Toda la naturaleza necesita servir, no tiene opciones.  Somos seres humanos y se nos ha dado a escoger entre servir ó no servir.  Los árboles necesitan exhalar para que nosotros podamos inhalar; cuando nosotros exhalamos, los árboles inhalan.

El verdadero dador es siempre el receptor de gozo.  Uno puede intercambiar gozo por más cosas que las que pudiéramos intercambiar dinero.  Lo que más queremos, nos quiere.  Enfoquémonos en dar de nosotros mismos, en perdonar y en vivir agradecidos; no tendremos que buscar felicidad, ella nos buscará a nosotros.

Cuando no tenemos suficiente gozo en nuestra vida, pudiese ser una manera equivocada de pensar.  Todos quieren recibir.  Algunas veces nos sentimos cansados de dar pero no estamos cansados de dar, sino de la manera en que nos sentimos sobre servir.  Podemos cambiar la manera en que nos sentimos; tenemos el poder para escoger cómo sentirnos.

Me encanta ir a un restaurante y practicar servir al mesero.  ¡Es una actitud!  Si el servicio es muy malo, yo pudiera decirle al mesero: “Si me consientes, ¡voy a tener que seguir regresando!”  Se ríen y comienzan a consentirme más.

Matémoslos con bondad.  Mi madre solía decirme eso cuando alguien se aprovechaba de mí.  La palabra política significa influenciar y nosotros somos políticos.  Cuando alguien nos importuna, matémoslo con bondad.  Eventualmente influiremos en ellos para que se parezcan a nosotros.  Ciertamente no deseamos que ellos influyan en nosotros para que seamos como ellos.  Tenemos la opción de servir ó no servir.

Antes de casarme, mi amiga hablaba sobre el dinero.  Después de un tiempo de habernos casado, ella descubrió que yo no tenía dinero.  Le pregunté si se había casado conmigo por mi dinero.  Ella contestó: “¿Qué dinero?  Tú no tienes ninguno”.  Le riposté: “¿Por qué te casaste conmigo?”

Ella dijo: “Una de las razones por la que me casé contigo es debido a que tienes el potencial de hacer dinero.  Tienes expectativas de servir a los demás”.

Nuestro potencial está ubicado en nuestras expectativas de este momento.  Nuestras expectativas se centran en cómo nos vemos a nosotros mismos.  La única manera de vernos es creer lo suficiente en nosotros mismos.  Cuando lo hacemos, nos veremos como personas que aman dar (servir).  El verdadero dador es siempre quien recibe y lo que más queremos, ¡nos quiere!

Perdonar significa soltar y no olvidar.  Si olvidamos, no habremos aprendido nada.  Si no estoy agradecido por lo que tengo, no lo estaré si recibo más.  Practiquemos la actitud de gratitud.  ¿Cómo pudiera servir a la humanidad con humildad?  ¿Qué puedo hacer ahora mismo?

Mike Marino, Jr., copyright 2011
Fuente: www.motivateus.com

La reflexión de hoy me encantó porque creo que le atina de manera muy creativa a la actitud que necesitamos desarrollar si habremos de disfrutar la vida abundante que nos ha sido prometida por el Señor.  Y es que Dios nos rodea de todas las oportunidades necesarias para disfrutarla pero, al ejercitar la actitud equivocada, fallamos no sólo en percibirla sino que continuamente nos encontramos insatisfechos.  La clave está en el servicio.

Dios nos creó y nos salvó para servir…primeramente a Él y, en consecuencia de tal servicio, servir a nuestro prójimo y nuestras comunidades.  No fuimos creados como islas para satisfacernos a nosotros mismos…aquello nos traerá miseria y poco gozo.  Pero cuando servimos a los demás, descubriremos que la vida vale la pena vivirla independientemente de las circunstancias que nos rodeen.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán