•    Los líderes existimos para guiar y dejarnos guiar.  Especialmente ser guiados por el Espíritu Santo.  Predicamos y enseñamos acerca de ser guiados por el Espíritu Santo, sin embargo, cuando llega el momento de ser guiados por el Espíritu de Dios nos parece cuesta arriba y hasta no discernimos que el Espíritu Santo nos está guiando.
•    Por lo regular, la dirección del Espíritu de Dios nos introduce en cambios, giros inesperados y creación de nuevos escenarios. Existen dos tipos de líderes quede manera diferente a la dirección  del    Espíritu Santo.
•     Una mañana leí en La Carta de Panamá, la siguiente reflexión la cuál les comparto:
•    LA GENTE QUE ME AGRADA
•    Me agrada la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que tiene que hacer y lo hace en menos tiempo de lo esperado. Me agrada la gente con capacidad para medir las consecuencias. La gente que no deja las soluciones al azar. Me agrada la gente que trabaja para lograr buenos resultados. Me agrada la gente que sabe la importancia de la alegría. Me agrada la gente que piensa en el trabajo de equipo, entre amigos; ya que produce más que los caóticos esfuerzos individuales. Me agrada la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos y que nos podemos equivocar. Me agrada la gente de criterio y la que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. Me agrada la gente fiel y persistente que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideales se trata.
•    Con gente como ésta me comprometo a todo, así no reciba ninguna retribución, ya que con ser parte de este equipo me siento satisfecho.
•    Ciertamente, estamos viviendo una época muy importante en la  historia de la Iglesia .

Existen dos tipos de Líderes en América Latina. Quizás en otros lugares también, pero quiero hablar de lo que más conozco: América Latina. Están los Líderes. Moabitas y los Líderes Abrahámicos: ¿Quiénes son? ¿Qué significa esto? Permítame explicarlo.
•    LÍDERES MOABITAS
•    “Quieto estuvo Moab desde su juventud y sobre su sedimento ha estado reposado y no fue vaciado de vasija en vasija ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto quedó su sabor (sabor, conducta o entendimiento) en él y su olor (terminado usado para los sacrificios a Dios) no se ha cambiado. Por eso vienen días (períodos), ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le transvasaran; y vaciarán sus vasijas y romperán sus odres.” Jeremías 48:11 y 12
•    ¿Quién fue Moab? Moab significa en Hebreo: La Semilla del Padre. Dicho en términos latinoamericanos esto es: De tal Palo, tal astilla, o, Igualito a su Papá. Y, ¿quién fue el Padre de Moab?
•    Moab fue hijo de Lot por su relación incestuosa con su hija luego de la destrucción con Sodoma y Gomorra. Moab fue el ancestro de los Moabitas. Los moabitas fueron caracterizados por la arrogancia, principal defecto de ellos. No accedían a los cambios. La profecía está dirigida a los Moabitas para sacudir su conformidad y su renuencia a cambiar.

A muchos siervos les cuesta aceptar los cambios producidos por Dios. Les es difícil aceptar las transiciones en sus vidas como venidas de la mano de Dios y culpan más a gente o a las circunstancias cuando en realidad es Dios quien está tratando con ellos para llevarlos de una dimensión a otra. Como líderes, El Señor quiere llevarnos de vasija en vasija para que nuestro sabor no sea el mismo y nuestro olor sea cambiado. Cuando Dios quiere producir una transición en nuestra vida, primero trata con nuestro corazón, nos lleva a su palabra, produce ciertas circunstancias sutiles alrededor de nuestro ministerio y comienza a hablarnos suavemente para llevarnos a un desafío de fe, si nosotros no lo entendemos o peor aún nos resistimos debido a nuestra arrogancia ministerial, el Señor comienza a enviarnos trasvasadores los cuales no sólo nos cambian de vasijas, sino que terminan rompiendo nuestros odres. Por ello, vale la pena aprender a entender los tratos de Dios con nosotros y obedecer a Su llamado y no esperar que lleguen los transvasadores, porque Dios es misericordioso, pero los trasvasadores no tienen misericordia. Los transvasadores de Moab eran los ejércitos enemigos, los cuales los iban a conquistar y sacarlos de su tierra, pero detrás de ellos estaba la mano de Dios.
