“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” (Salmo 30:5)

¿Quién que viva no ha pasado alguna noche difícil?

La noche que estuviste en esa sala de hospital, esperando noticias, temiendo lo peor. O aquella que pasaste llorando por la herida que causaron a tu corazón. O aquella otra en que sentías temor, o hambre o frío. Y que tal aquella en la que te tocó despedir a un ser que amabas y partió hacia la eternidad?

Todos hemos tenido noches oscuras. Pero no todas las noches son tan oscuras. ¿Qué tiene la noche que pareciera atraer o acrecentar pesares, dolores y quebrantos?

La noche, en este caso, no es la otra mitad del día; representa una época, una temporada que vivimos en la cual todo fue (o es) sombrío, oscuro, frío. Pareciera que nunca va a acabar. Sientes una intensa agonía y percibes el peligro a cada instante.

Dios no pudo escoger a nadie mejor para hablarnos de noches oscuras que David. Él sí sabía de noches oscuras, de persecuciones, de traiciones y soledad, de dolor y peligros de muerte, de huir de un patrón como de un hijo, de llorar la muerte de un amigos como la de su bebé recién nacido. Sabía de menosprecios y humillaciones. David es el mejor para hablarnos del tema.

David nos cuenta que la noche termina cuando comienza el día; y tu día comienza cuando te decides a alabar a Dios. No tienes que sentarte a llorar hasta que todo acabe (a su propio ritmo). Lo último que verás en tu noche más oscura, LO ÚLTIMO QUE SE ESCUCHARÁ antes que amanezca SERÁ TU ADORACIÓN AL SEÑOR.

Job lo dijo de esta manera: “¿Dónde está Dios mi hacedor, que me da cánticos en las noches?” (Job 35:10)

David, una vez más, lo declara: “Pero de día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida” (Salmo 43:8)

Y otra vez: “Al señor busqué en el día de angustia; a él alzaba mis manos de noche y sin descanso” (Salmo 77:2). Y finalmente: “… Aún la noche RESPLANDECERÁ alrededor de mí” (Salmo 139:11)

LA ADORACIÓN ACELERA EL AMANECER. Si David dice que LA ALEGRÍA llega con Cristo al amanecer entonces puedo acelerar el proceso, haré que mi noche (época de dolor) acabe más rápido alegrándome con mi Dios. No colgaré mi arpa en los sauces, no me sentaré a llorar junto a los ríos de Babilonia, ni seré objeto de burla de mis enemigos (Salmo 137); ME GOZARÉ Y ME ALEGRARÉ ADORANDO A MI SEÑOR, y como consecuencia la tinieblas de la noche más oscura TIENEN QUE HUIR.

“Mas sobre vosotros (los que teméis mi nombre) nacerá el sol de Justicia, y en sus alas traerá salvación, y saldréis y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2)

El apóstol Pablo se encontraba en una nave rumbo a Italia cuando de repente les azotó, primero un viento, luego  una tormenta y por último un  huracán. La nave se estaba desarmando, no tenían velas, ni mástil ni timón, iban a la deriva, y por 14 días no habían comido, ni habían visto luz de sol, ni luna, ni estrella (era su noche más oscura).

Puesto en pie (como sólo los que tienen una historia con Dios lo pueden hacer) exhortó a todos a RECOBRAR ÁNIMO diciendo: ” esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios (de quien soy y a quien sirvo) diciendo: NO TEMAS…” (Hechos 27:23.)

Tengo una palabra de Dios para quien lea este mensaje:

DEJE DE LLORAR, sus lágrimas no harán sino hacer más oscura y sombría su noche.

LEVÁNTESE en el nombre de Jesús,

DESCUELGUE SU ARPA de los sauces y comience a

ADORAR al señor por una victoria anticipada.

DECLARO SOBRE TU VIDA QUE EL SOL DE JUSTICIA (CRISTO JESÚS) SE LEVANTA SOBRE TÍ y hace huir toda tiniebla, dolor y pesar. DISFRUTA porque ha amanecido sobre ti su luz, y LA GLORIA DEL SEÑOR ha venido sobre ti. Aunque sobre el mundo entero se cierna la noche más oscura, sobre tí amanecerá la gloria del Señor (Isaías 60:1.2)

BENDICIONES. Pastor Orlando Osorno

FRATERNIDAD CRISTIANA EMANUEL,

Managua, Nicaragua orlandosni@yahoo.es