“ Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”  —Efesios 6:15.

Escuché hoy las noticias y nuevamente mi corazón se ha estremecido porque se sigue perdiendo la paz en nuestro planeta.

Guerras y conflictos sacuden nuestra tierra… Sin embargo, hay una responsabilidad que necesito tomar en mis manos y es la responsabilidad de ser portador de paz donde esté.

Hoy, quiero calzar mis pies con el apresto del evangelio de la paz.

¿Qué es apresto? Es la traducción de lo que en griego sería “Presteza”, “Preparación” “Firmeza”. La firmeza y la rapidez que el evangelio da a aquellos que creen en el, como la firmeza que las botas fuertes le dan aquellos que las usan.

Si he recibido las buenas nuevas y estoy disfrutando la paz con Dios y la paz de uno con el otro, entonces tengo la base más firme posible desde la cual luchar contra el mal.

Hoy, me calzo con el presto del evangelio de la paz , teniendo paz para con Dios y con los que me rodean, pero también quiero estar bien calzado con la prontitud para anunciar el evangelio de la paz. Hoy debo estar listo para dar testimonio de Jesucristo, como el pacificador de Dios y también listo para dar respuestas llenas de gracia. Si tengo esta predisposición esto producirá una influencia muy estabilizadora en mi propia vida y en la presentación a otros del evangelio liberador.

“Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz” Este verso me recuerda la bendición de calzarme hoy con el evangelio de la paz. Yo se que el enemigo de nuestras almas teme y odia el evangelio, porque es poder de Dios para rescatar a la gente de su tiranía y por ello él hará guerra, pero si calzo mis pies con el apresto del evangelio de la paz, estaré equipándome para marchar con firmeza y prontitud hacía la conquista de centenares de almas.

“Señor. Gracias por darme tu paz con las buenas nuevas, cuando mi alma se debatía en tristeza, dolor y angustia.

Tu paz infinita inundó mi corazón y es una paz que sobrepasa todo entendimiento.

Hoy quiero vivir en esa paz y compartir esa paz con otros y se que al compartir esa paz , un conflicto se querrá levantar contra mí por parte del padre del conflicto y la angustia, pero si estoy bien calzado con el apresto del evangelio de la paz… no solo disfrutaré de tu paz y no solo compartiré esta paz con el angustiado sino que haré frente al enemigo de la paz y proclamaré en victoria que tú eres el príncipe de paz.

Este es el día de paz. Amén.

Serafín Contreras Galeano
www.serafincontreras.com