Después de un mes de viajar todas las tardes desde el sur de la ciudad de México hasta el norte para visitar en el hospital de la Raza a mi mamá que había estado en terapia intensiva y por fin la habían trasladado a “piso”, es decir, a un lugar con otros enfermos que ya no se encuentran en peligro inminente, pero que todavía requieren cuidados, esta rutina comenzaba a cansarme.
Todos los días en total hacía de 3 a 4 horas en transporte (ida y vuelta) para poder pasar una o dos horas con mi madre. Como dije, esto me estaba cansando. Por supuesto quería estar cerca de ella pero yo tenía hijos pequeños y debía atender esas prioridades.
Entonces, un día, leyendo la Biblia me topé con 1 Pedro 1:6 Donde dice: aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas ¡Vaya! pensé ¡Si tan sólo pudiera ver esto como lo ves tú, Señor, como “un poco de tiempo” Suspiré.
A partir del día siguiente, las cosas cambiaron. Durante mi travesía en metro, de pronto sentí que Dios me decía: “dile a aquel hombre que lo amo”. Yo me sorprendí. Era un señor bastante malencarado que iba sentado frente a mí. Me puse nerviosa pero la vocecita insistía: “dile que lo amo”. Con un poco de nerviosismo, me puse de pie. El tren paró en la estación y poco antes de que las puertas se abrieran me acerqué al hombre y le dije: “Dios dice que lo ama”. El señor me miró refunfuñando, agresivo, y dijo: ¿Qué? Las puertas se abrieron y yo repetí con calma: “Dios dice que lo ama”.
Sinceramente, no me quedé a esperar su reacción, estaba tan asustada que salí corriendo y las puertas del vagón se cerraron detrás de mí. Luego, me reía en mis adentros… ¡eso fue algo muy atrevido, Señor! Y, mientras caminaba meditando con una alegría secreta en mi corazón, llegué al hospital, atravesaba los patios cuando frente a mí, venía una muchachita caminando, sin ninguna expresión especial en el rostro. Entonces Dios me volvió a guiar: “abrázala”. Yo estaba atónita, pero había algo en mí que me impelía a obedecer. Con cierta reserva me interpuse en el camino de la joven y le dije: ¿puedo darte un abrazo?
No te conozco ni sé nada de ti… pero creo que Dios sabe que necesitas un abrazo. Acto seguido, ella se lanzó a mis brazos y se puso a llorar. Yo no pude decir nada, solamente la abracé y le pedía Dios que la hiciera sentir Su amor y consuelo.
Después de estos eventos yo estaba maravillada y al día siguiente estaba expectante de qué cosas pondría Dios delante de mí, desde que salí de mi casa rumbo al hospital me mantuve alerta… y no falló: era darle palabras de aliento a alguien, hacerle masaje en la espalda a algún familiar de una de las enfermas, darle un caramelo a un niño… ¡en fin! Así continuó cada día hasta que tres meses después mi madre abandonó el hospital para regresar a su casa. Debo decir que jamás volví a sentirme fatigada de tener que viajar por horas y aunque fue un tiempo difícil lo recuerdo con cariño… ¡me pareció tan corto! ¡Tal y como dice la escritura… fue un corto tiempo, pero lo pude ver así sólo por la gracia de Dios!
Rosa Amelia Díaz de Beltrán
cada dia siento una gran emoción al iniciar mi día con una reflexión como esta, si en momentos de angustia miráramos con los ojos de Dios todas las cosas fueran diferentes. gracias por estas reflexiones, Dios les continúe bendiciendo de una manera especial.
Gracias Señor por el relato de esta hermana que cubriste con tu FORTALEZA, la llenaste de TU PODER y pudo poner en práctica tu palabra para que ella pudiera sentir TU REVELACIÓN, tu AMOR es tan grande que mueve LA FE, disipa ansiedades, vence OBSTÁCULOS Y declaramos VICTORIA en medio de las adversidades. DIOS ES BUENO Y PARA SIEMPRE ES SU MISERICORDIA, AMÉN :)
muy linda historia la verdad q si el señor nos quiere utilizar como un instrumento,como balzamos para toda herida ,medicina para todo mal el nos mando hacer luz, hacer sal en esta tierra cada dia perdemos horas y horas en el transcurso del tren q nos lleva al trabajo dia dia y a veces por miedo no predicamos la palabra dice porque no me averguenzo del evangelio porque es poder de Dios pongamos en practica hermanos el mandamiento de Dios ama a tu projimo como a ti mismo dale palabra aquel q lo necesita .dios les bendiga
ola socorro de phx Arizona cada reflexion es una bendicion DIOS BENDIGA a toda esta red los amo en el SENOR
AMADOS HERMANOS EVITA Y MABY
NO SE PUEDEN IMAGINAR EL GOZO QUE DIOS ME DIO AL LLER SUS MENSJES TAN CONMOVEDORES , TO TAMBIEN PASE POR ALGO ASÍ , PERO AL CONTRARIO DE USTEDES FUE UNA FORMA EN QUE DIOS FUE GLORIFICADO POR LA CONVERSION DE TANTOS QUE SERIA IMPOSIBLE ENUMERAR .
MI ESPOSITO FUE UN HOMBRE DE DIOS PERO TUVO QUE EL SEÑOR HACER ASÍ CON EL. NO POR CASTIGO SINO POR EJEMPLO PUES EL TEMOR NO LO DEJO HACER LO QUE DIOS LE HABIA MANDADO Y ERA PREDICAR SU PALABRA.
ENTOCES CON UNA MUERTE CEREBRAR POR 4 AÑOS LO HIZO EN CLINICAS Y HOSPITALES Y AUN EN CASA MUCHOS MEDICOS, ENFERMERAS, MONJITAS , CONOCIDOS Y ALLEGADOS, LLEGARON A LOS PIES DE CRISTO.
AL VERLO EN ESAS CONDICIONES . COMO ERA POSIBLE QUE UN HOMBRE TAN BUENO, INTEGRO Y CORRECTO , PASABA POR ESTO. ¿QUE LES ESPERABA A ELLOS?