En la Primera Parte vimos como la Biblia claramente no habla de Maldiciones Generacionales. Vimos además una lista incompleta de los 6 efectos perjudiciales de la maldición generacional.
Las Escrituras nos enseñan que cada persona es responsable de sus propios pecados y que ninguno pagará por los pecados de sus padres:
Jeremías, un contemporáneo de Ezequiel, habló a los judíos en Jerusalén: “En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera” (Jeremías 31:29,30).
Estos pasajes son claros. En efecto, este es el principio de que las Escrituras interpretan las Escrituras: los pasajes difíciles deben ser interpretados a la luz de pasajes más claros, como estos de Ezequiel y Jeremías.
Es importante notar que no todos los judíos en esos tiempos trataban de culpar a los demás. Aunque tuvo las mismas pruebas del cautiverio en Babilonia, el profeta Daniel mostró una actitud opuesta a sus contemporáneos en Judá y Babilonia. En vez de culpar por su destino a sus antecesores, como hacía el público oyente de Jeremías y Ezequiel, él aceptó su propia responsabilidad personal y la de sus contemporáneos por el juicio que había caído sobre ellos.
Él escribió: “Y oré a mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas . . . Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti.
Oh Señor, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. De nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado” (Daniel 9:4, 5,7–9).
En la oración de Daniel, no se menciona que la razón del exilio sea por los pecados de los padres. Esto es aun más asombroso si recordamos que Daniel era consciente de que por generaciones Dios había enviado profetas para advertir a Israel de ese juicio si no se arrepentían.
En el tiempo de Jesús, los judíos habían otra vez olvidado las correcciones del paganismo expresadas por Moisés y los profetas. Jesús encaró los mismos asuntos. En Juan 9:1–3 leemos: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” Aunque los discípulos tenían el antiguo punto de vista pagano de que la culpa y el pecado podrían ser heredados, Jesús enfatizó la gloria y la gracia de Dios.
Jesús también afirmó: “Vete, y no peques más” (Juan 8:11). Las palabras de Jesús sugieren que el perdón de Dios basta para alcanzar un grado tal de transformación espiritual que produzca un cambio de vida.
Jesús creía que la mujer a quien acababa de perdonar era libre de escoger si permanecería en el pecado o se apartaría de él. No se hace ninguna referencia a la necesidad de una oración adicional, una ceremonia, o una fórmula de renunciación para complementar la oferta de la gracia y el perdón de Dios.
Las palabras de Pablo: “Dios. . . pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2:5,6) y “porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. . . de manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:10,12), claramente enfocan la responsabilidad individual a la que se da prioridad en el Nuevo Testamento.
Estos pasajes deben ser vistos como la unificada enseñanza de las Escrituras, empezando con Moisés (Deuteronomio 24:16), continuando en los profetas (Jeremías 31:29,30; Ezequiel 18:1–4,14–16,18–20; Daniel 9:4, 5,7–9), y culminando con las enseñanzas de Jesús (Juan 8:11; 9:1–3).
Moisés había tratado de corregir el paganismo de sus días, pero para el tiempo de profetas el pueblo había vuelto a sus caminos paganos. Los profetas trataron de corregir el paganismo de sus días, pero para el tiempo de Jesús el pueblo había vuelto a caer en el pensamiento pagano.
La iglesia tiene hoy el testimonio de Moisés, de los profetas, de Jesús, y de los apóstoles, juntamente con el Nuevo Testamento, la plenitud del Espíritu, y los dones del Espíritu, incluido el don de discernimiento. No obstante, un gran porcentaje de la iglesia cristiana de hoy esta cayendo en el evangelio metafísico y pagano de la nueva era.