•    Si Moab era hijo de Lot y el nombre Moab significa: La Semilla del Padre. Observemos por un momento la vida de Lot y encontramos que efectivamente Lot también se negó a ser movido, no aceptó las transiciones y Dios tuvo que usar trasvasadores para él. Dios sin duda trató con él, a través de las circunstancias previas que rodeaban a Sodoma y a Gomorra para que Lot por su propio pie saliera de esas tierras que estaban bajo juicio, pero Lot no entendió y sostuvo una resistencia pasiva con Dios. Dios en su misericordia le envió dos trasvasadores para sacarlo y moverlo a otra vasija; dos ángeles. Notemos en Génesis 19 la manera como estos ángeles tuvieron que tratar con Lot para sacarlo de allí: “Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él , los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él, y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.” Génesis 19:15,16. Lot no entendió la transición de Dios para él y le envió trasvasadores. Menos mal que ellos fueron trasvasadores de misericordia. En el Capitulo 13 de Génesis, encontramos a Lot nuevamente negándose a entender otra transición de Dios para su vida. En está ocasión Dios usó otro trasvasador de misericordia y éste fue Abraham. Podemos notar que Abraham sí entendía las transiciones de Dios en su vida. Eso lo vimos en el capítulo anterior.
•    Los Líderes Moabitas son los que resisten los cambios. Se niegan a ser dirigidos por el Espíritu Santo porque no disciernen qué es el Espíritu Santo y se aferran a lo conocido para no entrar a lo desconocido. Por lo que se estancan en su desarrollo.
•    LÍDERES ABRAHÁMICOS
•    Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, con su mujer y con todo lo que tenía, y con él iba Lot. Abram era riquísimo en ganado, y en plata y oro. Caminó de jornada en jornada desde el Neguev hasta Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda, entre Bet-el y Hai, al lugar del altar que antes había edificado; e invocó allí Abram el nombre de Jehová. Génesis 13:1-4. Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: «Alza ahora tus ojos y, desde el lugar donde estás, mira al norte y al sur, al oriente y al occidente. Toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Haré tu descendencia como el polvo de la tierra: que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. Levántate y recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque a ti te la daré». Así pues, Abram levantó su tienda, se fue y habitó en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, donde edificó un altar a Jehová.
•    Génesis 13:14-18
•    Los Líderes Abrahámicos no se aferran a lo conocido y entran en lo desconocido con una clara revelación del destino, por lo que crecen continuamente. Permítame establecer un paralelismo entre estos tipos de líderes.
•    Que el renuevo de plenitud ministerial nos lleve a ser líderes Abrahámicos.
•    ¿CÓMO SON LOS LÍDERES MOABITAS?
•    Están en continua guerra con el cambio, en vez de vivir pacíficamente en el cambio. Combaten continuamente con las transiciones en lugar de manejarlas efectivamente. Se anclan en el pasado y por ello se encuentran incapacitados para tratar con el cambio actual. Todo cambio los asusta, les hace retroceder; el pasado les da seguridad.
•    Necesitan mantener el control. Los Moabitas necesitan creer que ellos están a cargo de sus vidas. Complican sus vidas al punto que toman todo en sus manos para mantener todo y a todos en línea. Tratan estrictamente con los asuntos externos de la situación sin mirar lo interno. La obsesión por el control puede llegar a ser cada vez más imposible de satisfacer. Luchan por el control de todo y de todos.
•    Los Moabitas manipulan lo externo como una respuesta a no poder manejar lo interno. “Si no puedo manejar mis sentimientos internos, yo encontraré algo en el mundo externo que yo pueda cambiar y seguramente con eso echaré fuera mis sentimientos internos.”
