Amado Pastor Continuo con la Segunda Parte de mi Respuesta.
Pero además, me escribe usted amado pastor, acerca del poco poder espiritual que experimenta y de lo débil e incapaz que siente algunas veces.
“Siento que hay tanta gente que espera cosas de mí, y son muchas las veces que no los puedo satisfacer… siento que no tengo el poder espiritual para socorrerlos”.
Y al leer esto vuelvo a detener la lectura para pensar en la vida de Giezi. ¿Recuerda a este hombre recibiendo aquel delicado y urgente encargo de parte de Eliseo: tomar el báculo del profeta y ponerlo sobre el rostro de un niño muerto con la intención, lógicamente, de que este reviviera? Sin embargo, notamos a un Giezi incapaz que, frustrado, se devuelve hacia su señor para decirle con cierto aire de derrota:
“El niño no despierta”. (2 Reyes 4:31)
En otras palabras, “No pude hacer lo que tú esperabas que yo hiciera”, o: “Sé que debí haberle resucitado, pues sino tú no me hubieras enviado para tal fin, pero lamento decirte que no pude representarte dignamente”. ¡Cuántas veces nos falta el mismo poder! ¡Cuántas veces hemos repetido las mismas palabras!
Sé que muchas personas no están de acuerdo conmigo al respecto y expresan muchos reproches contra esta última exclamación, pero también sé que ellos no podrán engañar a Dios. No importa cuán poderoso se sea, siempre habrá momentos cuando no podemos hacer nada. Todo depende de Dios, no de nosotros. Por eso, créame que le entiendo perfectamente cuando expresa:
“Siento que hay tanta gente que espera cosas de mí, y la mayoría de las veces no los puedo satisfacer… siento que no tengo el poder espiritual para socorrerlos”
Por eso debe usted siempre recordar que servir al Señor debe llevarnos a postrarnos delante de Él y pedirle que nos llene de Su unción para poder servirle con efectividad.
Pero además, me escribe usted unas palabras que me entristecen:
“Siento que el Señor me ha desechado. Creo que Él considera que ya no puedo servirle en el altar”.
Quizás sea por eso que considero la historia de Giezi tan apropiada para ser leída por cada ministro que se encuentra en la situación que se encuentra usted ahora. Es por eso que he decidido contestarle utilizando las vivencias de este “casi desconocido” hombre de Dios. Quisiera recordarle el siguiente hecho: cuando Eliseo escuchó el informe negativo entregado por Giezi, fue hasta la casa donde estaba el niño muerto. Luego se dirigió hacia su cama e hizo algo que todo ministro del Señor debe considerar cuidadosamente:
“Cerró la puerta tras ambos”. (2 Reyes 4:33)
Es decir, dejó a Giezi afuera. Por alguna razón no consideró conveniente que su siervo estuviera junto a él mientras ministraba al niño muerto; no permitió que estuviera a su lado mientras, por medio de sus dones proféticos y salutíferos, vería descender la luz de la gloria divina sobre la habitación donde se encontraba. ¿Se imagina usted ese cuadro? ¡Cuán glorioso debe haber sido!
Un hombre ungido por Dios realizando una serie de actos que, a los ojos de cualquiera que no comprendiera los designios divinos no serían otra cosa que una suerte de ritos mágicos. Y, sin embargo, para nosotros los que creemos en Su nombre, era la sublime manifestación de la gloria de Dios descendiendo sobre los hombres. ¡Y Eliseo decidió dejar a su siervo afuera!
¿Ha pensado usted, amado pastor, lo que sintió Giezi en ese momento? Déjeme expresarle lo que pienso yo: creo que sintió exactamente lo mismo que usted está sintiendo ahora. Eso fue lo que sintió. Eso fue lo que experimentó. Se sintió desechado, desestimado, con poco valor.