La iglesia en siglo XXI debe afirmar la suficiencia del sacrificio de Cristo tan inequívocamente como lo hizo al principio. Pablo declaró, sin temor a contradicción: “A vosotros, estando muertos en pecado y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente
la referencia es a los espectáculos romanos en que los emperadores y generales que ganaban una guerra marchaban por las calles de Roma con el botín y los prisioneros conquistados para mostrar tanto al ciudadano como al enemigo el poder del Imperio], triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:13–15). Ver también: Gálatas 3:13; 1 Corintios 6:9-10; Romanos 3:23-24
¿Qué podemos aprender del roce con esta herejía?
1. Las Escrituras son la única lámpara a nuestros pies y luz a nuestro sendero en que podemos confiar.
2. Las palabras del hombre sólo pueden llevarnos de vuelta a la esclavitud: por ejemplo, el temor. Tenemos que obtener todo el consejo de Dios en las Escrituras en vez de seguir la última decadencia teológica.
3. El hombre caído siempre busca soluciones rápidas. Casi todos los problemas encarados por las ceremonias de maldición generacional no pueden ser echados fuera o atados. Los problemas de conducta tienen que ser tratados en nuestro andar de discipulado. Necesitamos diariamente tomar nuestra cruz, considerarnos muertos al pecado y vivos a Dios en Cristo, traer a sujeción nuestro cuerpo, llevar cautivo cada pensamiento a la obediencia de Cristo, y renovar nuestra mente por la Palabra de Dios.
Un exorcismo “a la volada” de nuestras imperfecciones de carácter nos dejará decepcionados porque despertaremos el próximo día para descubrir que todavía tenemos esas imperfecciones. Jesús no nos ha llamado a una versión de método fácil del cristianismo. Él nos ha llamado al discipulado, a diariamente seguir al Maestro, sometiéndonos a su señorío, aprendiendo de Él, para llegar a ser más como Él.
4. Sirve para recordarnos el poder y la suficiencia de la sangre de Cristo.
5. Porque la maldición generacional nos ha llevado a retornar a la Biblia para reevaluar su mensaje, de nuevo se nos recuerda que nuestras obras tienen consecuencias, y que nuestra vida tiene un poderoso impacto en nuestros hijos, para bien o para mal. Por la manera en que viven algunos creyentes, es como dice el profeta Óseas: “Porque sembraron vientos, y segarán torbellinos” (Óseas 8:7).
Mucha gente en nuestras iglesias necesita de un verdadero arrepentimiento bíblico, una transformación, y el poder del Espíritu para que vivamos en forma ejemplar conforme al llamado de Dios.
Las palabras de Pablo claramente muestran que cualquier deuda de pecado que hayamos acumulado fue efectivamente cancelada gracias a la muerte vicaria o sustitutiva de Jesús. Además, Pablo afirma que los poderes y principados que nos tenían esclavizados en el pecado no sólo fueron vencidos y desarmados, sino también totalmente humillados.
La muerte de Cristo ofrece tanto el perdón de pecados como la liberación de la opresión y la posesión demoníaca a quienes se apropian de este sacrificio.
Conclusión: Las Escrituras nos enseñan que el sacrificio de Cristo es suficiente y completo para el perdón de nuestros pecados, que no estamos atados a los pecados de nuestros padres, cada quién es responsable de su propia vida y obras delante de Dios en forma individual. No necesitamos ceremonias ni ritos de exorcismo para ser libre.
