¿Habrá sentido alguna vez que no va a ningún lado?  ¿Habrá parado lo que está haciendo por estar frustrado?  Bueno, amigo, tengo noticias para usted… todos vamos a algún lugar aun cuando nos detenemos.

Contestaba un correo electrónico a mi amigo Nathaniel; le dije: “Siempre es bueno tener un sueño y uno final, pero usemos los retazos de la realidad de nuestra vida”.  Hablaba de mi terraza frontal; necesitaba desesperadamente ser reemplazada, pero no tengo los recursos.  Cuando lo pienso, tengo tres posibilidades:

(1) Mi sueño final sería demolerlo y reemplazarlo con una pequeña adición de dos pisos.  Nuestra recámara es pequeña por lo que el segundo piso la ampliaría un poco.  La ampliación en la planta baja sería un lugar de descanso cerrado.

(2) El sueño sería reemplazar la terraza con un recinto para tres estaciones.

(3) La realidad es parchar la terraza con unas cuantas tablas y mucha pintura.

Me di cuenta cuando dije aquello que esta es la formula perfecta para muchos de nuestros sueños y planes diarios.  El sueño final, el sueño y el parche de la realidad.  Por supuesto que uno pudiese argumentar que el cuarto sería hacer nada… pensémoslo.

Entonces me pasaron por la mente dos hechos interesantes.  Pudiésemos simplemente hacer nada pero todavía estaríamos moviéndonos; ¿cómo?

La distancia promedio al sol es de 150,000,000 km (93 millones de millas), por lo que la distancia que viaja al darle la vuelta al sol en un año es ese radio X 2 X pi, ó 942,000,000 millones de kilómetros en un año de 24 horas/día x 365 1/4 = 8,766 horas, que dividimos para obtener 107,000 km/h ó unas 67,000 mph .  ¡Sí!  Esos somos Ud. y yo en movimiento aún cuando estamos sentados (no hice el cálculo sino que lo investigué; hay otras respuestas más complicadas pero creo que esta es suficiente).

O, ¿y qué de crear un “nuevo yo”?  Mis médicos me dicen que necesito re-crearme para poder ser feliz.  Descubrí que ya hacía eso sin darme cuenta…  Mi piel, debido a la mudanza de las células cutáneas, se reemplaza a sí misma cada 7 años.  En realidad nuestra piel muda cada 28-45 días, rejuveneciendo la epidermis y permitiendo a la nueva generación de células cutáneas florecer.  La piel muerta necesita caerse para permitir a las nuevas células emerger.  Nos deshacemos de unas 40 libras de piel durante la vida.  Vaya, necesito perder peso y 40 libras no están mal.

Hay otras influencias y posibilidades con aquello también pero creo que transmito mi idea.  La verdad es que no podemos sólo sentarnos y esperar cambios positivos en nuestra vida; no podemos detenernos en un lugar y esperar llegar a dónde realmente queremos estar.  Tenemos todo lo que necesitamos para hacer esos cambios; no queremos acabar con una vida parchada demasiadas veces, por lo que “¡no nos quedemos sentados!”

Bob Perks

El pensamiento de hoy, si bien se vuelve de momento un poco técnico, no deja de comunicar claramente su mensaje: la vida no nos fue dada para “vegetar” en ella sino para accionar y poseer nuestros mañanas y cumplir con los propósitos para los que fuimos creados.  Y todos nosotros somos valiosos para Dios y tenemos el potencial para no sólo vivir vidas abundantes sino ser de bendición a los que nos rodean y más allá.  Claro está que esa capacidad ha sido limitada por el pecado en nuestra vida… ¡pero Dios proveyó la solución perfecta en Jesús para ello!  Con el Salvador a nuestro lado, podemos vivir una vida excitante… muy alejados de una que sólo se conforma con quedarse sentada.  Adelante y que Dios les bendiga.

Raúl Irigoyen

El Pensamiento Del Capellán

Raúl