¡Qué diferente es, por ejemplo, el caso cuando Elías y su siervo Eliseo pasaron el Jordán!, ¿Recuerda? En esa oportunidad el profeta Elías golpeó las aguas del río con su manto en presencia de su siervo Eliseo y este vio una demostración del obrar de Dios a través de su señor. Pero Giezi no estaba en condiciones de ver actuar a Eliseo. No reunía las condiciones para servirle en un caso como ese. Y me pregunto: ¿Cuántas veces el Señor, a causa de nuestra incapacidad, debe dejarnos afuera? Siento profunda tristeza sólo al pensar que algún día el Señor me diga: “Hoy no puedes entrar conmigo”; y que yo le respondiera: “Señor, pero ese es mi oficio, servirte para que Tú hagas Tu obra”, y que por toda contestación escuche: “Sí, pero no estás en condiciones de estar en este altar”. Sería un día muy triste para mí. Y esa tristeza que me embarga se debe, amado hermano pastor, a que ya lo he experimentado y sé de qué se trata. Por eso comprendo lo que se siente al decir lo que usted me dijo:
“Siento que el Señor me ha desechado. Creo que Él considera que ya no puedo servirle en el altar”.
Además, me escribe usted acerca de algunos problemas que está enfrentando debido a ciertas confusiones doctrinales que han surgido en su congregación; me explica que como consecuencia de todo esto han surgido divisiones y pérdidas dentro de ella. Bueno, según parece, no es tanto usted el confundido como la Iglesia que pastorea, pero, a final de cuentas, usted es el responsable de ella. Me dice que todo comenzó cuando un grupo de hermanos de su Iglesia se reunió para estudiar los escritos de cierto hermano que predicaba doctrinas muy renovadas y ungidas. Y usted no le prestó mucha atención a ese hecho.
“Cuando traté de hacer algo ya era demasiado tarde, muchos hermanos estaban intoxicados”.
Esto último no me extraña. Es cosa común desde tiempos antiguos. Lo que sucede es que este problema parece que se multiplica aceleradamente en estos últimos tiempos.
En una oportunidad Eliseo le dijo a Giezi que preparara alimentos en una olla grande para los hijos de los profetas. Pero ocurrió que alguien salió al campo y encontró unas especies de calabazas silvestres que eran venenosas y las rebanó en la olla pues no sabía lo que eran. Ahora bien, hermano pastor, la responsabilidad de la preparación de esa comida recaía sobre el siervo de Eliseo. Esta responsabilidad incluía, entre otras cosas: la selección del menú, los elementos que formarían parte de él, las personas que trabajarían en el proceso de preparación de los alimentos, el tiempo que duraría el mismo, el cuidado de su elaboración y la supervisión general de la obra.
Quizás haya sido porque le pareció algo simple, sencillo y rutinario, que Giezi descuidó algunos aspectos del proceso de elaboración del alimento; pero llama la atención el hecho de que su actitud se asemeja mucho a la asumida por muchos de nosotros (pastores, maestros y otros líderes de la Iglesia de Cristo) al descuidar algo tan neurálgico y sagrado como lo es la alimentación espiritual de los creyentes bajo nuestra responsabilidad. Una de nuestras tareas básicas es supervisar y tener cuidado de la preparación del alimento de las ovejas del Señor. Si descuidamos esto todos sufriremos grandes pérdidas. Y creo que eso es lo que le está sucediendo a usted: descuido la alimentación espiritual de las personas puestas bajo su responsabilidad.
Terminare mi larga Respuesta en la próxima entrega.
Su servidor y amigo,
José Ramón Frontado
Pastor Luz del Salvador. Cabimas. Venezuela
j.r.frontado@gmail.com
(Quien, al igual que usted, muchas veces se ha sentido fracasado)
Queridos amigos de renuevo de plenitud: Todos los procesos por los cuales pasamos cualquier ser humano sea cristiano o no lo sea , es parte de la formación que necesitamos para poder avanzar y ser mejor . La debilidad, la apatia ,el desaliento, el sentirse por fuera e incapaz de realizar lo que Dios quiere no son problemas ,solo son el termometro de nuestra verdadero es
tado espiritual. El que piense que está firme cuidese de no caer .Renovemonos cada dia para poder entender cual es la voluntad de Dios perfecta y agradable . Muchas bendiciones
estoy plenamente segura que el SeÑorsacara a su siervo fortalecido de todo esto, como lo ha hecho con muchisimos de nosotros que algunas veces nos hemos sentido como el.El plan deDios es perfecto y a travez de carta muchisima gente ha re-encotrado su camino de nuevo.mil graias al pastor por su carta. estaremos orando por usted.
El rey David era un hombre que dependia de Dios para todo y aunque llego a pecar. siempre mantenia sus ojos puestos en el SeÑor cada vez que se enfrentaba na batalla o algun otro problema iba a su aposente cerraba puerta traz de si e inclinaba su rostro pidiendo su ayuda y poteccion alli radicael secreto si le queremos dar un nmbre. pedir ayuda aDios no pensar que por nuestros propios medios podemos hacerlo, alli esta el fracaso.
esta palabra me la a mi Padre para ti amado pastor .
