENTRO DE TI, ES LO QUE TE HARÁ SUBIR.
“Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos” PROVERBIOS 23:26.
“Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” Gálatas 2:20.