Probablemente mi estimado lector, sea usted una persona que ya había adquirido los conocimientos antes mencionados, y es una persona hábil para construir visiones y planos mentales que describen detalladamente lo que usted desea hacer y lograr en su vida. Puede ser que ya haya comprendido que no es una oración mágica y caprichosa la que cambiará su realidad, que es necesario comprometerse con la visión llevando a cabo la comisión impuesta por esta.
Quizás ya no hace en sus oraciones descripciones lastimeras de su situación, y ha aprendido a declarar su victoria y el poder de Cristo en su vida. Pero, a pesar de todo esto, usted diga: “Aún así, todavía no puedo concretar mis sueños”. La razón por la que muchos, a pesar de haber entendido varios de los aspectos antes descriptos, no alcanzan sus sueños es porque estos sueños no están alineados con la voluntad de Dios. Dice:

•    1Juan 5:14,15 “Y esta es la confianza que tenemos en él,  que si pedimos alguna cosa conforme a  su voluntad,  él nos oye”.  “Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,  sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.

Si hemos de pedir algo al Señor, debe ser algo que esté a nuestra disposición en la voluntad de Dios. Nos podemos pasar la vida orando, podrán salir cayos en nuestras rodillas pidiendo algo fuera de su voluntad y eso nunca llegará de la presencia de Dios a nuestras vidas.
La Palabra de Dios en Santiago 4:2 dice: “Codiciáis,  y no tenéis;  matáis y ardéis de envidia,  y no podéis alcanzar;  combatís y lucháis,  pero no tenéis lo que deseáis,  porque no pedís”.
¿No le ha ocurrido que ha deseado fuertemente algo y nunca lo pudo alcanzar y  lucha y hasta  combate  por lo que desea, pero nunca lo obtiene? es sencillamente por una razón: No ha pedido. Quizás usted me responda: Esta usted equivocado, porque yo llevo años pidiendo, pero no he tenido respuesta. Déjeme decirle, mi estimado lector, que usted sí ha recibido una respuesta de parte de Dios y la respuesta es NO. Por nuestro propio bien, Dios muchas veces nos da respuestas negativas a nuestras oraciones incorrectamente  motivadas y el por qué esta en el versículo siguiente:
•    Santiago 4:3  “Pedís,  y no recibís,  porque pedís mal,  para gastar en vuestros deleites”.
Es decir, pedimos cosas que no están alineadas con la voluntad de Dios. ¿Cómo podremos conocer entonces lo que esta dispuesto para nosotros según su voluntad? Conociendo su palabra es que conocemos su voluntad. Si queremos conocer lo que está dispuesto para nosotros en su  voluntad, es necesario conocer su palabra. En ella está representado todo lo que esta disponible para los hijos de Dios.
•    Juan 15:7 dice: “Si permanecéis en mí,  y mis palabras (mi voluntad) permanecen en vosotros,  pedid todo lo que queréis,  y os será hecho”.
•    (Versión Biblia Lenguaje Sencillo) “Si ustedes siguen unidos a mí y obedecen todo lo que les he enseñado(es decir: vivir alineados con su voluntad), mi Padre les dará todo lo que pidan”.
Para poder conectarnos con los recursos de la gloria de Dios en Cristo Jesús,  y la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,  según la operación del poder de su fuerza, (Efesios 1:19); debemos conocer antes que nada, qué es lo que está, y lo que no está disponible de parte de Dios para nosotros.

Lo que está disponible es lo que Dios nos ha prometido, y lo que Él promete permanece inmutable en la eternidad. Además, sus promesas son para todo aquel que cree. Dios no hace acepción de personas. Él no hace diferencias con sus hijos, las promesas son universales y constantes.
Vamos a analizar algunos ejemplos de lo que sí esta disponible:

•    3 Juan 2 nos dice lo que Dios desea para nosotros:
“Amado,  yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas,  y que  tengas     salud,  así como prospera tu alma”.

