En la Tercera Parte hablamos de Lo que llamamos una vida de oración. Elemento vital para una oración efectiva para proyectos específicos. Ahora en esta Cuarta Parte tocaremos otro aspecto fundamental. Una Petición de Prosperidad.
Jabés era una persona de oración, con una vida íntegra que le hizo una petición específica a Dios. Tenemos que ser específicos y concretos con Dios.
No debemos ser como aquel al que se le cayó una moneda en un lugar que estaba oscuro y la buscaba en otro lado. Al preguntarle por qué la buscaba en un lugar
diferente de donde la había perdido, él respondió: Porque aquí hay
luz.
Usted no puede dejar de ser específico. A Dios le gusta que seamos específicos ¿Dónde le duele? Diga específicamente dónde. Señor, ésta es mi oración específica. Para que mi oración sea una oración efectiva, debo hacer peticiones
específicas, proyectos específicos y claros.
“…Bendíceme y ensancha mi territorio,…”. 1 Crónicas. 4:10b
Parece que la necesidad de Jabés era en el área material.
Cuando uno tiene aflicciones en lo material, éstas van causando aflicciones en el área emocional y también corroen lo espiritual.
La oración que Jabés le hizo a Dios no fue extensa, tampoco le recito el salmo 119, ni oró 700 días. Lo destacable aquí es la perseverancia.
Este hombre no desfalleció. Él decía: “Algún día me tocará el turno y Dios me va a escuchar”. Para Jabés, Dios no era su última esperanza, era su única esperanza.

Necesitamos entender esto.
No debo desanimarme si la respuesta aún no ha llegado. Por el contrario, debo ser más perseverante en la oración. Jabés, le dice a Dios: “Señor, bendíceme”. Este es un proyecto específico al igual que “ensancha mi territorio”.
Posiblemente Jabés, ni siquiera tenía territorio o necesitaba que fuera ensanchado para su ganado y familia, por eso él se atrevió a ver más allá. Donde no había ovejas, estaba viendo las ovejas llenas de lana, donde no había pastos, vio los verdes pastos y presentó su proyecto de prosperidad material, presentó su petición ante Dios.
Para Jabés, Dios no era su última esperanza, era su única esperanza.

Si usted no tiene vivienda, atrévase a ver su vivienda, si aún no tiene novia para casarse, vea su novia. Atrévase a ver lo que aún no tiene, anhela o necesita. He notado que cuando uno da el paso, es cuando empiezan a aparecer las cosas y no antes.

Generalmente, eso no ocurre antes.
Dios quiere que usted salga como lo hizo Abraham, que dé el paso sin más que la seguridad en Él. Abraham salió de su tierra y su parentela sin saber absolutamente nada de lo que se iba a encontrar o de lo que pasaría. Así, Dios quiere que usted vea más allá.
Atrévase a presentar su petición delante de Dios, escriba su proyecto y sea diligente en hacer lo que está en sus manos.
Quiere aprender el idioma inglés, escríbalo en su proyecto y empiece a averiguar los cursos… dé el paso y vea cómo aparecen las cosas. No se dé por vencido porque ha fracasado antes.
Como Jabés, dígale usted: “Señor, bendíceme y ensancha mi territorio”, así su territorio sea espiritual, emocional o material, pero recuerde: Tiene que perseverar.

Continuaremos con este tema en la Quinta Parte.

Que Dios te prospere.

John y Ruth Betancourt.
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