•    Lo externo es más fácil de tratar que lo interno por ello su énfasis es lo externo. Imponen reglas, exigen y manipulan aún en el área espiritual.
•    Los Moabitas desconfían y sospechan de los demás. Ellos desconfían de todo y de todos. Creen que la vida y la otra gente están en contra de ellos y por lo tanto están siempre a la defensiva para evitar que les tomen ventaja. No saben confiar libremente en los que les rodean.
•    Los Moabitas mantienen desconexión espiritual. No es que no practiquen ritos espirituales. Ellos pueden pastorear, predicar, ser líderes denominacionales etc. Lo que pasa es que no entienden el significado espiritual de lo que están experimentando. No comprenden por qué Dios los está llevando por ese camino. Por lo tanto, lo analizan todo desde una perspectiva humana, sin entender lo divino. Lo pelean en el plano humano y dejan de conectarse con lo espiritual. Si pierden su elección en una Convención no piensan que Dios es quien les está dando el mensaje de que su tiempo que ha finalizado, sino que cuentan los votos y culpan a otros por no haber sido elegidos de nuevo.
•    Los Moabitas no tienen sentido de propósito y no entienden la Revelación de Destino. Ellos eluden mantener una declaración de misión. No se preguntan: ¿Por qué estoy aquí? ¿Hacia dónde Dios quiere que vaya? ¿Terminó mi tiempo? Nuestro sentido de propósito emerge de nuestra espiritualidad, si perdemos la conexión espiritual, el asunto de propósito en la vida pierde significado.
•    Los Moabitas culpan a los demás y a las circunstancias de las situaciones en sus vidas. Cuando ocurre algo: “es la culpa de ellos,” “ellos me hicieron eso.” Juegan el papel de víctimas y culpan a factores externos. Ellos son “reactivos,” no “proactivos.”
•    Los reactivos sólo responden o reaccionan ante las circunstancias.
•    Los proactivos hacen que las cosas pasen.
•    Los Moabitas se desconectan de sus sentimientos, especialmente los sentimientos negativos.  Ellos no desarrollan un hablar del corazón. Provienen de familias donde las emociones no son aceptables. Siempre dicen: “Yo estoy bien.” Les cuesta llorar en público y demostrar que tienen miedo o que están enojados.
•    Los Moabitas tienen pensamientos rígidos. Para ellos todo es blanco o negro, no hay terrenos intermedios. No aceptan la vitalidad ni la frescura de ideas. Se oponen a la renovación. Jamás se atreven a tener una mente abierta. Sus creencias son las únicas y juzgan muy rápido lo que no encaja en sus paradigmas
•    Moabitas manifiestan con frecuencia actitudes negativas. Piensan lo peor de cada situación. Son frecuentemente pesimistas.
•    Cualquier nueva experiencia la ven como algo para examinar y tener mucho cuidado.
•    Los Moabitas no aceptan los sistemas de apoyo. Por lo general, son personas solitarias. Si tienen amigos, son amigos que comparten lo que ellos creen y piensan. No contar con sistemas de apoyo puede ser devastador especialmente en tiempo de crisis. Un sistema de apoyo es un grupo de personas que nos rodea. Un grupo al cual somos vulnerables, con una disposición para oírle.
•    Un grupo que nos puede amar y por lo tanto nos puede corregir.
•    Los Moabitas pierden el balance y sentido de orientación. Enfatizan lo externo y prestan poca atención a las relaciones, la esperanza o crecimiento interno. Van de un extremo al otro y no saben mantener la orientación de sus vidas, comienzan muchas cosas y no terminan ninguna y quienes les rodean pueden sentirse muy confundidos.
•    ¿CÓMO SON LOS LÍDERES ABRAHÁMICOS? Un líder Abrahámico es un líder que crece vigorosamente y florece en medio de todas las circunstancias.
