Hace unos días recibí a una niñita de cinco años de edad que fue referida a mi consulta por supuestos problemas de conducta.
Quizás su reacción se parezca a la mía. Rápidamente empecé a sacar conclusiones. ¿Cómo problemas de conducta con solo cinco años? ¿Qué será lo que esperan en el preescolar? ¿Cómo una pequeñita de tan solo cinco años genera la sensación textual de maestras y padres de “se nos salió de las manos”?
Mi primera cita fue con los padres. Quería conocer el entorno en el que crecía la niña. Conversé también con las maestras. Ambas versiones coincidían. Hasta ese momento no había visto a la niña. Debo confesar que la idea de llegar a ese momento ya me generaba angustia. La referencia de ambas partes y de varios especialistas que habían visto a la pequeña eran simple y sencillamente aterrorizantes.
Llegó el momento. Cuando abrí la puerta, entró como un remolino una pequeñita de pelo lacio y muy negro, con unos ojos chispeantes, de contextura muy delgada y super conversona…. ¡si la hubieran visto! …. Inmediatamente me pidió que jugáramos. Fuimos a la sala de juego, inspeccionó todos los juguetes. Trató de jugar un poco con todos.
Conversó sobre una y otra cosa. Hizo lo que ella deseaba hacer y le dio tiempo de hacer lo que yo le solicité que hiciera. En los momentos en los que tuve que intervenir para señalar algún límite, los acató sin mayor cuestionamiento. Me dije a mi misma que podía ser cuestión de suerte; quizás en la segunda cita vería lo que sus maestras y sus padres me habían comentado.
Pasaron dos, tres, cuatro, cinco sesiones. Llegué inclusive a provocarla para ver como reaccionaba ante la presión o ante la inconsistencia…. Nada pasó.
Pensaba en cada uno de las sesiones que estuvo conmigo ¿qué pasó? ¿Por qué no aparecía el pequeño “monstruo” que me habían pronosticado?
Analicé el encuadre del espacio y encontré algunas particularidades: desde el inicio encuadré el espacio al que llegaba la niña. Fui clara con los límites, pero también fui afectiva. No entré en conflicto en ningún momento con ella, cuando insistía en que le diera algo, solo le pedí que ella misma recordara el encuadre….- ¿Cuándo habíamos dicho que podías tomar un dulce?- Ella respondía atinadamente – al final, antes de irme- Aún faltan algunos minutos, ¿crees que puedas esperar? – …. – Si. De nuevo me enfocaba en retomar el juego o la actividad. Al final de la sesión no solo le indicaba que ya podía tomar el dulce; sino que también la felicitaba por todo lo bueno que había logrado durante el tiempo de trabajo.
Me encontré con una pequeña que reunía características de “niña talento”: su vocabulario era muy avanzado para su edad, era enérgica, dinámica, tenía una edad maduracional visomotora superior a su edad cronológica, respondía con facilidad y de forma muy acertada a situaciones ficticias que requerían soluciones de tipo psicosocial. Su memoria auditiva era extraordinaria.
Por otra parte, me encontré con unos padres que habían caído en el error de etiquetar a su hija como una niña problema. Esto les impedía ver el potencial que tenía su pequeña. Reaccionaron asombrados cuando les comentaba sobre las capacidades que estaba recién descubriendo… ellos también las estaban descubriendo….
Entre sus justificaciones sobresalieron expresiones como que pensaban que ella hacía las cosas para molestarlos, o que reaccionaban de tal o cual manera porque estaban cansados de recibir quejas del preescolar. En las reuniones familiares, ella siempre resultaba ser el centro de atención, todo mundo tenía que estarla corrigiendo y regañando. Las festividades se convertían en una tortura anticipada; comentarios iban y venían, todos querían ponerle “límites” y probar cuan efectivos eran sus métodos de disciplina …
Ya ellos estaban también indispuestos con la pequeña.
Poco a poco empezamos a trabajar en cambiar su pensamiento. Los padres tenían que empezar por formatear sus prejuicios de “niña problema” y cambiarlos por la nueva conceptualización de niña talentosa.
Tuvimos que enfocarnos en trabajar también en su relación de pareja y en cómo ejercían ellos la maternidad y la paternidad. Resultó que ambos empezaron a reconocer que ellos como padres obtenían algunas ganancias de la conducta de la niña y que el problema de que “ella se les escapará de las manos” era el reflejo del mal manejo que ellos hacían en la puesta de límites.
De alguna manera encontraban la manera de sabotearse el uno al otro mediante la niña: Ella eventualmente le había dicho a su esposo antes de salir de la casa y de dejarlo solo con la pequeña “¡Ahora sí vas a ver lo que yo sufro a diario, ojalá se porte bien mal para que veas lo que es bueno!. El por su parte una que otra vez le había echado en cara a ella que la niña se descontrolaba por la presencia de la madre o por sus ataques de histeria…. Tristemente, ésta pequeña se había convertido en el arma de ataque de sus padres. Ellos empezaron a abandonar esta forma de ataque.
