Devocional Diario – Y vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones, si escuchas la voz  tu Dios. Deuteronomio 28:2 RVA

Los que vivimos en ciudades anhelamos salir al campo para disfrutar un poco del silencio. No solo el ruido de los autos,  las máquinas, los televisores y celulares, sino nuestras propias voces que invaden el espacio y aceleran nuestros sentidos.

A pesar de que es sumamente motivador para las personas, tanta estimulación produce un efecto contrario de agotamiento y estrés que se traduce en problemas físicos y emocionales.

La Palabra de Dios dice que oír su voz trae bendición a nuestras vidas.  Por esta razón tenemos que detenernos y prestar atención a lo que nuestro Papá quiere decirnos. Es increíble como puede modificarse nuestra vida cuando tomamos sus consejos y los practicamos diariamente, nuestra realidad  es  ampliamente bendecida.

Solemos  creer que escuchar su voz es leer un versículo y salir corriendo para cumplir en alguna actividad. Sin meditación ni autocrítica acerca de nuestras vidas  no avanzaremos mucho en el conocimiento de nuestro Dios. Tal vez pensamos que el domingo es una buena oportunidad para oír su voz, sin duda es así, pero  El espera encontrarnos más seguido, porque nos ama tanto que no quiere dejarnos como estamos.

Sin duda, para escuchar su voz tenemos que hacer silencio, apagar todo aquello que estimula los sentidos para oír en la dulce calma la voz de Dios. El nos espera hace tiempo, quiere decirnos muchas cosas.  No le tengamos miedo al silencio.

Señor, deseo tu bendición, la que viene de oír tu voz. Háblame estoy listo para escucharte.

martadebiondi@gmail.com

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