Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:29

Cuando salimos de vacaciones a lugares montañosos, lo que mas nos gusta es hacer largas caminatas y si es posible escalar, para disfrutar al máximo la maravillosa naturaleza.

En estas actividades aprendimos que no debemos ir demasiado cargados, porque al principio de la caminata las cosas tienen un peso y parece que al final las mismas cosas pesan el doble.

Pablo decía que para correr la carrera de la vida cristiana había que despojarse del peso que nos impide alcanzar la meta deseada.

No es necesario mantener en la mochila esta cantidad de cosas que nos hacen daño, que nos paralizan y nos deja fuera de la carrera. En muchos casos los modelos familiares nos mantienen atados a un estilo de vida que no queremos.

Tal vez, en la mochila haya dolor por haber perdido seres queridos. Tal vez es la frustración por las metas no logradas o el eterno duelo por los sueños que no pudieron ser, como una carrera que quedo inconclusa o un matrimonio que se disolvió.

También podemos llevar el peso del pecado, vicios o hábitos que destruyen la vida poco a poco, aun esas prácticas ocultas que tanta culpa generan en el corazón.

La palabra de Dios dice que su verdad nos hace libres…, no es necesario caminar tan cargado con un peso tan insoportable.

El perdón de Dios esta al alcance de una oración, su oído esta atento para escuchar tus palabras, su perdón esta preparado desde ese día en la cruz del calvario.

Nuestra libertad tenía un precio y Jesús ya lo pago. Será necesario ponernos a cuenta con Dios, El está esperando nuestra sujeción y dependencia, que le contemos aquello que hicimos, que dijimos, que pensamos y sentimos y permitirle así, que nos enseñe a vivir en libertad.

REFLEXIONA:
Dejemos el peso del pecado y de todas aquellas cosas que estamos arrastrando hace tanto tiempo, la invitación de Jesús es a caminar en libertad, disfrutar de cosas hermosas que el preparo para nosotros. No perdamos esta preciosa oportunidad.

RECLAMA:
Señor, quiero aprender a entregar esas cosas que llevo que impiden que me parezca a Ti. En mis fuerzas no puedo, te necesito.

RESPONDE
Jesús, creo que en tu amor y en tu poder me haces libre. Me comprometo a buscar y practicar solo tus consejos para mi vida sabiendo que todo lo que viene de vos es bueno para mí.

Marta de biondi
martadebiondi@gmail.com