Está en la disposición (voluntad) de Dios que sus hijos sean prósperos. Esto es algo por lo que yo sí puedo orar y trabajar para conseguirlo, porque sé que es su voluntad.  Este deseo incluye que tengamos salud. Entonces, cuando estoy siendo atacado por enfermedades, puedo orar confiadamente pidiendo salud, porque sé que está disponible en su voluntad. Dios no quiere que sus hijos anden llenos de frustraciones, miedos, ni ansiedades. Esto no glorifica su nombre.
Un texto que reafirma este concepto es:
•    Filipenses 4:19 dice: “Mi Dios,  pues,  suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.
La voluntad de Dios es brindarnos todo lo que nos falta para suplir nuestras necesidades. No dice: “lo que sea el objeto o deseo de vuestra avaricia”. Entonces, si dice que Dios suple nuestras necesidades conforme a las riquezas en gloria es porque esta provisión, está dispuesta para nosotros y podemos tomarnos de esa promesa y reclamarla en oración.
Este texto de Filipenses dice que Dios suple todo lo que nos falta. Vale la pena detenernos un momento en este concepto, para desarrollarlo un poco más. Si hay algo que falta, entonces, lo que hay es una necesidad. Por lo tanto, cuando Dios provee, lo hace para nuestras necesidades. Cabe aquí detenernos y formular esta pregunta: ¿sabe usted cuáles son sus necesidades?
¿Qué necesita usted para vivir realmente?
Estoy preguntando acerca de las necesidades reales, constantes y vitales, no me refiero a las necesidades creadas detrás de un objetivo de mercado. Para darle un ejemplo de esto, me voy a referir un poco a la historia del desodorante, quizás la conozca. Imagine por favor por un momento una sociedad que no utiliza desodorante.

Si ya la imaginó, estoy casi seguro de que, cuando lo hizo, frunció la nariz o algún gesto de desagrado se manifestó en su rostro… ¿no es así? Muy bien, ahora déjeme decirle que lejos quedaron los tiempos en que un amante como Napoleón podía escribirle a Josefina: “Estaré allí en tres días, por favor no te laves…..”. Para las odorófobas sociedades contemporáneas los efluvios estimulantes de la vida amorosa (no se escandalice por favor, es parte de nuestra naturaleza) ya no provienen del cuerpo sino, de los laboratorios de las empresas multinacionales de cosméticos.
Durante el siglo XX una de las esferas más reveladoras del proceso de civilización fue la obsesión por suprimir los olores corporales asociados a la animalidad.
En esta empresa el desodorante desempeñó un rol fundamental: fabricado por primera vez a fines del siglo pasado (1900) en los Estados Unidos en base a una mezcla de sulfato de potasio y aluminio. Tras la segunda guerra mundial, su uso se generalizó prácticamente en todos los países occidentales hasta abarcar una gama de variedades que parece no tener fin: desodorantes para las axilas, para los pies, para la higiene íntima, para el aliento, para desinfectar y aromatizar el aire, para la ropa, para el cabello, para borrar los efluvios del animal doméstico, etc. Etc.
Al fin y al cabo, el desodorante terminó imponiéndose como una necesidad, pero las estrategias de marketing tuvieron que trabajar durante casi 50 años para posicionarlo en una sociedad que milenariamente nunca lo había utilizado. Eso es implantar una necesidad en el mercado. Si no, dígame usted, cuántos días se atrevería a andar en el medio social que frecuenta sin desodorante.
La historia del desodorante fue una de las batallas mas duras que tuvo que enfrentar el marketing, pero al fin lo logró. En cambio,  hoy en día, las estrategias de mercado (marketing) nos bombardean a través de los medios de comunicación, revistas, diarios, televisión, radio, internet y demás. Se lleva a cabo una guerra permanente de estrategias de posicionamiento de marcas, de estrategias de persuasión al consumo de determinado producto, y esta es la razón por la que mucha gente vive afligida por no “poder satisfacer todas sus necesidades”, que le son presentadas como necesidades infinitas. Así, siempre está apareciendo una nueva necesidad.

