Jesús dijo: Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; por que sino me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviare, y cuando el venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Juan.16.7, 8

Antes de venir a Cristo, recuerdo haber tenido un estilo de vida con muchos  altos y bajos, es decir una vida muy inestable, lo cual me llevaba a cometer muchos errores y pecados constantemente y pienso en ese tiempo en el que estaba llena de mucha confusión, ya que vivía guiada por los patrones de conducta que había aprendido en este mundo para sobrevivir.

Por ejemplo recuerdo que a causa de que me gustaba ingerir bebidas alcohólicas,  en las cuales había encontrado una forma de escapar a mi realidad, en muchas ocasiones tomaba mucho mas de lo debido, lo que me provocaba al día siguiente una gran depresión y muchos remordimientos, ya que dentro de mi corazón yo sabía que lo que estaba haciendo no era bueno, cada vez que me veía al espejo me decía a mi misma, “se acabó, no continuaré con esta situación, voy a cambiar… voy a dejar de tomar”…pero en cuanto se me presentaba la oportunidad volvía a hacerlo y así continúe por mas de veinte largos años.

Por lo tanto yo se perfectamente, la diferencia entre remordimiento y arrepentimiento y también se, que solo el Espíritu de Dios, pudo traer esa convicción y arrepentimiento de pecado a mi vida. Permíteme darte los significados de estas dos palabras, y quizás esto te ayude a tener una mayor claridad en cuanto lo que tú mismo puedas estar experimentando.

Arrepentimiento: Corregirse de una opinión o actitud, caminar hacia delante dejando el pasado atrás, pensar diferente, reconsiderar, revertir. Es decir que cuando te arrepientes del mal que puedas haber cometido, lo confiesas delante del Señor, y cambias la manera de actuar.

Prov.28.13 dice que el que encubre sus pecados no prosperara; Más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia….

Dos condiciones para alcanzar la misericordia de Dios, confesar y apartarse, es decir no persistir más en el pecado.

Remordimiento: Morder reiteradamente, constantemente, se siente mal, pero vuelve repetidas veces a cometer el mismo pecado o falta. Peor aún, Practica el pecado.

1ª. Juan 3.9 dice, Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en el; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

No que los hijos de Dios no volveremos a pecar, pero, jamás podríamos seguir practicando las mismas inmundicias que aprendimos en el mundo.

Practicar el pecado: usar o ejercer, continuamente una cosa.

Cuando tu tratas de cambiar por ti mismo, vives lleno de frustración, de culpa y de amargura, porque es imposible para el hombre cambiar por medio de sus propias fuerzas, quizás cierres una puerta de escape, como por ejemplo una adicción al alcohol, drogas, sexo, homosexualidad, etc. pero terminarás abriendo otra, porque el cerrar una puerta no es la solución a tus vacíos, a tu soledad o a esos complejos o traumas de tu infanc, situaciones por las cuales has terminado llevando ese estilo de vida, además el cambio que podemos generar con nuestra propias fuerzas es superficial, quizás en el exterior o solamente temporal… ¿sabes por qué?

Por que esta es una obra que solo el Espíritu Santo puede realizar,  eso es parte de su trabajo aquí en la tierra, convencer al mundo de pecado, para luego traerlos a los pies de Jesucristo, solamente Él puede hacer esa obra extraña dentro de nosotros, solo el puede producir ese dolor profundo que viene cuando nuestros ojos espirituales son abiertos y podemos ver cuanto daño, cuanto dolor hemos generado a otros y a nosotros mismos a causa del pecado dentro de nuestro corazón.

Pedro dijo en Hechos. 3:19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio…

Sin arrepentimiento, sin conversión, nuestros pecados no pueden ser borrados, ni podremos encontrar la paz de Dios que se genera a través del perdón de los mismos, perdón que solo puede ser encontrado por medio de nuestro amado Señor Jesucristo.

En el remordimiento solo hay culpa, acusación, e impotencia,  humillémonos ante la soberanía y santidad del Dios de los cielos, e imploremos para que a través de su benignidad, Él pueda guiarnos al arrepentimiento de todo corazón.

Romanos.2.4 dice que no ignoremos que su benignidad nos guía al arrepentimiento.

Jesucristo ya hizo todo, pago con su sangre por nuestro perdón y vida eterna, ahora nosotros hagamos la nuestra, supliquemos en su santo nombre para que ese arrepentimiento de a luz en nuestro corazón.

Dios es bueno, y para siempre es su misericordia. Arrepentimiento o remordimiento. ¡Tú decides!

Semillas de Vida
Elsa de Moran
elsa_moran@yahoo.com