“Porque este es un día de misericordia y de bendición es que puedo bendecir con toda mi alma al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien a la vez es también mi Dios y mi Padre. Por eso podré decir hoy como el salmista: “Yo he confiado en tu misericordia; mi corazón se regocijará en tu salvación” Sal 13:5. “ Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y habitaré en la casa de mi Padre por siempre” Salmo 23:6.