Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles. — Hebreos 11:3

 

Así que, ¿por qué el Señor querría que pasáramos tiempo leyendo regularmente Su Palabra? ¿Dónde está la ventaja para nosotros? ¿Qué beneficio espiritual obtenemos al llevar Su Palabra en nuestro corazón? ¿Qué puede encontrarse en la Biblia que no pueda encontrarse en ningún otro lugar?

Para empezar, enfoquémonos en lo que es la Biblia y en lo que no es. No sólo es papel y tinta, palabras divididas en libros, capítulos y versículos. Estos sólo son los medios mediante los cuales la Biblia puede ser leída.

Por muy simple que pueda sonar, la Biblia es la Palabra del Señor, lo que Él ha dicho respecto a todo cuanto concierne a la vida real y a la piedad. Cuando lees un capítulo o varios versículos, en realidad estás leyendo lo concerniente a ese tema que el Señor ha registrado para todos los tiempos.

Piensa por un momento en el poder de la Palabra de Dios. En el principio, Él habló y toda la creación comenzó a existir de la nada. La Palabra de Dios está llena de un poder creativo tan lleno de vida que formó el universo. Ese poder todavía repercute en Sus palabras escritas para nosotros.

La ciencia tiene varias teorías acerca del origen del universo y de la vida en la tierra. Todas las probabilidades en contra de la vida, en contra la existencia (punto), son tan enormes que cualquier explicación razonable de por qué estamos aquí debe considerar cantidades astronómicas de fenómenos naturales (como tiempo y energía) dentro de la ecuación.

La vida es simplemente una improbabilidad demasiado grande como para que haya sucedido sin un formidable elemento externo a nuestra experiencia presente y a lo que podemos ver en el mundo tal y como lo conocemos ahora.

Las investigaciones científicas concluyen que algo “sólo sucedió.” En medio de la vastedad, emergiendo de las energías y los elementos del universo recién formado, la vida (de algún modo) comenzó y evolucionó hasta llegar a su forma presente. ¿Qué pudo haber sido lo suficientemente poderoso como para esparcir las galaxias o para producir la vida de cualquier tipo, especialmente la humanidad, en la tierra?

Para los creyentes en el Señor, el origen de nuestra especie va más allá de un asunto de curiosidad ociosa. Se ubica en el centro de lo que es cierto acerca de Él: que Él creó el universo como un campo para Su creación y así tener una relación amorosa con nosotros, y que lo hizo  intencional, personal y milagrosamente.

Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha concedido Sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. — 2 Pedro 1:3-4 .
Hoy..es un día hermoso para acercarme confiado a su palabra y en ella creceré.

Señor, Gracias te doy por darme la oportunidad de tener tu hermosa palabra en mi mano para ser orientado, educado y guiado. En el Nombre de Jesús. Amén.

Dr. Daniel A. Brown.
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