Ni qué decir de la tecnología, el teléfono celular que adquirió hace un año como un chiche de última generación, y que se los mostraba a todos sus amigos como su última gran adquisición; hoy ya no lo quiere sacar del bolsillo cuando le llaman, para no recibir las burlas de sus amigos, que muy orondos exhiben sus aparatos de punta comprados hace unos días.
No es de estas necesidades triviales inventadas por el marketing de las que habla la Palabra de Dios, sino de necesidades reales, constantes y vitales. Se ha descubierto mediante estudios sociológicos, psicológicos sociales, antropológicos y otras especialidades profesionales, lo que se ha denominado Desarrollo a Escala Humana. Uno de sus principales exponentes es Manfred Max-Neef, él dice que: Las necesidades humanas fundamentales son pocas, delimitadas y clasificables.

Las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.
Estas necesidades son:
•    Subsistencia = Alimento
•    Protección = Abrigo, seguridad, vivienda
•    Afecto = amor, comunicación
•    Entendimiento = conocimiento
•    Participación = ser parte de algo
•    Ocio = descanso, recreación
•    Creación = Producción original
•    Identidad = semejante o igual a qué, o qué
•    Libertad = no esclavitud

Estas son las necesidades humanas fundamentales, son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos.
Todas estas son las necesidades humanas científicamente comprobadas, aceptadas inclusive por el Plan de Desarrollo Humano llevado adelante por la Organización de las Naciones Unidas, la ONU. Hay una décima necesidad que aún no ha sido consensuada por los países participantes; ésta es la trascendencia.  No ha podido ser consensuada porque cada país tiene conceptos diferentes respecto de ésta. Los países dominados por la filosofía del materialismo, piensan que la trascendencia es aquí en la Tierra, en el escenario presente donde debe llevarse a cabo. En cambio, países culturalmente religiosos opinan que la trascendencia entra en el plano de la vida después de la muerte.
Lo que quiero rescatar de este comentario es que, todas estas necesidades (aun la trascendencia) nosotros, los hijos de Dios, las tenemos absolutamente suplidas en Cristo Jesús. Note usted que ocho de las diez son intangibles, están más relacionadas con lo psicológico y/o espiritual, que con lo somático o corporal y material. Es importante poder comprender esto para no vivir engañados corriendo tras aquellas cosas que no son vitalmente importantes.

Ahora veamos 2 corintios 9:8
♣    Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia,  a fin de que,  teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,  abundéis para toda buena obra;
♣    La versión Lenguaje Sencillo dice: Dios puede darles muchas cosas, a fin de que tengan todo lo necesario, y aun les sobre. Así podrán hacer algo en favor de otros.

Cuando un cristiano dice que tiene problemas financieros, en realidad (lea bien esto por favor, ponga toda su atención) no tiene un problema financiero, tiene un problema de fe. Si no hay fe, no hay visión, si no hay visión, no hay claridad de los recursos que están disponibles en Dios para él. Dice: Deut. 8:18  “Sino acuérdate de  tu Dios,  porque Él te da el poder para hacer las riquezas,  a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres,  como en este día”.
¿De qué pacto esta hablando? Pues, del pacto que hizo Dios con sus padres. ¿Sobre qué padres Dios fue confirmando este pacto? Sobre Jacob, sobre Isaac y, en principio, sobre Abraham. Sí, claro, dirá alguien, pero este pacto era para el antiguo testamento y sus contemporáneos. Pues, éste alguien, seguramente no ha podido concretar sus sueños en Dios porque precisamente desconoce lo que está disponible para él. Lea con atención Hebreos 6:13-17:
•    Hebreos 6:13-18  Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham,  no pudiendo jurar por otro mayor,  juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia,  alcanzó la promesa.  Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos,  y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.  Por lo cual,  queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa (usted y yo) la inmutabilidad de su consejo,  interpuso juramento;  para que por dos cosas inmutables,  en las cuales es imposible que Dios mienta,  tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
Mi querido lector, esto está en el nuevo testamento y explica claramente lo que se encuentra disponible para usted y para mí: la bendición de abundancia y multiplicación. No debemos esclavizarnos a una interpretación privada y equivocada de la Biblia.  Antes dispóngase a recibir todo lo que la Palabra de Dios ha puesto con total liberalidad a su disposición, y siempre dé gracias.

