Antonio vivió en Cremona, Italia, durante el siglo 17.

Cremota era una ciudad musical por lo tanto era un sitio donde cantar y tocar era el elemento vital para demostrarlo en Cremona.

Antonio anhelaba por lo tanto ser reconocido por familiares y amigos viviendo justo en Cremona, pero había un problema.

No gozaba de buena voz, ya que cuando intentaba hacerlo era objeto de risas por parte de sus amigos. En su anhelo de  dar honor a Cremota intento tocar el piano y el violín, pero tampoco lo logró. Había allí buenos músicos para poder alcanzarlos.

Parecía no tener fibra de música. Lo único que Antonio podía hacer con elegancia era tomar un pedazo de madera y tallarlo y allí si parecía tener suficientes habilidades. Pero, de que sirve un tallador de madera en una ciudad de músicos?

Antonio se encontraba un día sentado a la orilla de la calle mientras sus amigos tocaban y cantaban. La gente que los veía y oía cantar lanzaban algunas monedas para recompensar su actuación.

Ese justo día un caballero se detuvo y les pidió a los jóvenes que tocaban que repitieran una de las canciones. Cuando ellos finalizaron de tocar esa pieza musical el hombre les dio una moneda. Era una moneda de oro. Mucho dinero en ese tiempo.

El hombre que los sorprendió era Amati el más grande fabricante de violines de toda Italia.

Antonio al saber quién era ese hombre, decidió que él podía también un día llegar a ser fabricante de violines. El día siguiente Antonio fue al taller de Amanti y le rogó que le permitiera trabajar con él como aprendiz. Por varios años Antonio absorbió todo lo que pudo de su maestro fabricante.  Por su mente no se atravesó la idea de cuanto sería conocido en los años venideros por su trabajo en madera.

El Apellido de Antonio era Stradivarius.  Ya lo sabes. El fabricante de los violines más afamados y caros.

Hasta el día de hoy lograr un Stradivarius es toda riqueza.

Puedes imaginarte? De tallador de trozos de madera a fabricante de los violines más caros en la historia musical del mundo.

Sabes, lo que tienes en la mano en crudo podría ser el don crudo de Dios puso en tu mano para crear lo que puede marcar la diferencia. No busques ser cantante cuando lo que llevas por dentro es fabricar lo que acompaña al cantante.

Los que se ríen de ti hoy podrán quedar con la boca abierta mañana cuando vean que entendiste que lo tuyo no era cantar sino crear para impactar.

Ya tienes lo que te puede lanzar al espacio de la conquista. Lo que necesitas es ver lo que Dios  ya te entregó para que lo use a la manera de Él y el  tiempo de Él.

Serafín Contreras Galeano.
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