¿Se recuerda la historia en Génesis cuando Dios le prometió a Abraham y a Sara que ellos concebirían un hijo, aun cuando tenían la edad como para jubilarse? Esto se llevo acabo antes que Dios cambiara sus nombres de Saraí a Sara y de Abram a Abraham. El relato va algo así (parafraseado):
Dios le dijo a Abram, “Abram, tú y Sara van a tener un hijo.”
Mirando el reflejo de su cara arrugado en el lago, Abram dijo, “!No puede ser!”
Mirando a su esposa Sarai que estaba lavando y ya había pasado su flor de la vida dijo, “!Definitivamente, no puede ser!” y Sarai estuvo de acuerdo con su esposo diciendo, “Es verdad, estoy absolutamente segura que no hay manera que tengamos un hijo.”
En vez de confiar en Dios para hacer cumplir Su sueño de un hijo a través de su unión, ellos tomaron el asunto en sus propias manos.
“Entonces Sarai dijo a Abram, He aquí que el SEÑOR me ha impedido tener hijos. Llégate, te ruego, a mi sierva … Y Abram escuchó la voz de Sarai” (Genesis 16:2).
Agar dio a luz un hijo llamado Ismael; por lo cual hoy día el Medio Oriente y el mundo aun lucha por este atajo que tomaron.
Hace poco, escalé la montaña llamada Diamond Head con un grupo de personas. Por todo el camino, pude observar letreros o señales que decían, “Mantente en el camino. No tome atajos, esto causa erosión.” Pensé a mi mismo, “Deberíamos poner estas señales en cada uno de nuestras casas, “Mantente en el camino. No tome atajos, esto causa erosión.”
La lección que Dios nos demuestra en esto es, “Por favor no tome atajos. No tome los asuntos en tus propias manos. Estoy pidiéndole que sea fiel y limpie sus corazones. Mantente fiel en lo que yo te de para hacer, aun cuando parezca que tome un largo tiempo.”
Una manera de hacer esto es, Mantener sus ojos en el que da la Promesa.
No enfoque su atención en la promesa pero en quien da la promesa. Recuerde, Dios es fiel para hacer cumplir la promesa; lo único que el nos pide es que seamos fieles en el proceso.
A medida que la historia continua, Abraham y Sara tuvieron su hijo a quien llamaron Isaac. Abraham ya pensó que había purificado sus motivos suficientemente para que Dios le cumpliera su sueño. No obstante, la verdad es que ya que la promesa se cumplió el corazón de Abraham se enfocó en la promesa que recibió en vez de donde provino la promesa, el proveedor de la promesa. Dios sabía cuando necesitaba refinar. La carne de Abraham se había mezclado con el oro y la plata.
Dios estaba a punto de hacer pedazos la promesa otra vez a fin de mostrarle a Abraham y el mundo que la única manera verdadera para seguir a Dios es de corazón; a través de la fe y en una dependencia total. Dios le dice a Abraham, “Lleva tu hijo a la montaña y sacrifícalo.”
La Biblia dice que Abraham subió la montaña con Isaac y leña, un cuchillo y un sueño en su corazón destrozado.
Seguramente Abraham pensó, ya todo ha terminado. El sueño se acabó.
Poniendo a su hijo en un altar improvisado, levantando su mano, echando un último vistazo al hijo en quien había fijado su corazón, el hijo que Dios le había prometido, el cumplimiento de sus sueños. De repente, desapercibido excepto a Dios, algo ocurrió. Entre el tiempo que el cuchillo se sostuvo inmóvil, hasta el momento que lo empujo hacia adelante, algo tenia que haberse desmoronado en el corazón de Abraham. Su corazón se desprendió de aquel ser que amaba más que cualquier cosa y cuando esto transcurrió pudo empezar con el movimiento descendiente. Se convenció realmente que todo tenia que ver con el sueño de Dios y su obediencia a El, y no el de hacer realidad sus propios sueños a su manera. En ese momento, el cuchillo se desplomó. En el momento decisivo de su corazón, el pensó, “Isaac es Tuyo, no mió” en ese preciso momento un ángel detuvo su mano.
En esencia, Dios estaba diciendo, “Abraham, yo no deseaba a Isaac. Yo quería tu corazón. Lo único que yo necesitaba ver era tu corazón volver a mí. Tuve que ir adentro del sueño de tu corazón y destrozar ese sueño para que tu corazón fuese restaurado de una promesa al Dios que da la promesa. Ahora, mi amado, te puedo devolver tu sueño.”
Por esta razón tenemos que quitar nuestras manos de la promesa y permanecer fiel en el proceso, no sea que tomemos atajos y llegar a transigir. Algunos milagros pasan durante un periodo de tiempo.
Hay milagros que no son instantáneos. Dentro del proceso de hacer un milagro, a veces Dios tiene que restregar nuestro corazón, para asegurarse que nuestras motivaciones son puras y que honramos el proceso. Nuestro enfoque no debe estar en la promesa; sino sobre el dador de la Promesa.
Pr. Wayne Cordeiro.
http://mentoringleaders.com/espanol
asu la verdad es que muchas veces nos olvidamos que Dios a prometido estar con nosotros hasta el fin del mundo..
no tomes las cosas en mis manos:
vi en este mensaje que fue escrito para mi y pido perdon por tomar las cosas a mi manera, y no a las promesas de Dios, y
ruego y le pido al señor que me de fè suficiente para creer en sus promesas y no desesperarme con que llegue tal promesa a la prontitud que a mi convenga llegar.
dios es mun grande y es por eso que no debemos bajar nuestra nuestra fe que dios bendiga a mi hijo galileo y a su esposa alejandra que Dios bendiga sus caminos para que sea algo más allá en Dios que me los ilumine para que pueda ser una pareja perfecta bendiciones para toda mi familia Dioooooooooooooooooooooos eres grandeeeeeeeeeeeeeeeeee
QUE EL PADRE CELESTIAL LOS LLENE DE BENDICIONES Y GRANDES VICTORIAS Y ME DOY CUENTA EN ESTE MENSAJE QUE EN LA MAYORIA DE LAS OCASIONES TOMAMOS ATAJOS CUANDO EL AMOR DEL PADRE ES CLARO COMO LA LUZ QUE ILUMINA NUESTRAS VIDAS, MAS EN OCASIONES LOS NECIOS SOMOS NOSTROS QUE NOS GUSTA ANDAR EN TINIEBLAS, CLARA ES LA PALABRA DEL PADRE, ABRE LAS PUERTAS DE TU CORAZON Y ASI ME CONOCERAS MEJOR, EN OCASIONES LAS ABRIMOS A MEDIAS O SOLO LAS VENTANAS Y EL PADRE SOLO BASTA QUE LO PIDAS DESDE EL FONDO DE TU CORAZON HAY ESTARA ESPERANDONOS CON SUS BRAZOS ABIERTOS Y NOS RECIBIRA COMO EL HIJO AMADO QUE SIEMPRE SOY. CRISTO LOS AMA Y YO TAMBIEN.
señor de verdad que eres grande por esta leccion que me has dado ya me estoy dando cuenta que no debemos esperar el milagro en el momento en que lo pedimos señor ya se que debemos esperar el momento preciso es cuando tu quieras se nos va a presentar y es por eso que no debemos bajar la mirada sobre que tenemos que tener nuestra fe en Dios q