Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí” (Génesis 37:23)

Nadie que se aprecie de ser siervo de Dios estará exento a que le despojen en alguna ocasión. Pierdes amigos, posiciones, seres que amas, un trabajo, te echan de la iglesia, dudan de tu ministerio, te quitan cobertura… La lista es extensa. Y es que ese sentido de pérdida, en la perspectiva de Dios, es un paso necesario para tu formación.

DIOS TE DA VESTIDURAS QUE NO MERECES.-
Cuando José recibió su túnica de muchos colores (llamémoslo ministerio, don, posición, unción, cobertura, bendición), la túnica le quedó muy grande. Siempre que Dios nos declara su propósito, ese propósito nos queda mucho más grande que la talla que podemos dar. La intención Divina es que crezcamos, que maduremos hasta alcanzar la medida que él nos ha asignado.

Recuerda que José sólo era un muchacho (17 años)  inmaduro, consentido y malcriado cuando recibió la túnica de su padre. Dios le mostró a través de sueños lo que iba a hacer en su vida, y en virtud de quedarse calladito y humilde, presumió de su llamado y de su túnica más de lo que le era permitido.  Con justa razón sus hermanos le aborrecías.

José tenía un llamado, tenía un sueño, pero su carácter estaba cimarrón. Le hacía falta una pasantía en la escuela de Dios.

LA ESCUELA DE DIOS COMIENZA POR LA DESNUDEZ.-
Alguien dijo en una ocasión: “Si quieres probar la capacidad de un hombre, dale poco; si quieres adularlo,  dale mucho; si quieres probar su fidelidad, quítaselo todo… entonces se revelará su corazón”

A José le dieron todo (la investidura de la túnica) y luego le dejaron desnudo. De príncipe a mendigo. De hijo dilecto al menosprecio de sus hermanos. De señor de la casa a esclavo. Es en esta parte de la película cuando muchos reniegan y dicen: “y de qué me sirve que Dios haya dicho tanto de mí, mírenme cómo estoy…” Reniegan de Dios, del servicio a él, de la iglesia, de sus mentones, de la familia, de quienes le han traicionado… la lista es extensa.

Cuando Dios va a comenzar a tratar contigo, siempre te enviará a comenzar desde abajo, desde el nivel preescolar. No se pueden quemar etapas ni adelantar pasos. No hay promoción automática, es simplemente un proceso duro y difícil, pero que al final te lleva a tu destino divino.

LA ESCUELA DE DIOS INCLUYE SERVICIO.-
Tu fidelidad hará que te vistan vestidura de siervo, dejando atrás la desnudez de la esclavitud. José sirvió a la casa de Potifar, fue su primer pequeño paso en la escalada hacia su destino.

Te tocará lavar baños, barrer los patios, limpiar los pisos, fregar los platos, lustrar calzado, hacer mandados, obedecer órdenes que no comprenderás, hacer cosas humillantes e ilógicas… Dios probará tu obediencia.

LA ESCUELA DE DIOS INCLUYE TIEMPOS DE REFRESCAMIENTO.-
Tu fidelidad hará que te cambien la vestidura de siervo y te den promoción a Manager (Mayordomo de la casa de Potifar). No es precisamente lo que esperabas, pero constituirá una parada de refrescamiento en tu camino. No es el final del camino, sólo es un avituallamiento porque lo que resta quizá sea lo más difícil del trayecto.

En todo desierto hay un Refidim (lugar de descanso). Pero no te quedes con el espejismo del oasis, estás a mitad del desierto. Por eso en la vida cristiana tendrás momentos de celebración, de triunfo, de bendición… no te engañes, no es el final de la senda, es sólo para que retomes fuerzas.

LA ESCUELA DE DIOS INCLUYE DIFAMACIÓN, ATAQUES Y PRISIÓN.-
“Este hombre no es ningún siervo de Dios… es un violador, aquí tengo las pruebas”  Es una acusación muy grave para ser soportada. Cuando te acusan, disimuladamente se apartarán de ti los “amigos”, te quedarás sólo, nadie querrá defender tu causa. Por el contrario, habrá quienes digan: “ya decía yo que algo malo había en esta persona… tarde o temprano iba a caer…”

Una vez más José es desnudado. Le despojan de su chaqueta de manager, de empleado estrella y a cambio le visten con uniforme de presidiario. Otra vez sólo. Esta vez en la cárcel. ¿Y dónde se mete Dios cuando más se le necesita? Te parece conocida la expresión?

Me gusta la actitud de José. Cualquier otro se hubiera desarmado moral y espiritualmente. José estaba aprendiendo de la escuela de Dios. Se puso a ministrar las necesidades de otros, hasta le dio palabras de consuelo, palabras proféticas, se puso a revelar el futuro de los que se hallaban en aflicción junto con él en la cárcel.