Hágalo, aunque al principio no entienda, porque ésta es la voluntad de Dios y el Señor lo toma como un acto de fe y obediencia. Porque el hecho en sí mismo de dar gracias, está dando por sentado que estamos creyendo que Dios ya ha tomado el control de todas las cosas y nos bendecirá sacándonos del horno de fuego. Dice:
•    Efesios 4:6 (DHH) No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.
•    1Tesalonicenses 5:18  Dad gracias en todo,  porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

La pregunta es: ¿Podemos entonces tener todo lo suficiente en todas las cosas?  Claro que sí, pues esa es la voluntad perfecta de Dios, es algo que está disponible, y no sólo lo que necesita, sino que además, nos sobre para abundar en toda buena obra ayudando a quienes lo necesiten. Dios nos enriquece para compartir, no para amontonar con avaricia.
Otra promesa de Dios se encuentra en Romanos 8:37:
•    Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Si es que vamos ser más que vencedores, esto tiene que ser posible, y es posible porque está disponible en la voluntad de Dios. ¿Cómo podríamos ser más que vencedores si esto no estuviera disponible? El significado de disponible es: Según el Diccionario de la Real Academia Española: adj. Dicho de una cosa. Que se puede disponer libremente de ella o que está lista para usarse o utilizarse.
Es por eso que el autor del libro de los Hebreos dice: Acerquémonos,  pues,  confiadamente al trono de la gracia,  para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (Heb.4:16)
¿Podría un pecador como yo, ser lleno de la plenitud de Dios?  Claro que no, si no estuviera dispuesto en la voluntad de Dios, pero la Palabra de Dios dice en Efesios 3:17-19:
•    Efesios. 3:17-19 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones,  a fin de que,  arraigados y cimentados en amor,  seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,  la longitud,  la profundidad y la altura,  y de conocer el amor de Cristo,  que excede a todo conocimiento,  para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Esto sería absolutamente imposible si no estuviera dispuesto en la voluntad de Dios. Pero, como está disponible, sí puedo ser lleno de la plenitud de Dios. Y el infierno tiembla cuando usted comprende estos principios. Es imposible entonces aplicar los principios de la Palabra de Dios y saber lo que Dios quiere para su vida si desconoce sus promesas y su voluntad, es decir, SU PALABRA.
Volvamos al comienzo, y relacionémoslo con esto último. Dijimos que todos los grandes logros de los hombres de Dios, los ejecutaron mediante la fe, pero ¿cómo llega la fe de Dios a nuestras vidas? Romanos 10:17 dice: Así que la fe es por el oír,  y el oír,  por la palabra de Dios.
Entonces, por el oír la Palabra de Dios viene la fe a nuestros corazones y el conocimiento de su voluntad. Pero, recordemos lo que dijimos en las primeras páginas de este libro, no es sólo oír y luego soñar quedándonos de brazos cruzados, pues, la fe, involucra obediencia y acción; como lo expresa Romanos 2:13.  “porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios,  sino los hacedores de la ley serán justificados”.
Mi estimado amigo lector, es importante entonces que usted pase por el tamiz o filtro de la Palabra, todos sus sueños, sus visiones de su futuro, sus anhelos y proyectos a fin de verificar que los mismos estén alineados con la voluntad de Dios. Es decir, lo que Él tiene disponible para usted. Es necesario indagar en la Palabra de Dios y escudriñarla en profundidad, pues en ella (dijo Jesús) está la vida. Si el Señor Jesús dijo que en ella está la vida, esto es absolutamente cierto. Si usted quiere vida y vida en abundancia, vida plena, vida de calidad; vuélvase entonces a la Palabra de Dios.
Porque sencillamente en Cristo: ¡SE PUEDE!

Hasta Pronto.
Su hermano y amigo
Maximiliano Contreras
Autor del e-book. Se Puede.
www.milibrogratis.blogspot.com
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