La voz de la contestadora automática anunciando un mensaje más en mi laptop no cesaba, creí que se había atascado, no paraba de anunciar uno y otro mail. Al verificar me sorprendí al darme cuenta que no se trataba de un error técnico, en efecto estaban “lloviendo mails” provenientes de diversos puntos de Latinoamérica. Desde la Patagonia hasta el norte de Estados Unidos.
Docenas y luego cientos de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, profesionistas, pastores, ministros. Católicos, Cristianos, apostólicos, evangélicos y muchos más.
Cada uno de estos suscriptores que reciben día a día una Reflexión de Renuevo de Plenitud expresaban su agradecimiento y hacían su reconocimiento al artículo ¿“Qué se siente ser cristiana”?, todos ellos resumiendo se identifican con ese amor y ese sentimiento de aceptación en el Señor. Pero hubo no pocos que expresaban una gran inquietud. Un joven de Paraguay cuestionaba si era posible amar a Dios, una chica de Colombia se preguntaba si Dios la amaría a ella a pesar de su desordenada vida. Y varios más de diferentes países expresaban su deseo de ser cristianos por el anhelo de sentirse amados al igual que la autora del artículo mencionado. Destacó entre tantos una dama de USA que expresaba con profundo dolor: “No sé cómo amarle”.
Esta dolida expresión me remontó a mis tiempos de vacío espiritual y soledad existencial. Cuando yo misma pretendía llamar la atención de ese Dios del que todos hablaban. No encontraba cual sería la mejor forma; algunos realizaban grandes procesiones para adorarlo, otros castigaban sus espaldas con látigos como ofrenda, muchos mas encendían veladoras o decoraban hermosos altares en sus hogares. Yo tampoco sabía cómo amarle.
El desasosiego, la soledad, el vacío y la infelicidad eran mis fieles compañeros. Aquel día conducía mi auto por la carretera y me preguntaba gimiendo ¿“qué me pasa”? ¿qué me hace falta?… Un silencio sepulcral y una atmósfera extraña se movía dentro del vehículo.
Ya en medio del llanto por la desesperación no dejaba de gritar: -¿Qué me hace falta? -¿Qué me hace falta? -Dios mío…qué me hace falta? –gemía con dolor en el alma. Una burbuja ascendía dentro de mí, como por el esófago hasta llegar a mi garganta. Luego justo en mi oído derecho escuché una voz… tierna, suave, amorosa y profundamente varonil que me dice: -“Te falto yo”- Miré por el espejo retrovisor asustada, pensando quién estaría allí. Nada. Estaba sola en medio de la carretera y conduciendo.
De nuevo. -“Te falto yo” -dice la tierna voz. En mi atolondramiento entre llanto y nerviosismo grité: -¡Siiii!, ¡Me haces falta! Pero ¿Cómo? -“Dame tu corazón” –me dice la voz profunda y amante. Ahora estaba segura de quién se trataba. ¡¡Era Él!! -No puedo –contesté. Mi corazón está lleno de amargura. -“Yo me encargo de sanarlo”. -¡ No Señor! – “Solo entrégamelo”.
-Señor… yo no te amo. – aquellas palabras eran como gotas de sangre que escurrían por mis labios temblorosos -“Pero yo sí” -termina diciendo aquella bella, tierna, profunda e incomparable voz.
Yo no sabía cómo amarle, pero Él me enseñó. Me urge entrar en mi aposento, cerrar la puerta tras de mí para encontrarme con Él, con mi amado Padre Celestial. Yo le digo heme aquí Señor, él como respuesta me estremece con Su Santo Espíritu que mora en mí.
1 Juan. 4.7
Ciertamente nadie, absolutamente nadie sabemos cómo amar a ese Todopoderoso, Grande y Majestuoso Dios. “El amor viene de Dios. Todo el que ama tiene a Dios como su Padre y conoce a Dios…”
VIDA DE ÉXITO EN SU PALABRA.
Psicóloga. Patricia Villanueva
villanuevacervantes@hotmail.com
sencillamente excelente, bendiciones….
A dios gracias por su reflexión diaria , al igual que esa persona me hago la misma pregunta como amarle , estan grande la angustia que siento , como estuviera la oportunidad de decirle cuanto lo nesecito , cuanto necesitaria escuchar su voz. creo en que el sabe como tocar a cada uno en el momento justo, confio y espero suceda .AMEN.
Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo:
– Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.
El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.
Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente “La princesa de fuego”.
Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días
Autor.. Pedro Pablo Sacristan
Que Bendición tan Hermosa nos regala Dios Todos los días de nuestras Vidas, que hermoso es sentir su voz cuando leemos los artículos aqui publicados, aparecen cuando más los necesitamos. Gloria a Dios por ellos.
Cuan cierto es, que no sabemos amar a Nuestro Padre Celestial, estamos conscientes de que El llena en Nosotros Todo Vacio; Todo Faltante, de que El en su infinita Misericordia nos Ama incondicionalmente….. poco a poco todo eso lo he comprendido, se que no estoy sola, que Mi Padre Amado siempre me toma de la mano……. Pero no entiendo porque en ocasiones me siento tan triste, depreciva y sola…… Si sé que El Señor está conmigo…..
Esra increible este mensaje me reconforto en gran manera bendiciones para renuevo de plenitud