Si vieran lo bonito que resulta trabajar con familias comprometidas con el cambio. Ellos han experimentado grandes avances. La conducta sintomática de la niña ha bajado considerablemente. Los padres han podido aprovechar sus talentos y la han incluido en varios programas de estimulación. Su conducta se ha modificado no solo en la casa, sino también en la escuela y en las reuniones familiares. Estos padres han practicado la asertividad y la tolerancia, pero sobre todo connotan positivamente los aciertos de su pequeña, por lo que también han disminuido las intervenciones de sus familias. Ahora están trabajando en anticipar las crisis; saben que situaciones la alteran y las evitan.
A veces, en el papel de padres y madres se pueden llegar a experimentar los más intensos sentimientos de frustración e impotencia. Usted como padre o madre puede sentir que tiene batallas perdidas con sus hijos, o como ésta familia, sentir que sus hijos se le escapan de las manos. Déjeme decirle que su hijo(a) no generó un síntoma de forma gratuita o por suerte…. Hay algo que pudiera estar detonando la conducta sintomática de él o ella. Deténgase a pensar. No le juzgue, ni le cargue de sentimientos de culpa. Evite estereotiparle, póngase de su parte, investigue, piense, analice….. pida la sabiduría y la guianza de Dios y El le mostrará el camino, pero …. Hace falta que usted se decida a recorrerlo….
¡Hasta entonces!
Licda. Tatiana Carrillo Gamboa.
Psicóloga-Psicopedagoga
carrillotatiana@hotmail.com
psicotcg@icloud.com
Que tema tan especial, tengo una nena de la misma edad y con el mismo potencial, creo que Dios nos bendice dandonos hijos muy inteligentes, inquietos y creativos, para muchos padres esto es problema, los niños no lo ven asì, solo quieren divertirse, saber y experimentar, eso debemos aprovecharlo, yo, no creo que los hijos sean los problemas, somos los adultos que no entendemos el mundo de los niños. Necesitamos ser niños para entender a nuestros hijos. Aprovechemos este potencial para dirigirlos a Dios.
Bendiciones.
Buenos dias:
Este artículo de la Licda. Tatiana ha llegado en el momento preciso a mi vida. Tengo dos niñas. Una de cinco años y otra de diez años y quizás parezca increible pero la que me da problemas es la mayor. Tengo problemas con ella porque es desorganizada y tengo que repetirle lo mismo diariamente. Y he llegado a pensar que me hace lo mismo a propósito para verme enojada. Muchas veces he estado a punto de pegarle para ver si asi logro que cambie pero después lo pienso y no lo hago porque sé que si la golpeo con la rabia que tengo dentro le puedo ocasionar un daño y después el remordimiento no me dejaria vivir en paz. Por eso he respirado profundo y he contado no hasta diez sino hasta doscientos para controlarme. Todos los dias le pido a Dios que me dé más paciencia y fortaleza para seguir adelante. De verdad muchas gracias por este artículo, no se imaginan lo bien que me hecho leerlo.
Hola, agradezco al señor Jesucristo que exita personas como Ustedes que han creado estas paginas que difundan su palabra y su aliento, yo creo mucho en Dios, pero soy una persona pecadora que necesita que personas compenetradas con EL oren por mí.
Me siento mal de salud física y espiritual, por lo que necesito y les pido de favor oren por mi y mi familia, por que tengo confianza en la oración para curar cualquier mal y/o aceptar los designios que el señor tenga para mi.
Quiero ser una persona sana para contribuir con la obra del señor; aquí en mi trabajo les hablo a mis amigos sobre el señor que es el único que puede aliviar las heridas de nuestro corazón.
Gracias por toda la atención que brinden a mi petición, yo también orare para que estos mensajes lleguen a más personas y conozcan la bondad de DIOS.
Muchas bendiciones y que el señor Jesucristo siga poniendo su mano en cada uno de nosotros, que nuestra recompenza será llegar a su gloria.
MUY IMPORTANTE Y ACERTADO EL ARTÍCULO. SOY MADRE DE FAMILIA DE DOS ADOLESCENTES Y SIEMPRE HE SABIDO QUE UN ELEMENTO CLAVE EN SU FORMACIÓN Y EDUCACIÓN ES HABLAR DE QUE: “EL COMPORTAMIENTO O ACTUACIÓN EN DETERMINADO MOMENTO FUE EL MALO O INAPROPIADO Y ENTRAR A CORREGIRLO, PERO NUNCA ES LA PERSONITA LA MALA, O LA QUE NO SABE O ENCASILLARLO POR X O Y MOTIVO”. Y LO MÁS IMPORTANTE “EDUCAR CON AMOR Y MUCHA PACIENCIA”.
UN ABRAZO PARA TODOS…FELIZ NAVIDAD Y QUD DIOS LOS BENDIGA.
DORA, DESDE MEDELLÍN, COL.
Está muy bueno el artículo, y me gustaría saber si hay un correo electrónico de la lic Tatiana Carrillo, pues me gustaría pedirle algunos consejos, soy maestra de Escuela dominical, y varias mamas me han pedido ayuda por problemas con sus hijos, y quisiera exponerle algunas dudas. se los agradecería si me proporcionan su correo. Gracias y que Dios les bendiga abundantemente.