Pensamientos – Aprendiendo El Perdón
“El Perdón también se aprende. Hemos aprendido desde niños a guardar resentimiento y vengarnos. En el camino de la vida nos cruzó el Maestro y nos dijo: “Aprended de mi… Perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Serafín Contreras G
“Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial”.
Mateo 6:14
“Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas”.
Mateo 6:15
“Entonces el señor mandó llamar al siervo. “¡Siervo malvado! —le increpó—. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste”.
Mateo 18:32
Gracias diosito por quererme tomare en cuenta está linda reflexión, “bendiciones”
he cierto tenemos que estar en oraciòn constante y pedirle al Señor Jesucrito que nos limpie yo se que es algo muy dificil para nosotros pero para el Señor nada es imposible Dios les Bendiga mucho
gracias por estos temas,a veces lo sabemos pero somos muy duros para perdonar
Me gusto mucho este boletin a partir de hoy lo llevare en cuenta gracias por tenerme en cuenta el señor quiere que yo aprenda a perdonar
Gracias porque me hayan abierto esta puerta la cual se había cerrado para mi, Dios es bueno y de alguna forma nos enseña a que practiquemos Su palabra llevándola por obra. Que todo lo que tengamos, lo tenemos de pura misericordia y que así como se nos ha sido dado también podemos perderlo.
Cuando nos molestamos por algo y damos la espalda, o hacemos acepción de persona, es una forma de negar el perdón, sabiendo que Dios prueba el corazón y escudriña la mente y que a la postre todos tendremos que dar una estrecha cuenta.
Como aquel siervo al cual Su Señor le había perdonado toda su deuda, librándole de que perdiera todos sus bienes su esposa e hijos, más el encontrándose con un consiervo que le debía, no le perdonó y más aún le llevó a la cárcel.
A veces actuamos como aquel siervo y procedemos con este exquisito conocimiento de la palabra de Dios, con dureza, sin misericordia, olvidamos que todo lo que tenemos no es nuestro sino que es de Dios y por lástima nos lo ha dado para administrarlo generosamente en bien de las almas, por ello con infinita alegría doy gracias a Dios porque me hayan perdona y abierto esta puerta la cual se me había cerrado, quizás escribí algo que no encuadró en el sistema y sencillamente se me cerraron las puertas, es cierto que me extiendo mucho, problema que no solo con ustedes he tenido problemas, sino también en mi Congregación, pero que rico es sentirse perdonada. Para Dios todopoderoso sea toda la gloria y honra desde ahora y para siempre. Amen y amen