•    Los líderes Abrahámicos están atentos a lo que ocurre tanto interna como externamente.
•    Ellos están creciendo continuamente en cada circunstancia. Para ellos cada transición es una escuela. El crecer lo toman como un compromiso. Siempre están leyendo, asistiendo a seminarios, hablando con gente que los edifican. Su anhelo más grande es  crecer y crecer. Saben que su crecimiento interno es la base de todo.
•    Los líderes Abrahámicos poseen una motivación interna. No importan lo que atraviesen, se sienten motivados y cada problema lo ven como un desafío para enfrentar. Tiene un sentido de control saludable en sus vidas. Sus vidas son vibrantes, emocionantes y llenas de calor humano.
•    Los líderes Abrahámicos son receptivos a las nuevas ideas. Están abiertos a la renovación. Saben que el mundo está cambiando y que ellos necesitan cambiar también. Están seguros que vida es crecimiento y cambio. Lo que crece cambia. No se aferran al pasado, sino que lo usan para saltar al presente con una clara determinación de futuro.
•    Los líderes Abrahámicos tienen vitalidad espiritual. Sus prácticas espirituales no son religiosas sino vibrantes, llenas de vida y mantienen un caminar continuo con el Señor. Su caminar con el Señor es nuevo cada día y sus devociones son estimulantes. No se secan, están como los olivos verdes en el altar de su Señor.
•    Los líderes Abrahámicos aman los sistemas de apoyo. Saben que no pueden seguir solos y aman el grupo de apoyo del líder. Rodeados de Pablos, Bernabés y Timoteos. Pablos que los enseñan y guían, Bernabés que los confortan y Timoteos a quienes ellos forman y edifican.
•    Los líderes Abrahámicos tienen una capacidad de recuperación inmediata. Se recuperan de las crisis y las adversidades con asombro. Saben sacar provecho de las noches. Como Pablo en la cárcel de Filipos. A veces son sacudidos pero dicen, como Pablo, “Sacudidos pero no vencidos.” Se recuperan porque saben en su espíritu que la batalla final ya ha sido ganada.
•    Los líderes Abrahámicos saben sentir. Ellos usan las emociones fuertes como mensajeros en su movimiento de avance. Saben comunicar sus sentimientos. Son tiernos, dulces y amorosos. Saben llorar y saben admitir cuando sienten miedo y temor. Son humanos.
•    Los líderes Abrahámicos tienen la habilidad de auto-nutrirse. Ellos saben escoger lo que los nutre y dedican tiempo en esas actividades tales como, como orar, leer la Palabra, retiros personales, ayunos y edificación mutua. No se sienten bien si no se están nutriendo espiritualmente.
•    Los Líderes Abrahámicos son proactivos. Ellos no esperan que las cosas sucedan para reaccionar, sino que hacen que las cosas sucedan. Su pregunta “¿Por qué estoy aquí?” los motiva a mirar adelante. Por ello, tienen sentido de propósito. Su creatividad es impresionante, no aman la rutina ni se dejan llevar por la corriente. Saben pararse y marcar el camino en un mundo lleno de confusión.
•    Los líderes Abrahámicos son soñadores pero con los pies en la tierra. Sueñan más allá de lo que parece práctico. Rehúsan la expresión, “esto se intento antes.” Arriesgan grandes sueños y sus sueños llegan a convertirse en realidad. Ven la vida como un juego o una olimpiada, y no como un problema para ser resuelto. Se atreven a ver más allá del promedio.
•    Los líderes Abrahámicos ven sus vidas en la perspectiva divina. Ellos no se consideran víctimas de las circunstancias, sino co-creadores de sus vidas con el Creador de los cielos. Saben, están convencidos, de que el Señor todavía está tejiendo sus vidas como hermosos tapices y que no ha terminado aún.
•    Dios nos ha llamados a ser líder como Abrahám.  Levantemos la mirada y veamos entonces la tierra prometida.
•    Dr. Serafín Contreras Galeano.
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