Salmo 23:1. “El Señor es mi pastor”.
Es bueno saber, de modo tan cierto como sabía David, que pertenecemos al Señor. Hay una noble nota de confianza en esta frase. No hay un «si» ni un «pero», ni tampoco un «espero»; sino que dice: «El Señor es mi pastor.»
Hemos de cultivar el espíritu de dependencia confiada en nuestro Padre Celestial.
La palabra más dulce de todas ellas es el monosílabo «mi». No dice: «El Señor es el pastor del mundo en general, y guía a la multitud de su rebaño», sino: «Dios es mi pastor»; aunque no fuera el pastor de nadie más, es, con todo, mi pastor; me cuida, me vigila y me guarda.
Las palabras están en tiempo presente. Sea cual sea la posición del creyente, ahora está bajo el cuidado pastoral del Señor.
El enemigo trata, al parecer, suavemente, para poder atraerte al pecado, pero al fin se portará de modo amargo. Cristo, verdaderamente, parece áspero, para mantenerte alejado del pecado, poniendo setos de espinos a la vera de tu camino. Pero El será realmente dulce si entras en su rebaño, incluso a pesar de tus pecados.
Es posible que ahora el enemigo te sonría de modo placentero mientras estás en pecado; pero tú sabes que será duro contigo al final.
El que canta como una sirena ahora va a devorar como un león al final. Él te atormentará y te afligirá y será amargo para ti.
Ven, pues, a Jesucristo; deja que Él sea ahora el pastor de tu alma. Y sabe que El será dulce al procurar guardarte del pecado antes que lo cometas.
Oh, que este pensamiento de que Jesucristo es dulce en su trato con todos sus miembros, con su rebaño, especialmente con los que pecaron persuada los corazones de algunos pecadores a que entren en su aprisco.
Noto que algunas ovejas del rebaño se mantienen cerca del pastor y le siguen adondequiera que vaya, sin la menor vacilación, mientras que otras van por su cuenta, de un lado a otro, o se detienen detrás; y él con frecuencia se vuelve y las regaña con un grito áspero y agudo, o les echa una o dos piedras. Vi que un pastor dejó a una coja. No es ésta la forma en que se comporta el buen pastor.
Y cuando vienen el salteador y el ladrón (y vienen de veras) el pastor fiel con frecuencia pone su vida en defensa de su rebaño. He visto más de un caso en que el pastor ha dejado literalmente la vida en un conflicto.
Un pobre pastor fiel, la última primavera, entre Tiberias y Tabor, en vez de huir, hizo frente a tres beduinos que fueron a robarle y le descuartizaron y le dejaron muerto entre las ovejas que defendía.
Algunas ovejas se mantienen cerca del pastor y son sus predilectas. Cada una de ellas tiene un nombre al cual responde alegremente, y el bondadoso pastor les distribuye porciones escogidas que recoge con este propósito.
Hay las contentas y satisfechas. No corren el peligro de perderse o verse en dificultades, sea por animales salvajes o ladrones que se lancen sobre ellas.
El gran cuerpo del rebaño, sin embargo, o sea los que son meramente «mundanos», intentan solamente conseguir sus placeres o intereses egoístas. Corren de arbusto en arbusto, buscando variedad en sus pastos, y sólo de vez en cuando levantan la cabeza para ver dónde está el pastor, o bien dónde está el rebaño en general, a menos que se descarríen por alejarse demasiado, de modo que se procuran una reprensión de su cuidador por haberse hecho notar de esta manera.
Otras, también, están inquietas y descontentas, y saltan a los campos cercanos, se encaraman en los arbustos y aun en los árboles inclinados, de donde caen y se rompen una pata. Estas dan al pastor incesantes preocupaciones. Se la oveja sumisa y dulce que disfruta de su dulce Pastor.
Charles Spurgeon.
Escrito en 1861.
1 El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará. 2 En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. 3 El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. 5 Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por largos días.
Así como el Rey David tenía la asoluta certeza de que Jehová era su pastor,también todo el que ha tenido un encuentro personal Cristo y que ha experimentado el nuevo nacimiento espiritual,está completamente seguro,que Dios es su Pastor,el cual provee comida abundante,para poder crecer fuertes y saludables.Dios conoce sus ovejas,cuando les habla y le siguen,porque también hay algunas ovejas que no obstante que el Señor les habla,tienen sus oidos y sus ojos cerrados,porque les encanta comer comida que no pertence a los prados del Señor,entonces estas ovejas se vuelven rebeldes y sino se arrepienten,pueden terminar intoxicándose por comer pastos contaminados,que incluso pueden acabar con su vida.El diablo, enemigo de Dios y de su rebaño siempre está dispuesto a querer robarse las ovejas,pero el Señor es celoso de
su rebaño y se mantiene en alerta permanente.Si somos ovejas dóciles,obedientes de permanecer siempre bajo su protección y de comer la comida preparada por el Señor,facilitaremos el trabajo de nuestro Pastor,no daremos lugar a que el diablo nos induzca con engaños a salir del redil y comer otra clase comida.Tenemos que apreciar y valorar el trabajo que hizó Cristo por nosotros y continúa haciendolo por amor de nuestras almas.Dios no comparte su gloria con nadie que se alimenta de los pastos contaminados del mundo.Por eso Cristo dijo:”No améis al mundo,ni las cosas que están en el mundo.Si alguno ama al mundo,el amor del Padre no esta en él.Porque todo lo que hay en el mundo,los deseos de la carne,los deseos de los ojos,y la vanagloria de la vida,no proviene del Padre,sino del mundo”(1 Juan 1:15-16).
Hermanos en el Señor Jesucristo, cordial saludo.El señor Jesús El Cristo, el verdadero y único Pastor de las almas que han venido a El, (el Señor es mi Pastor; pero el pastor – el de la iglesia – no es mi señor, como a veces pasa, inconcebible), como Pastor el Señor es mi proveedor, tierno, sacrificado, resucitado, acogiendo a los descarriados, coronando a los justos, como guardián del rebaño, nos afirma; nos guarda del mal, por medio del poder de Dios mediante la fe, nos guarda sin caída (nos perdona) y nos presenta sin mancha delante de Su gloria, es el único Dios sabio, Salvador, a El sea dada la majestad y el reconocimiento por siempre. Exitos . Bogotá, Colombia.
gracias por estas reflexiones que me llenan de una manera especiasl
Como oveja descarriada anduve pero el Pastor JEHOVA, me llamo y ahora conozco su voz, y siempre estaré pendiente de no tomar camino equivocado. Esto lo hare con la ayuda de JESUS y del Espiritú Santo. Agradezco sus envios porque estoy alimentandome de delicados pastos Dios los bendiga