El León, fuerte entre todos los animales, Que no vuelve atrás por nada; Prov.30:30.

(De hermoso andar) Este animal sirve como símbolo en muchos pasajes de la Biblia, pero aquí lo vemos siendo exaltado por tres de sus cualidades. Hermoso andar, fuerte entre todos los animales, y no vuelve atrás por nada. ¡Impresionante¡ ¿verdad?

Leamos esta cita en Miqueas 5:8: Así mismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape.

Vaya que comparación y que promesa juntamente la que hace el Señor para su remanente,  y hoy para la iglesia del cordero…Entonces, quiere decir que estas cualidades deben de formar parte del carácter de los que estamos siendo preparados para su venida…son atributos que deben de evidenciarse con claridad en la Iglesia de Cristo, así mismo como lo fue en el remanente de Israel.

¿Dónde deberán mostrarse estos atributos? En el diario vivir de todo creyente.

1) Nuestro caminar debe ser hermoso en cuanto a la rectitud e integridad de corazón…Proverbios. 10:9

El que camina en integridad anda confiado…integridad: libre de mancha moral…es decir, aquel que no tiene de que avergonzarse, levantando su cabeza erguida, sin temor a ser señalado.

Tito. 2:7  Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad.

Ejemplo de buenas obras, pero debemos de saber, que solo hay un camino por andar, en el cual toda cojera será sanada, Jesús, el camino, la verdad y la vida. Seguirle a Él y su palabra, nos hace rectos e íntegros.

Salmo. 19:8  Los mandamientos del Señor son rectos, que alegran el corazón; El precepto del Señor es puro, que alumbra los ojos.

2) Fuertes y esforzados para caminar en la fe y así poder alcanzar las promesas en esta vida y en la venidera.

Esfuerzo: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.

Filipenses.2:16  Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.

Lo único que podrá mantenerme fuerte, y esforzándome día a día, será la Palabra de Dios, no hay otra manera, podrás escuchar terapias, seminarios, frases repetitivas, libros de motivación personal, etc.…pero aquí es donde se cumplen las promesas del Señor, como por ejemplo:

Salmo. 84:5  Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos.

Dos cosas, las fuerzas en Dios, y su palabra en el corazón, entonces, desmayaremos, nos cansaremos, pero algo sobrenatural sucede cuando corremos a Él.

Salmo. 92:10  Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco y aún con esto tú puedas decir, pero hay momentos en mi vida, que creo que las fuerzas, verdaderamente se terminaron.

Entonces querido amigo, ahí, es tiempo de venir a su santuario, no para hablar, sino sencillamente en un acto de rendición y humillación delante de su bendita presencia, y dice Isaías 40:29 que El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

3) Con determinación: Osadía, valor.

Si Dios se inspiró en sus mismos atributos para poner de ellos aun en los animales, cuanto más en sus hijos.

Salmo. 119:10  Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos…

El secreto de la determinación, buscar al Señor de todo corazón, con sinceridad, confesándole nuestras debilidades día a día, hasta ver su gloria en nuestras vidas en una transformación de carácter, quizá de inestable, inseguro o fluctuante, a determinado, osado, y valiente, formando parte  del equipo de Cristo que no vuelven atrás por nada.

Lucas. 9:62  Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.

Apocalipsis.5:5 dice: Y uno de los ancianos me dijo: no llores. He aquí que el León de la Tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

He aquí que el León de la Tribu de Judá ha vencido.

Jesús el verdadero León de Judá, El Rey de reyes y Señor de señores el que venció a la muerte, salió victorioso de la tumba, y ha resucitado. Imitemos sus atributos gloriosos, aquellos que lo destacaron cuando camino aquí en la tierra: su hermoso andar, su fuerza invencible tanto física como espiritual y sobre todo, que jamás  dio marcha hacia atrás, cumpliendo así la perfecta voluntad del Padre de los cielos, diciendo estas palabras tan poderosas, hágase tu voluntad y no la mía.

Querido amigo, querida amiga, como siempre dos opciones, o seguimos al León de la Tribu de Judá, y su palabra, o pereceremos en la travesía de la vida. Tú decides.

Semillas de Vida
Elsa de Morán
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