“…Tu siervo soy yo, dame entendimiento. Para conocer tus testimonios …” salmos 119. 125

El otro día, fuimos a tomar unos mates con un amigo intimo, a la reserva ecológica, de Buenos Aires – Argentina. Hacia bastante frio, y cada vez que nos acercamos  mas y mas a la costa del Río de la plata bajaba la temperatura. Claro ahí no hay edificios, que filtren  el viento, ni calles que levanten calor, menos ruido de nuestra civilización. Pudimos compartir un momento intimo, donde entre mates abrimos nuestro corazón. Es realmente maravilloso  el contar con personas como EL, Dios fue muy bueno con nosotros al regalarnos esta amistad. ¡ Cuanto necesitamos  rodearnos de las personas correctas !
En 1 Pedro 5  del 1 al 11 tenemos un relato en donde el autor (Pedro) en primera instancia le habla a los ancianos. “…Apacentad la grey (creyentes, rebaño, grupo) de Dios, cuidando de ella no con fuerza, sino voluntariamente…”  en un verso mas sigue, “… no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos…”

Que instrucción tan precisa  para estos tiempos en Argentina (y todo el mundo por supuesto) En donde una sociedad de jóvenes “mal criados” debido a una generación que no pudo enseñarnos como sostener esos valores, que resaltan la vida, el respeto, el honor, la honra  y el significado de cada paso y decisión que damos. Pero gracias a Dios , Pedro (autor inspirado por nuestro Padre) da  directivas bien concretas “…NO COMO TENIENDO SEÑORIO SOBRE LOS QUE ESTAN A VUESTRO CUIDADO, SINO SIENDO EJEMPLOS…”
La máxima expresión de adoración a Dios es nuestro  corazón, es una invitación en donde la voluntad es ejercitada,  con  decisión y es fruto de convicción  sobre la condición de uno mismo. Y ésta,  es  generada por el Espíritu Santo de una forma íntima y personal.
Por eso se les indicaba a los que lideraban la iglesia, a tener mucho ánimo y respeto, sin adueñarse de las decisiones de sus congregados utilizando la ventaja del trato personal de Dios para con cada uno de ellos.
“Si nos adueñamos de lo que no es nuestro, y controlamos las decisiones de los que nos rodean, BIEN INTENCIONADOS  estaremos ocupando el rol de Dios.”  Es como adueñarnos de algo que no nos pertenece, somos carteros no los remitentes del mensaje.
Somos participantes de la naturaleza divina, a través de las promesas de Dios Padre. No por medio de nuestra forma de pensar, hacer o decir. Es por EL (Dios) no por nosotros. Somos embajadores, representantes… de ahí viene la tentación de ocupar un lugar que no nos corresponde, ese fue el error del  ángel caído. El querer ocupar el lugar de dueño… de remitente.

Dios confía en nosotros, como el inventor que confía en lo que creo, el nos disfruta  y se agrada, toma placer como un artista al contemplar su obra.  Dios nos invita a confiar en EL, que  EL tiene el control  sobre  lo que creo. Sin manipular, estemos atentos a esto porque la manipulación, la sutileza, y el ser capciosos, fueron las herramientas mas destacadas que uso el  Satanás.
La gracia y misericordia, es lo que Dios nos envió  para darnos tiempo a comprender, a entender los testimonios de Dios. Sin esos lentes  vemos borroso somos ciegos en lugares montañosos, es tener la verdad de Dios y no saber transmitirla, es gritar en el oído tan fuerte que no se comprende lo que se dice.
“Dios el remitente, somos los carteros  y el mundo (las otras personas) el destinatario.”
El destinatario sabrá que hacer con el mensaje que recibió, y el remitente es el responsable de lo que escribió, no el cartero. Éste será el responsable de transmitir el mensaje, y Dios al enviar su palabra hará que no vuelva vacía. El es muy claro y confía en lo que hace.  Veamos.
“Así como la lluvia y la nieve 
      descienden del cielo, 
   y no vuelven allá sin regar antes la tierra 
      y hacerla fecundar y germinar 
   para que dé semilla al que siembra 
      y pan al que come, 
así es también la palabra que sale de mi boca: 
      No volverá a mí vacía, 
   sino que hará lo que yo deseo 
      y cumplirá con mis propósitos.” Isaias 55 del 10 al 11

Dios confía en el ciclo, en el proceso, no puede regresar esa carta sin cumplir para lo que Dios la envió, ¡confiemos en EL! No se trata de si debe o no cumplir, lo hará y lleva el tiempo que cada persona necesita para digerir el mensaje.

No metamos mano, ese es el rol del Espíritu Santo, no el nuestro.
Es de verdad interesante lo que dice unos versos arriba en Isaias 55 verso  8 al 9.
“ Porque, mis pensamientos no son los de ustedes, 
   ni sus caminos son los míos —afirma el Señor—.
Mis caminos y mis pensamientos 
      son más altos que los de ustedes; 
      ¡más altos que los cielos sobre la tierra!  “
Es como si dijera algo así como, “Hey, se lo que estoy haciendo. Hace tu parte y yo la mia, no te metas en mi tarea.”
“…Inclinad vuestro oído, y venid a mi; oíd, y vivirá vuestra alma…”
Vamos, necesitamos hacer silencio para escuchar, necesitamos tener esa actitud de humildad y misericordia. Esa voluntad de Inclinar el oído, de prestar atención. Es tan importante, que Dios es explicito “…vivirá vuestra alma…”
Dios nos ministra cuando inclinamos nuestro oído y nos predisponemos a escucharlo, es tan vital, tan urgente, tan imprescindible que de él dependen nuestras emociones, nuestro sentimientos, nuestra Alma. El sabe lo que creó, sabe muy bien como direccionarnos, como afinar nuestro corazón, muchas veces nuestras emociones no esperan, no tienen tiempo, no se condicionan a si es un recuerdo, o un presente, o un por venir.  Entonces Dios envía su palabra que es medicina, y cumple su destino.

Padre, te pedimos perdón por querer bien intencionados ocupar tu lugar, y no comprender el trabajo en equipo. Por querer meter manos en el corazón de las personas, y no comprender que ese es tu ministerio y misterio, que vos sabés muy bien como somos y que tenés un trato especial con cada persona, que por cierto es única e irrepetible. Papá comprendimos que somos el medio, que por mas que tus palabras las portemos, las contengamos nosotros, no vienen de nosotros sino que vienen de vos, y no volverán vacías, no porque dependan de nosotros, mas bien porque dependen de vos.
Comprendemos que es por gracia y misericordia. Y que dependemos tanto de vos Dios, que nuestro corazón intenta imitarte pero sabemos que al callarnos tu voz nos calmara y la reconoceremos, solo tus palabras  tienen la clave de nuestro corazón, a vos te damos el acceso. Y no abriremos, no manipularemos la voluntad de las personas nunca mas sino que confiaremos en vos. Y en tus procesos. Gracias padre por tus palabras, nunca mas seré necio en este aspecto.  En el nombre de “el Alfa y la Omega”, en él y por  Jesucristo, ningun otro nombre. Amén.

Alejandro Maisonnat.-
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