“Cuantos abusos sexuales, verbales , emocionales y espirituales son mantenidos en secreto, porque pensamos en conservar la imagen, la reputación o la fachada.

Cuán fácilmente caemos en el engaño, ya que lo que hoy se oculta no muere sino que nos lleva a una fase que producirá más y más dolor”.

Serafín Contreras G.

Salmos 32:3  Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día.  Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.