LA ESCUELA DE DIOS INCLUYE PROMOCIÓN (A SU DEBIDO TIEMPO).-
José buscó, erróneamente, la autopromoción:
“Acuérdate, pues, de mí cuando tengas este bien, y te ruego que su uses conmigo misericordia, y hágas mención de mí a Faraón, y me saque de esta cárcel” (Génesis 40:14)

¿Quién que estando en una crisis no ha buscado ayuda de una amigo, de un conocido, de un familiar en su momento?. ¿Quién no va y toca puertas e insiste nadando contra corriente? Lamentablemente el hombre miente y falla. Cuando esperas en el hombre y éste no cumple, a tu vida sólo vendrá desilusión. Pero cuando esperas en Dios, Él se acordará de ti, y moverá sus recursos para tu promoción (Génesis 41:9)

Cuando Dios decide sacarte de tu prisión (de tu aflicción, de tu crisis) lo hace “APRESURADAMENTE”, y cambiarán tus vestidos una vez más:

“Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel; y se afeitó y CAMBIÓ SUS VESTIDOS, y vino a Faraón” (Génesis 41:14)

Pero no sólo eso; Dios se reserva doble honra a quienes se gradúan de su escuela:
“Entonces Faraón quitó SU ANILLO… Y LO PUSO EN LA MANO DE JOSÉ, Y LO HIZO VESTIR DE ROPAS DE LINO FINÍSIMO, Y PUSO UN COLLAR DE ORO EN SU CUELLO” (Génesis 41:42)

Como de la noche al día. De mendigo a príncipe, de la bancarrota a la victoria total. Pero no celebres demasiado… todavía falta lo mejor.

LA ESCUELA DE DIOS TE HACE MERECER SU INVESTIDURA.-
Aparentemente, para José ya habían pasado los peores tiempos y por fin gozaba de un tiempo de gloria y victoria, pero Dios se había preparado un examen final que probaría si merecía o no lo que estaba reservado para él: El reencuentro con sus hermanos.

Cuando todo parece ir bien, Dios te confrontará con tu pasado, con los fantasmas y gigantes que ya pensabas haber superado, traerá de regreso a quienes te dañaron, a quienes te ofendieron, a quienes se olvidaron de ti. Los tendrás frente a ti no en las condiciones anteriores, los tendrás frente a ti y correrás la tentación de tomar venganza por tus propias manos.

Pero sólo un corazón sano puede hacer lo que José hizo:
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien… para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20)

José había aprobado el examen final. Le  pregunta a sus hermanos: ¿vive aún mi padre? Manda de inmediato por él. Esta es la parte de la película que usted se perdió, que creo más o menos fue así:

Vean a Jacob caminar arrastrando su pierna (la que Dios le había herido) apoyado en su bordón. Va lo más a prisa que puede porque se reencontrará con el hijo que hacía muerto hace tantos años. De frente vean venir a José con todo su séquito, una nube de polvo se levanta en el horizonte. Estando frente a frente, José baja del carro y corre a abrazar a su padre. José es el señor de Egipto, Jacob es sólo un viejo enfermo, con vestiduras hediondas a oveja. Hay lágrimas, hay abrazos, hay risas, hay fiesta, es el encuentro soñado.

De repente, Jacob aparta un poco a su hijo de sí, como para verlo mejor. Hace una seña a dos de sus nietos que viajaron con él desde Canaán. Los muchachos cargan un viejo baúl, el cual abren ante Jacob. Dirigiéndose a su Hijo José, Jacob le dice: “Llegó el momento de tu promoción… quítenle el vestido” (el de lino finísimo que le había dado faraón). Y así, frente a todos, una vez más, José es desnudado… pero esta vez no será un esclavo; esta vez no recibirá un uniforme de siervo, tampoco un traje de mayordomo; esta vez no le meterán en la prisión.

Inclinándose al viejo Baúl, Jacob saca una vieja túnica, está raída por el tiempo, pero aún luce hermosa con sus muchos colores… sí, es la túnica de muchos colores que hace tantos años le había regalado a José cuando era muchacho.
Alguien grita: “pero está manchada”, y es verdad, hay una mancha de sangre, es sangre de cordero que los hermanos de José derramaron para engañar al padre diciéndole que José había sido muerto por fieras del desierto (Génesis 37:31)
Vean a José asombrado, llora incontenible mientras dice: “Es increíble, mi túnica… la que me regalaste hace tanto tiempo. Yo creí que se había perdido”, y mientras tanto Jacob se acerca a su hijo y se la pone, ya no le queda grande, le queda justa, a su medida, es  su talla. Y mientras se la ciñe al cuerpo, delante de todos, Jacob exclama:

“NO SE HA PERDIDO, TIENE SOBRE SÍ LA MARCA, LA MANCHA DE SANGRE, LA DEL CORDERO QUE MURIÓ POR CAUSA DE ESTA HISTORIA. NO SE HABÍA PERDIDO, TU PADRE LA GUARDO PARA TÍ”

•    Lo que Dios ha dicho de ti, se cumplirá
•    Cuando Dios te muestre su propósito en ti, recuerda: procura dar la talla, siempre Dios nos da cosas que son más grandes de lo que nuestra capacidad humana pueda colmar.
•    La Escuela de Dios tiene el propósito de formar tu carácter
•    No te amargues por quienes te hacen daño… ellos sólo son peones del gran ajedrez de Dios. Son instrumentos de tu formación, y para bien Dios lo ha encaminado todo.
•    Nunca reniegues, al contrario, ten la actitud correcta y está atento a quienes pueden necesitar tu ayuda y tu ministración en el proceso.
•    Mantente en Integridad, no importa que pareciera que Dios ya se olvidó, no te olvides tú de Dios
•    Hay pequeños momentos de celebración, pero no son el final del camino
•    Sé humilde para dejarte formar: Sólo los que se dejan desnudar y revestir son verdaderos discípulos de Cristo.
•    Sana tu corazón. Sólo un corazón sano podrá pasar el exámen final de Dios
•    No busque autopromoción. El hombre se olvida, pero UNO DE ESTOS DÍAS DIOS SE ACORDARÁ DE TÍ
•    Cuando Dios te saca de tu crisis lo hace APRESURADAMENTE
•    El final no llega mientras no se cumpla todo lo que Dios dijo de ti.
Pastor Orlando Osorno.
[email protected]
Managua.Nicaragua