2 samuel 7-4. Acontecio aquella noche,que vino palara de Jehova aNatan, diciendo ;
ve y di a mi siervo David; asi ha dicho Jehova; ¿tu me has de edificar casa en que yo more.
Ahora ,pues diras asi a mi siervo David . Asi ha dichoJehova de los ejercitos;yo te tome del redil, de detras de las oejas , para que fueses PRINCIPE sobre mi pueblo , sobre israel.
asi que mi amado pastor para eso te puso Jehova de cabeza en la iglesia. siempre siempre temos que inclinar nuestro rostro y pedir la direccion del que todo lo puede. dios te bendiga y se que Dios pemitio todo esto para la ayuda d su pueblo.
Hola, quería agradecer todas la reflexiones que diariamente me hacian llegar.
Pero la pregunta es por que ya no lo hacen? desde la semana anterior que no recibo las reflexiones
Gracias.
Parece que el dolor del ser humano no es algo que Dios ignore o sea insensible. Cuando pasamos por el dolor pareciera que Dios esta muy lejos, nada mas alejado de la verdad. La realidad es que en el dolor es cuando Dios se encuentra mas cerca de nosotros porque nuestro corazon esta hecho pedazos y es en ese momento cuando el puede intervenir para reconstruirlo. Recuerdo una cancion de Switchfoot una banda cristiana de San Diego, California con reflexion muy profunda en sus canciones, en una de ellas que se llama Erosion, el compositor escribe que cuando nuestro corazon esta quebrantado es cuando Dios tiene la oporunidad de tomarlo y hacerlo integro. Que historia tan bella la de Gehazi, la verdad es que nunca la habia leido hasta que recibi esta carta. Que persona tan mas bella el pastor que la envio. Oremos para que nuestros pastores tengan la misma sensibilidad y ternura que este pastor. El corazon de Dios pues.
Amados hermanos que facil es juzgar a los demas cuando nosotros no estamos en su luigar . Claro que siempre hay situaciones similares en la vida pero de ninguna manera todas ellas son identicas.Han pensado ustedes en las circunstancias precisas y las razones verdaderas del poque el hermano pastor llego a estar en el lugar que esta . conocen su transfondo doctrinal , el liderasgo que le alimento mientras crecia o, o las circunstancias que rodean su congregacion? . Honestamente creo que ninguno de nosotros lo sabemos. Asi que concidero humildemente que lo unico que podemos hacer es orar por el cualquiera que sea su nombre que afortunadamente no se ha dado a conocer .
Por otra parte concidero con todo respeto que aquel sanedrin que condeno al señor hace ya miles de años debe pasar a la historia ,recordemos que el juicio solo corresponde al Señor no solo porque el es el que conoce todas las cosas y los porques , sino tambien porque el es Dios y al que quiere dar da y al que quiere quitar quita.
Decir que le falta fe. y a quien no le falto en algun momento de su vida fe? no quiero de todas maneras profundisar en la cituacion particular del hermano porque al igual que todos ustedes no tengo elmentos de juicio . Solo quisiera resaltar que esta es una cituacion miinisterial y a mi pareser muy privada para ser tratada publicamente . y que solo un siervo de Dios con experiencia y lleno de GRACIA deberia tratar personalmente con este asunto.
y porfabor hermanos no olvidemos que no a todos se nos dio el llamado de hacer de todos . recordemos que Dios a dado diferentes dones alos hombres y dferentes ministerios ,pero por la afanosa carrera por “ganar almas que equivocadamente hemos enprendido nos olvidamos de buscar en Dios y esperar en el por la uncion para un determinado llamado . Creemos que todos podemos ser pastores o todos evangelistas o todos maestross etc. pero no… la prueba mas feaciente es que cuando alguien acepta al señor queremos que inmediatamente deje todo lo que hace , su trabajo su profesion ,y hasta su familia y que mantenga metido en el templo de dia y de noche disque trabajando para la obra . La obra no se hace aderntro la obra se hace afuera. y un doctor, un futbolista un abogado, un presidente o un cantante secular pueden tambien llevar el reino donde quiera que vallan aunque no los concideremos tan santos e imaculados como aveces nos concideramos a nosotros mismos. Dios los bendiga