“Al nacer tenemos 300 huesos, pero de adulto solo tenemos 206.

No solo perdemos huesos al crecer, sino que tienden a debilitarse.

Las presiones, ansiedades y angustias de la vida, afectan  nuestra física, pero en Dios hallamos descanso”.

Serafín Contreras G.

Salmos 32:3-5  “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día, porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declare y no encubrí mi iniquidad.
Dije: «Confesaré mis rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.

1 Pedro 5:7 Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.