“Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también amarnos los unos a los otros” I Juan 4:11

Hoy Dios me manda a amar a otros.  Dios no me pide que los ame naturalmente, porque quizá en mi naturaleza me cuesta o no encuentro amor allí en ese terreno natural, pero él me pide que los ame con el amor redentor.  Amor redentor es la clase de amor con la que Dios me ama.

Esta clase de amor esta demostrado en la vida del profeta Oseas.  La esposa del profeta lo dejo a él y se fue a vivir con otro hombre y Oseas tuvo la humillante experiencia de comprarla de regreso para él desde la triste condición de adultera.  Que experiencia es comprar otra vez lo que ya es suyo.  Este es el cuadro hermoso del amor redentor de Dios.  Nos compró con la sangre de Jesús a pesar de que ya éramos suyos.

El amor redentor no conoce la vergüenza, ni está interesado en que lo amen, ni está basado en los sentimientos. Jesús no tuvo compasión de si mismo cuando estaba en la Cruz  y por lo tanto jamás dijo: Oh , pobre de mi…

Oseas cuando compró a su esposa de regreso, tomo el pecado de ella y la desgracia de ella como suyo propio y por amor redentor a ella, la tomó, pagó la deuda voluntariamente y la trajo segura a casa otra vez.

El amor redentor me ata a los otros y me hace permanecer al lado a pesar de … La esposa de Oseas, nunca más dejo a su esposo Oseas.

El amor redentor es la atadura más fuerte que puede existir en este mundo carente de amor.

Hoy el Señor quiere que yo amé con ese amor redentor, Hoy no puedo copiar el amor redentor de Dios.  No es asunto de tratar de hacer un esfuerzo para hacerlo, porque ese sería el amor natural.

Yo no puedo determinar cuando amo a los otros.  Por eso Pablo dijo hablando del matrimonio que los esposos deben amar a la esposa como Cristo amó a a la Iglesia.

Mi única esperanza está en recibir y expresar el amor redentor de Dios.  Ese amor en derramado en mi corazón por el Espíritu Santo y entonces la más natural de mis relaciones llega a estar bajo el amor espiritual y redentor de Dios.

Por eso es que el apóstol Juan dice: “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también amarnos los unos a los otros” I Juan 4:11. Hoy me acerco para que Dios derrame ese amor redentor dentro de mi ser para tocar a otros con ese amor.

Señor. Gracias por tu amor redentor que me ha alcanzado.  Yo hoy quiero caminar en ese amor y tocar a otros con ese amor.

Ayúdame a acercarme a ti de tal manera que pueda permitir que el Espíritu Santo me bautice internamente con ese amor redentor para así compartirlo con todos aquellos que hoy me rodeen.

Amén.

Dr. Serafìn Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com