Un europeo viajaba por África, y una madrugada encontró a uno de los guías de la caravana abismado en la oración. Le preguntó con cierta ironía: –¿Y cómo sabes tú que realmente existe Dios? El guía le dió esta magnífica respuesta: –Mirando la arena del Sahara descubro por las huellas, si un hombre o una fiera pasó por ahí. De la misma manera, si veo lo que me rodea en este mundo, por las huellas que en él descubro y adquiero la certeza de que por allí pasó Dios”.
Salmo 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.”