“En cambio, me he calmado y aquietado, como un niño destetado que ya no llora por la leche de su madre.
Sí, tal como un niño destetado es mi alma en mi interior.”
Salmos 131.2
Últimamente en Estados Unidos el tema de amamantar en publico ha sido uno muy tocado. Se ha hablado sobre si es decente o no. Sin embargo, en gran parte del mundo el amamantar a un bebe en publico no trae consigo una idea de indecencia. De hecho, muchas mujeres ni siquiera se cubren el pecho y no tienen ningún sentimiento de vergüenza o de estar expuestas. Debo admitir que la primera vez que vi a una mujer amamantar a su bebe fue en la primera fila de la iglesia mientras yo predicaba, y fue algo vergonzoso. Pero una vez que miré mas allá de las diferencias culturales, te das cuenta que una de las cosas mas naturales que una madre hace.
Hace unos días vi a una madre caminar por la calle con su bebé y mientras ella caminaba el bebé estaba buscando su fuente de alimentación. Fue hasta cómico ver al bebé en apuro, desesperado y hasta tanteando, tratando de obtener comida. Hacía esto estando medio dormido. Definitivamente no estaba contento con solo ser cargado.
El autor del Salmo mencionado, en un versículo anterior se describió a si mismo como alguien que estaba contento, alguien estaba calmado y tranquilo. Estaba buscando algo que le llenara. No estaba tanteando todo desesperadamente para sentirse consolado o seguro. El estaba calmado, tranquilo y contento con poner su esperanza en Dios.
Si fueses a caminar en la calle de una ciudad ajetreada o en un centro comercial, verás personas que están buscando, tanteando por satisfacción. Si bajáramos el ritmo para poner atención, veríamos a un mundo que esta buscando por algo que les llene, algo que les haga sentirse seguros y nutridos. Creo que si le damos un vistazo honesto a nuestras propias vidas, probablemente veamos algo similar. Sé que a veces me emociono buscando cosas, cosas me hagan SENTIR mejor en el momento. En esos momentos, te puedo decir que no me siento satisfecho. Me siento necesitado y vacío. También te puedo decir que en los momentos que pongo mi esperanza en Dios, comienzo a sentirme calmado, satisfecho y contento.
Qué estas buscando? Puede que estés consciente de tu búsqueda o puede que estés medio dormido como el bebé que vi.
Hoy, haz a un lado las cosas que has tratado de agarrar desesperadamente. Sal de la crisis que has creado en tu búsqueda sin sentido, y vuélvete hacia Dios. Pon tu esperanza en El. Permite que tu corazón y mente estén calmadas y tranquilas en vez de estar desesperadas y hambrientas.
Robert & Rebecca Vander Meer
LaArboleda.net
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