“La tecnología está llevando a la raza humana a un imprudente viaje a ningún lado”. –Ted Kaczynki, también conocido como el Unabomber

“

Se ha vuelto espantosamente claro que nuestra tecnología ha rebasado nuestra humanidad”. –Albert Einstein

Todo está mal, para mí estos momentos son insoportables.  Hemos perdido la mayor parte de nuestra auto valía; hablar de corazón a corazón ya no podemos.

 Antes solíamos perdernos en los libros… podíamos perdernos en nuestras imaginaciones.  Ahora nos atrincheramos en “Facebook”, las hebras perdidas de nuestra propia manufactura.

 Esta es otra generación, una que está perdida.

Hemos llegado a ser fragmentos de lo que solíamos ser, incapaces ya de manejarnos a nosotros mismos y en el camino equivocado para cuestionarnos el por qué. 

¿Cuándo o dónde perdimos el camino?  Nos quedamos contemplando la pantalla de nuestro teléfono móvil, perdidos en el momento, sin vivir el presente, tan solo perdidos en nuestro tormento.

Perdidos, tan perdidos y esperando ser necesitados, apreciados, o quizá amados. 

Buscamos hablar a través de nuestros aparatos, ya no más cara a cara; ahora nos escondemos en el ciberespacio en donde creemos que está toda la verdad.

 La tecnología parece gobernar esta tierra; nos escondemos debajo de nuestro pellejo, anhelando que otro se desvista… que desvista el espíritu honesto que yace dentro.

 Todo está mal… ¿dónde se ha ido nuestra compasión?  Perdidos, tan perdidos y siempre buscando hallar un lugar al que pertenecer.

Miles Patrick Yohnke,

copyright 2009

Fuente: www.motivateus.com

El pensamiento de hoy refleja la profunda insatisfacción de quien puede percibir algo extraño e intrínsecamente erróneo en el estilo de vida que la mayoría de nuestra gente en el moderno Occidente pareciera abrazar.  No es ya extraño ver personas que se mueven por las calles, oprimiendo teclas del teléfono móvil… aún mientras conducen sus autos.  Ya ni siquiera produce risa el que varios amigos se reúnan para comer juntos y disfrutar el uno del otro por un rato y sin embargo, ¡observarlos invertir más del 80% de su tiempo “juntos” tecleando mensajes en su teléfono móvil!

Para muchos las redes sociales son su nuevo universo de relaciones.  El problema es que eso nos aleja más y más de la sensibilidad que como seres humanos fuimos creados para exhibir y desarrollar.  Una red social jamás podrá tocarnos ni abrazarnos, ni realmente hablarnos de corazón a corazón… lo que implica no sólo palabras sino el lenguaje corporal, etc. 
Pero en medio de tan vertiginosos cambios sociales, todavía sigue siendo cierto que Dios nos ama y nos ofrece el único camino para percibir y vivir de acuerdo a la verdadera realidad, la que tiene ancla en la eternidad.

Atrevámonos a compartir esa esperanza con un mundo cada vez más incomunicados a pesar de sus aparatitos.  Adelante y que el Señor les continúe bendiciendo.

Raúl Irigoyen.
El Pensamiento Del Capellán.