“Así que, sí el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36)
Esta investigación fue realizada y editada por el Dr. Jesús María Yépez; quien es Médico Cirujano, Doctor en Teología, Pastor y Profesor de Biblia y Teología en el Seminario Teológico Alfa y Omega. Puerto Ordaz, Venezuela. Para comentarios o más información escriba al email: mccvida@yahoo.es
cuando una persona no cree en dios, no esta bajo su cobertura, y queda expuesto a las tentaciones que el diablo prepara día a día para hacernos caer. las personas que no obedecen a dios caen facilmente en las tentaciones bajo sus propias concupiciencias. y el diablo las convence, las engaña haciendoles creer que las cosas malas, son buenas. se atan, con espiritus, de mentira, robo, adulterio, alcoholismo, drogas, etc. el diablo tiene muchas maneras de tentar a las personas para hacer que sus almas se pierdan, y si no conocen a dios sucumben. y asi tambíen condenan a sus familias a sus hijos, por generacion a generacion. se van repitiendo patrones de conducta, aunque dios nos dejó el libre albedrio de decidir lo que queremos hacer, pero como las personas no conocen a dios, no tienen idea de dios, ni les interesa dios, piensan que están bien como estan, como viven sus vidas , y los padres convencen a sus hijos, que sin dios se está bien y los hijos se convencen y vuelven a convencer a sus hijos y asi van maldiciendo a sus generaciones, se traspasan espiritus de pobresas, de turbacion, incredulidad, de depresion, que toman posesiones de las personas que no estan bajo la cobertura de dios. y dios por misericordia y por gracia se le revela a quien quiere, y es el unico que los puede sacar de toda tiniebla, de toda malción.
tambien la mayoria de las personas llega a dios en su peor momento, cuando ya no pueden mas con los problemas, con la depresión, cuando estan abatidos de los constantes fracasos, ahi se acuerdan que hay un dios, pero mientras estan bien, tienen comodidad, no tienen enfermades, se alejan de dios y creen que todo lo pueden hacer por sus propias fuerzas.
que dios tenga misericordia de nosotros y nos de la paz en nuestros corazones y la gracia de la salvación. esforzaos y perseverad en el camino, la verdad y la vida que es Cristo jesus.
La palabra dice que jesus vino a este mundo a deshacer toda obra del diablo. si creemos en jesus y hacemos su voluntad, estaremos bajo la covertura de dios y el diablo no nos podra tocar, y todos nuestros pecados aunque fueren rojos como la grana, el los dejara blancos como la nieve. y nos bendecira hasta la 4ta generación. a dios no hay que entenderle hay que creerle y hacer su voluntad. amen
de este estudio no todo es malo y no todo es bueno. es edificante. gracias.
Reflexionemos; Si las maldiciones generacionales fueran una realidad, no cree usted que Dios habría dado las debidas instrucciones en las escrituras respecto a cómo tratar este problema. Además no hay evidencia en la historia de la iglesia cristiana sobre este tema, los apóstoles ni los padres de la iglesia, ni siquiera los líderes de la reforma los mencionan.
Así que como es posible que la biblia ni los principales líderes de la iglesia por más de 1500 años no hayan mencionado tan importante tema para el crecimiento y éxito de los cristianos.
Este disparate niega la suficiencia de las Escrituras, añadiéndole rituales y formulas generadas por el hombre (2 Timoteo 3:15-17, 2 Pedro 1:3-8) además niega la perfecta obra de Cristo en la cruz y niega la enseñanza bíblica de la responsabilidad personal, rehusando a aceptar responsabilidad por nuestros propias faltas y pecados. Negando a aceptar la verdad bíblica de somos tentados de nuestra propia concupiscencia y ni aun el diablo puede obligarnos a pecar (Santiago 1:4)
mi correo es jhsumoza@gmail.com.por favor escribame
primero quiero darle las gracias adios por su vida.y por averlo intruido en la buena doctrina de cristo,este tema de las maldiciones generacionales,se esta colando a travez de espiritus engañosos y lo mas triste es q pastores,apostoles y maestro estan callendo en esta falsa doctrina de hombres asi como lo dice colosenses 2:8,quiero decirle q en las iglecias libres se esta poniendo a los cristianos a hacer renuncias por pactos hechos por sus padres,ya sea en masoneria,brugeria o santerismo o otros,de hay en adelante los hacen renunciar bajo decretos o renuncias a tales practicas de maldiciones generacionales,me gustaria q me escribiera a mi correo y me hablara mas de este tema.quiero alertar a la iglcia de lo q se esta moviendo,en el mundo espiritual,agradeciendo su pronta respuesta,le doy gracias a dios por estos articulos.dios le siga bendiciendo.