chrischandler.jpg  La batalla por asumir la responsabilidad se libra dentro de uno. Y rara vez se gana gracias al talento, inteligencia u oportunidades. Demanda voluntad.

Es por esto que Stewart B. Johnson declaró: «Nuestra misión en la vida no es ir delante de los demás, sino ir delante de nosotros mismos, romper nuestra propia marca, dejar atrás nuestro ayer por nuestro hoy».

Es posible saber cuándo las personas desarrollan un carácter firme, aceptan la responsabilidad por ellos mismos y empiezan a aprender de sus fracasos. Se ve en su manera de actuar. Por ejemplo, yo vi. eso en Chris Chandler de los Halcones de Atlanta después que me mudé a Georgia.

Chandler es un jugador que tenía un historial de andar deambulando de equipo en equipo. Antes de ser contratado en Atlanta, había jugado con cinco equipos en nueve años, y nunca se había destacado. Pero las cosas empezaron a cambiar para él cuando estaba en Phoenix. Allí fue donde conoció a Jerry Rhome.

«Me encontraba en un punto en que ya nada me importaba», dice Chandler acerca de esa parte de su carrera. Su relación con la liga afectaba su disposición de asumir toda la responsabilidad por su falta de éxito. «Yo creía que la NFL (Liga Nacional de Fútbol estadounidense) estaba totalmente politizada y yo estaba dispuesto a abandonarlo todo. Jerry me reinsertó en una actitud de competitividad y me enseñó a jugar. Hizo que de nuevo todo fuera divertido».

¿Qué fue lo que hizo Rhome? Le dijo a Chandler la verdad. «Le dije después de la temporada que él tenía muchas habilidades, pero que era inmanejable. Y me ofrecí a trabajar con él.

Al principio, Chandler se resistió. Él esperaba que los demás se ajustaran a su estilo y habilidad. Pero cambió de parecer y aceptó la oferta de Rhome. Con ayuda, trabajo duro, y una nueva decisión de cambiar él en lugar de esperar que los demás cambiaran, Chandler ha llegado a ser uno de los mejores jugadores de la NFL.

En 1999 llevó a su equipo al «Super Bowl» de ese año.

Jeff Shultz. El Precio del éxito. Atlanta Journal Constitution. 6 de Enero 1994.

Gracias a Dios por aquellos que ven en nosotros el potencial y también ven nuestras debilidades y están listos a trabajar al lado nuestro. Ellos son como un Bernabè para invertirse en nuestras vidas. No ignores o menosprecies a quien está listo a ayudarte para que seas cada día mejor.

Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía. Hechos 9:26,28.