“Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.” Antoine de Saint-Exupery
Cuando estás frente a un espejo: ¿Cómo te ves? ¿Ganador o Perdedor?
Algunas personas tienen una visión perdedora de ellos, se ven a sí mismos como “miserables”, “gusanos” y todo lo despectivo que puedan llegar a ser. Viven bajo el síndrome del “patito feo” y se lo refuerzan cada vez que tienen un revés o un fracaso económico, emocional, sentimental o profesional e inclusive espiritual.
Las personas que se ven a sí mismas como perdedoras juegan al papel de la víctima, viven reaccionando y culpando a todos los que puedan de la vida que están llevando. Su canción favorita “pobre de mí que me tocó sufrir”. El enfoque de su vida es el sufrimiento, el dolor, la miseria, la tragedia, la vergüenza, la culpa. Juegan el papel de la victima tan bien que son dignos de un premio de la academia de cine. Lo más triste es que piensa que nunca va a salir de su situación perdedora.
¿Tienes la mirada perdedora? ¿Te gustaría cambiar a una mirada ganadora?
Las personas con miradas ganadoras siempre asumen responsabilidad por sus vidas y están dispuestas a superar cualquier obstáculo en el camino. Esto significa que tendrán que aprender nuevas habilidades, adaptarse a los cambios, a abrir sus mentes y sus corazones a nuevas posibilidades.
Una persona que se ve como ganadora reconoce que la vida es dura, y siempre busca encontrar un nuevo camino, un nuevo enfoque. Su canción favorita “debe haber una manera de lograrlo”. Definitivamente tener una mirada ganadora es una elección y una determinación tremenda para superarse.
“Lo que hará de ti una persona ganadora o perdedora es la visión que tengas de ti mismo.” Pedro Sifontes
Has escuchado la frase “Los ojos son las ventanas del alma”, es muy cierta, allí se encuentra reflejada la personalidad del individuo. Jesucristo también nos mostró esta verdad “Tu ojo es una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, todo tu cuerpo está lleno de oscuridad. Y si la luz que crees tener en realidad es oscuridad, ¡qué densa es esa oscuridad!”
¿Cómo es tu ojo con respecto a ti?
Nuestros ojos pueden reflejar luz u oscuridad, victoria o derrota, todo depende del alimento que yo le dé a mi vida, mente, alma. Si la alimento con cosas positivas voy a lograr cosas positivas, recuerda el principio “Todo lo que sembramos, eso cosechamos”.
Las grandes obras, los grandes inventos, las cosas maravillosas o asombrosas que podamos ver son resultados de una visión, de personas que mantenían una mirada ganadora ante la vida. La mirada ganadora es la mirada de la confianza, es la mirada de la fe.
Te pregunto ahora ¿Cuál mirada eliges hoy?
¿Estás listo(a) para dejar de culparte? ¿Estás dispuesto (a) a buscar ayuda para ver claro o mejor el potencial que hay en ti?
He de confesarte que hay circunstancias en nuestras vidas que atraen la mirada perdedora, la clave es no estancarse sino levantarse con una mirada ganadora cargada de una visión poderosa. La visión debe llevarte siempre a mirar al frente, a ir hacia adelante, a conquistar cimas y montañas. Cuando hay buena visión se puede llegar al lugar deseado.
Tú puedes tener una mirada ganadora y si necesitas ayuda escríbeme a info@liderazgocreativo.com
En amor y liderazgo,
Pedro Sifontes
Coach & Conferencista
Sígueme en:@psifontes
Excelente reflexión, gracias por estas enseñanzas!!
Grandioso me hizo abrir los ojos y seguire adelanté
Buenos días Muchas gracias por tan buenas reflexiones pero seria importantisimo que siempre haya un versículo para que lleguen a ser mas valiosas e importantes en nuestra vida diaria. Dios los bendiga.
Gracias por tan grande bendicion d ministerio estas reflexiones m ayudan mucho q Dios les bendiga en gran manera
Excelente reflexión y muy cierta. Tenemos un Dios que cambia y transforma nuestra vida., nos llena de alegría y entusiasmo cuando le permitimos actuar en nosotros. Cuando su presencia nos toma vivimos alegres y gozosos aún en las dificultades, pero cuando no le permitimos entrar en nuestro corazón ni mucho menos en nuestra mente vivimos siempre afligidos y culpando a otros de lo que nos sucede, por eso de la abundancia del corazón habla tu boca. No dejemos que una raíz de amargura dañe nuestro corazón Siempre veamos lo positivo entre lo negativo y tomemos una enseñanza de cada cosa que nos sucede. porque para los hijos de Dios nada obra para mal.