Dice el sabio Salomón que corregir a un necio es ganarse un enemigo, pero corregir a un sabio es ganarse su amor y aumentarle la sabiduría. ¡Qué gran verdad!

Hace unos años atrás un grupo de eruditos de una sociedad bíblica en Miami me contrató para asesorarles en un proyecto de comunicaciones. El honor era inmenso y la verdad fue que aprendí más de ellos que ellos de mí. Fui yo el que debió pagarles por su amor, ejemplo y las espectaculares lecciones de teología.

Y esta experiencia la cuento con frecuencia en mis conferencias a comunicadores porque no sólo corroboré que entre más sabiduría, más humildad, sino porque aún a estas eminencias, a estas enciclopedias ambulantes, hay que decirles la verdad, sólo que de manera dulce, sin atacarlos. Y eso hice, les dije que aunque eran súper interesantes, también eran súper aburridos.

Gracias a Dios no me echaron a patadas y pudimos sacar adelante un proyecto para enseñar al público común y corriente conceptos teológicos complicados. Les propuse seguir el ejemplo de Jesús y hacer lo difícil bien sencillo. Jesús ha sido el teólogo más grande que ha existido, sin embargo sus conferencias eran tan profundas y veraces que los doctores de la ley no lo podían sorprender en algún error para acusarlo. Era tan didáctico que los campesinos le entendían. Y tan ameno que los niños, público indisciplinado, lo seguían.

Si uno de los famosos pastores cristianos que existen hoy en día me llamara a su oficina y me dijera: “Doni, ayúdame brother a hacer un proyecto de comunicaciones nuevo”. Yo le diría con toda confianza: Mirá viejo, te voy a hablar como amigo, como comunicador y como cristiano. Si te gusta mi proyecto, trabajamos, sino, tranquilo, nada ha pasado.

Como amigo te voy a decir que dejá de auto promocionarte. Si lo que querés es hacerte más famoso, tener la iglesia más grande, vender tus libros y videos como pan caliente y que te inviten a los más importantes congresos religiosos del mundo como expositor, seguí como vas, no hay problema. Seguí comprando equipos, tecnología y pagándoles el mismo sueldo a todos estos chicos recién salidos de una facultad de comunicaciones. Total, la gente te va a seguir respaldando con su billete porque te quiere, ama la obra de Dios y desean seguirte viendo predicando en la televisión y la radio lo que ellos ya escucharon el domingo anterior en la iglesia. Ahora, si vos estás dispuesto a morir a tu ego, a vivir anónimamente, a no aparecer ni en tu radio, ni en tu televisión, ni en tus revistas, ni página de internet, y a invertir todo este dinero que la gente te está dando en pagar sueldos decentes a tus empleados y en ideas creativas de comunicaciones, pues hagámosle hermano, contá conmigo. Pero eso sí, te aclaro, vamos a trabajar centrados en Dios y en su mensaje, no en el mensajero. El mensajero tiene que aguantarse el palazo de ser anónimo, y eso es duro, es una cachetada para un líder.

Ahora te voy a hablar como comunicador. Mirá viejito, estamos metiendo la pata bien feo en el manejo de las comunicaciones para Dios. Si el Señor no fuera misericordioso, ya nos habría metido una demanda por daños y perjuicios. Si vos sos contratado por la Coca Cola o Pepsi como asesor de imagen y publicidad y la gente comienza a pensar cosas malas de esos productos, no solamente te van cancelar el contrato, sino que te van meter una demanda con una docena de abogados por el grave perjuicio que les has causado a su marca y prestigio. Esa gente ha invertido millones y millones de dólares en construir una buena imagen en torno a su producto, de manera que no van a aguantar que llegués vos y les dañés el trabajo de tantos años. Ahora pensá en esto, a Dios, redimir la humanidad, le costó la sangre de su mismísimo Hijo Jesucristo. Y ahora nos ha pedido a nosotros, que comuniquemos esa buena noticia al mundo, que le digamos a la gente que Dios les ama y desea darles vida y vida en abundancia. E incluso nos ha mandado al Espíritu Santo para que sea nuestro ayudador. ¿Y qué hemos hecho?

Hemos usado su obra redentora, su mensaje y su Espíritu Santo para anunciarnos a nosotros mismos. En lugar de usar los medios de comunicación para anunciar a Dios y su evangelio, lo que hacemos es promocionarnos a nosotros mismos, a nuestras iglesias y nuestros ministerios. Y ni siquiera hemos mostrado al cristianismo como un estilo de vida las 24 horas diarias, no, lo que estamos mostrando en los medios de comunicación son nuestros cultos dominicales de dos horas.

¿Qué crees que va a pensar el público de Dios y su evangelio? Pues que es una religión más como todas las demás. Podemos sacarnos las amígdalas gritando a los cuatro vientos que el cristianismo no es una religión, sino una relación con Cristo, un estilo de vida, pero todo se echara a la basura cuando la gente vea que lo que único que mostramos en los medios de comunicación cristianos son nuestros servicios religiosos, nuestra liturgia, no una nueva vida en Cristo.

Y finalmente te hablo como cristiano. ¿Por qué no le pedimos perdón a Dios por el mal manejo que le hemos dado a su Oficina de  Comunicaciones en el Planeta Tierra y le suplicamos  de rodillas, todos unidos, que nos dé su CREATIVIDAD para corregir y hacer unas comunicaciones nuevas que impacten al mundo no cristiano?

Donizetti Barrios.
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