“A ti daré la tierra de Canaán , porción de tu heredad”.  I Corintios 16:18

 

Hoy pienso y reflexiono las veces que he mostrado una imagen mediocre y triste.  Mi pequeña y escaza fe y mis grandes y abundantes problemas algunas veces me han llevado a preguntarme si detras de una no muy comoda providencia el Señor esconde un rostro no muy satisfecho conmigo.

Miro las masivas fuerzas que me rodean, enfermedad, preocupación, accidentes, muerte y conflictos y entonces experimento una gran sencación de inferioridad.  A menudo me siento acobardado, temeroso y angustiado.  Sin embargo , cuando me siento así, el Señor me muestra la porción que tiene para mi.  Hoy quiero ver esa porción .  A ti te daré tierra de Canaán, porción de tu heredad.

La porción que hoy recibo del Señor es una muestra que me asegura que todo lo que recibo hoy está permitido por la mano del Señor, si es dulce o amargo, frio o caliente, dulce o desagradable, todo eso está con el permiso de Dios para el cumplimiento de sus propósitos eternos en mi vida.  Yo no puedo perder lo que él me ha prometido.  Ni un solo átomo me será negado.

La porción de Dios para mi vida está cuidadosamente medida y guardada por Dios.  Algunas veces yo he arruinado cosas por forzar mi propia porción.  Sin embargo, el Señor ha sido paciente conmigo.  Si yo insisto en darle forma a mi propia porción por mi fuerte egoismo, Dios no compite conmigo.

Él me deja tomar mi propio camino hasta que yo aprenda la lección más amarga.  La porción del Señor a veces puede ser amarga pero en ultima instancia me guía a la más grande dulzura.

Hoy dejaré al Señor escoger mi propia porción, de otra manera, si yo escojo mi propia porción esto producirá cansancio, frustración, caida y lágrimas.  Cuando el Señor escoge mi porción en  ella siempre encuentro victoria y paz interna.  Hoy, se que la porción del Señor jamás producirá en mi frustración y  amargura más plenitud y satisfacción.

Señor,  Gracias porque tú escoges la porción para mi vida en este día.  Hoy , no quiero escoger mi propia porción, porque no estoy capacitado para mirar más allá de tus planes.  Hoy, quiero dejar en tus manos la alternativa de escoger mi porción.  Cuando tu escoges mi porción, la satisfacción es plena, no hay frustración y vacío, más la sensación de paz y alegría.

Hoy quiero caminar confiado por el sendero de la vida sabiendo que toda mi vida está en tus manos y que nada ni nadie podrá frustar tus propósitos para mi existencia.  Gracias Señor por la porción de este día. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.
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