Sin mis hijos mi casa estaría limpia, mi billetera llena, pero mi corazón VACÍO.
“¡Voy a irme a la Montaña Negra!”, gritó el pequeño Ricardo de cinco años.
“Muy bien, si eso es lo que quieres adelante”, le respondió su madre abriendo la puerta y acompañándolo hasta el pórtico.
Un manto de silencio cayó sobre él. Hacía rato que ya no había sol y la oscuridad de la noche cubría el paisaje. Por el resplandor de las estrellas, apenas veía la forma de la Montaña Negra en la distancia. En plena oscuridad, el niño escuchó el movimiento de un animal entre las plantas, y el aleteo de un ave en el cielo oscuro.
De pronto, el corazoncito del niño latía con más rapidez, y se le había acelerado la respiración. Ir a la Montaña Negra había sido una mala idea.
Se sentó en el pórtico abrazándose las rodillas contra el pecho, mientras una lágrima le rodaba por la mejilla al tratar de controlar el miedo.
Desde la cocina, escuchó que su padre le decía: “Ricardo ¿quiéres venir a cenar con nosotros?”
A veces, cuando estamos enojados con nosotros mismos, con los demás, con las circunstancias, o hasta con Dios, queremos irnos.
Nos enojamos y amenazamos.
Nos sentamos en el pórtico y lloriqueamos. Aun así, Papá espera pacientemente y nos llama para reunirnos con el resto de la familia. El amor ahuyenta los temores y la restauración sana las heridas.
Tomado de En el Jardín con Dios.
Proverbios 19:21
Muchos son los planes del hombre, más el consejo del Señor permanecerá.
Señor:
Mi Hijo crecerá y se fortalecerá
en tu presencia. Progresará en Sabiduría
y tu favor lo acompañará
Todos los días de su Vida.
Lucas 2:40
Sin mis hijos mi casa estaría limpia, mi billetera llena, pero mi corazón VACÍO.
Antes de recibir al SEÑOR como mi salvador, leía mucho esta pagina, y EL conversaba conmigo a través de estos hermosos devocionales basados en su palabra.
han sido de gran bendición a mi vida y lo siguen siendo.
Que DIOS les bendiga y prospere su ministerio cada día mas.
Muy buen mensaje , a mi también me han alentado mucho estas reflexiones
Yo no recuerdo el color de la montaña, sólo recuerdo mi enojo con todo y con todos.
Recuerdo a papá llamándome a cenar y continúe en mi enojo aún sentado a la mesa.
Cuando deje que papá sanara mis heridas del pasado y entendí que mi pasado no determina mi identidad y que su amor trasciende mi pasado, mi presente, mi orgullo y hasta mi indiferencia. Solo alli.
Abrí la puerta deje que el entrará el ceno conmigo y yo con El.
No existe nada que logré que El me ame más de lo que me ama pero tampoco existe nada que logré que El me ame menos de lo que ya me ama. Su amor por nosotros no cambia.
Saben… anoche me enteré que mi hijo fue aceptado en el ejército, y hoy al leer la introducción mis lágrimas volvieron a rodar. Pero al seguir leyendo entendí que Dios usó la introducción como gancho para que yo terminara el resto de una hermosa lectura. No solo queremos huir sino también e la tristeza , pero el usa lo que sea, hasta una lectura, para no dejarnos escapar de su presencias. Gracias
Aveces como padres hasta nos arrepentimos de haber tenido hijos pero cuando crecen y se van queda una tristeza muy grande en nuestras vidas un vacio que nunca hubietamos querido que se fueran de nuestro lado…..Nunca Dejaremos de Ser padres Amemos a Nuestros Hijos