No debo aferrarme al pasado por que entonces mi vida no podrá ver con claridad el hoy y no debo habitar sólo en el futuro porque yo no se que es lo que Dios ha preparado para mi. Querer habitar en el futuro solamente es una fantasía y la fantasía no es una realidad, pero el presente es real, vivo, activo e importante. Ignorar y perder el propósito de Dios para mi hoy es inutilizar mi futuro tanto como neutralizar las lecciones benéficas del pasado. Serafín Contreras G.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13,14.