Libertad es tener dominio o señorío sobre las pasiones
La verdadera libertad es lo contrario a la esclavitud. Es el poder para tener dominio sobre las pasiones humanas como la ira, el enojo, el egoísmo, el orgullo, la maledicencia, la falta de perdón, etc.
Un matrimonio necesita vivir en libertad para lograr la realización de ambos. Estamos hablando de un ambiente de libertad en el hogar donde ambos cónyuges se sienten libres porque confían en que su cónyuge siempre va a tener una palabra de ánimo, de apoyo, de paz, aún en momentos difíciles o en momentos de tensión. Aún en momentos de errores y equivocaciones.
Qué hermoso sería que todos los matrimonios aprendieran a amarse de tal manera que vivan esa libertad, donde el cónyuge puede expresar sus pensamientos libremente con la seguridad de que su cónyuge siempre va a ponerle atención y nunca le va a criticar ni juzgar; aunque no estén de acuerdo en cualquier tema.
No podemos confundir libertad con libertinaje.
El libertinaje es un abuso, una aberración de la libertad. El libertinaje está basado en el egoísmo y pretende obtener felicidad (temporal) a cambio del sacrificio u ofensa de su cónyuge.
Libertinaje es hacer lo que se nos venga en gana. Libertad es responsabilidad.
Libertad es confianza otorgada, aún cuando no se merezca. Curiosamente es cuando más surte efecto, ya que una persona que ha violado la confianza y es tratada con confianza a pesar de, demuestra la decisión de perdón como nos enseña la palabra de Dios.
El Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2 Cor 3:17
Cuando el Espíritu del Señor está en nosotros, se produce un estado de libertad porque el fruto del Espíritu es Amor, Paz, Gozo, Fe, Paciencia, Bondad, Benignidad y Dominio Propio.
Por tanto la presencia del Espíritu de Dios nos da la capacidad de vencer las debilidades humanas. Necesitamos vivir en la libertad que nos da el Espíritu de Dios para amar por decisión a pesar de. Eso no es fácil, y precisamente por esa razón, lo necesitamos a EL.
Para que el Espíritu del Señor esté en nosotros, tenemos que vivir en obediencia a su palabra. Si no vivimos en obediencia, es imposible que el Espíritu de Dios y por supuesto tampoco su fruto esté en nosotros. Toma la decisión de vivir en obediencia a la palabra de Dios y pídele a Dios que te ayude en tu debilidad. Suelta ya esa atadura que impide que el Espíritu del
Señor venga a tu vida. Suelta esa falta de perdón, suelta esa adicción, suelta tus ataduras materiales. Deja todo lo que te estorbe para que el Espíritu del Señor establezca su señorío sobre tu vida.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
www.libresparaamar.org
El matrimonio es una bendicion de DIOS, y como tal se convierte en la celula fundamental de la sociedad a la llegada de los hijos, pero debemos recordar que la union de esos lazos de amor que debe existir en el mismo dependen exclusivamente de la pareja, sobretodo el RESPETO mutuo y la no invasion del espacio de cada quien. Por favor no caigan en la rutina diaria, busquen alternativas y mantengan encendida esa llamita de amor y felicidad. El señor los bendiga.
PARA ZULEIMA AMIGA PIDES AYUDA PARA QUE NO TE DIVORCIES DE QUIEN QUIERES AYUDA DE LUIS Y HANNIA FERNANDEZ O DE LA COMUNIDAD DE ESTA PAGINA NO DAS DATOS SI ERES CASADA SI TIENES HIJOS CUANTOS AÑOS TINES O EL MOTIVO DE TAL SITUACION YO TENGO 30 AÑOS DE CASADO FELIZMENTE GRACIAS A DIOS Y ESO QUE YO PRACTICO O ME GUSTA LA IGLESIA CRISTIANA Y MI ESPOSA ES CATOLICA RESPETAMOS NUESTRAS IDEAS CUANTO ME GUSTARIA QUE ELLA CAMBIARA A MI BANDO PERO CONFIO EN QUE EL CAMBIO SE DE POCO A POCO DE MOMENTO SOLO TE PUEDO DECIR QUE ACTUES DE BUENA FE CON TU ESPOSO PARA QUE EL NO TENGA NADA QUE REPROCHARTE Y CONFIA EN EL SEÑOR TUS PROBLEMAS EL SABRA QUE ES LO MEJOR PARA TI .. BENDICIONES A LUIS Y HANNIA FERNANDEZ
gue mui buena reflexion verdaderamente gue uno esaveses muy egoista con uno mismo y com su pareja por el orguyo y la toleransia crasias por tan ermosas palabras gue nos alientan dios los siga vendisiendo mucho
Apreciados Luis y Hannia Fernandez, gracias mil por sus sabios consejos. Solo anadanle a estos la Mansedumbre, pues como nos dice su Palabra: “Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazon”(Mateo 11: 29). La humildad y la mansedumbre van siempre de la mano. Bendiciones amados hermanos……
Quisiera compartir esta Reflexión del Matrimonio, favor léanla:
Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena,
la tome de la mano y le dije: tengo algo que decirte.
Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar
el dolor en sus ojos.
De pronto ya no sabía cómo abrir mi boca.
Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio……
le dije lo más suave que pude.
Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario,
muy tranquilamente me pregunto, ¿por qué?
Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer.
Tiro los utensilios y me grito, ¡no pareces hombre! Esa noche,
ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio.
Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio.
Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria.
Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa.
Ya no la amaba, solo me daba lástima.
Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el
que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones
de mi empresa
Después de leerlo ella lo rompió en pedazos.
La mujer que había estado diez años de su vida conmigo
ahora era una extraña.
Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdicio conmigo.
Todo eso que yo nunca le podría reponer.
Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.
Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo
esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco,
ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora
era más clara que nunca.
El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa
escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso
con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retire a dormir.
Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo.
La verdad no me importo y solo me acomode de nuevo en cama
y seguí durmiendo.
En la mañana me presento sus condiciones para aceptar divorciarse:
No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio,
me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible.
Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes
en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio
frustrado de sus padres.
Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo.
Pero había más, me pidió que me acordara como la cargue
el día de nuestra boda.
Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta
la puerta de la casa……. pensé que se estaba volviendo loca.
Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara
sin más peleas o malos momentos.
Le platique a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa……
se rio bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón:
no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad
que se van a divorciar.
Desde que le exprese mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no
teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo
un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos
y dijo, papa me da gusto que quieras mucho a mi mama.
Sus palabras me causaron un poco de dolor.
Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como
diez metros con ella en mis brazos.
Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio.
Me sentí muy incomodo, la baje y ella camino a tomar el autobús
para ir a trabajar. Yo maneje solo a mi trabajo.
El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi pecho.
Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace tiempo
no le había puesto mucha atención a esta mujer.
Me di cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara,
su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio.
Por un minuto me pregunte que si yo era el responsable de esto.
A el cuarto día, cuando la cargue. Sentí que regresaba un poco de intimidad.
Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida.
El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez.
No le platique nada de esto a Eloísa.
Conforme los días pasaban se me hacia mas fácil cargarla.
Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte.
Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse,
pero no encontraba nada que le quedaba. Solo suspiro y dijo,
todos mis vestidos me quedan grandes.
Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla.
Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada.
De repente entendí la razón……estaba sumergida en tanto dolor
y amargura en su corazón. Inconscientemente le toque la frente.
Nuestro hijo entro en ese momento y dijo, Papa es tiempo que cargues a mama.
El ver a su papa cargar a su mama todos los días se le había hecho costumbre.
Mi esposa le dio un fuerte abrazo.
Yo mejor mire hacia otro lado por temor a que esta conmovedora
imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargue,
y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acaricio mi cuello,
y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos.
Pero su estado físico me causo tristeza. En el último día,
cuando la cargue sentí que no me podía ni mover.
Nuestro hijo ya se había ido a la escuela. La abrasé fuerte y le dije,
nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así.
Me fui a trabajar…..salte fuera de mi auto sin poner llave a la puerta.
Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión…..subí las escaleras,
Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar.
No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me toco la frente
y me pregunto si tenía fiebre. Quite su mano de mi frente y le dije de nuevo.
Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar.
Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar
los pequeños detalles de nuestras vidas.
No porque ya no nos amaramos.
Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargue por primera
vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe.
Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada,
y llorando cerro su puerta.
Corriendo baje las escaleras y me fui de ahí.
Pare en una florería, ordene un bonito ramo para mi esposa.
La chica me pregunto que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí,
” siempre te llevare en mis brazos hasta que la muerte nos separe”
Esa noche cuando llegue a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa
en mi cara, subí a nuestro cuarto……..
solo para encontrar a mi esposa en su cama…..Muerta
Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación.
No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco.
Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo.
Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa,
y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles
que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio