“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”. (La Biblia – Filipenses 4.8-9).
La mente humana produce más de 60.000 pensamientos por día y la mayoría de estos pensamientos son negativos. Así nos dicen las investigaciones científicas del Stanford Research Institute (EE.UU.). Esto confirma, aún más, que estamos en exceso al apegarnos a la energía involutiva, determinando un verdadero perjuicio para nosotros, en todos los ámbitos donde nos desenvolvemos.
Nuestros pensamientos frecuentes se convierten en “hábitos”. Son los pensamientos habituales los que configuran nuestras “creencias”. Estas creencias, luego, producen más pensamientos acordes a estas creencias y éstos crean realidades para nuestras vidas.
Es deducible ahora, que los pensamientos repetitivos que constituyen nuestras creencias, son aquellos que configuran nuestra realidad.
Decía Richard Bandler, uno de los co-creadores de la Programación Neuro Lingüística (PNL): “Tus creencias no están hechas de realidades, sino más bien es tu realidad la que está hecha de tus creencias”.
Los pensamientos crean “imágenes mentales”. Las imágenes que Usted coloca en su mente influyen en su “comportamiento”. El hecho de pensar; es concebir imágenes en su mente, ya que es un mecanismo que el cerebro exige para poder interpretar datos. Sin la imagen que se piensa, no existe un pensamiento. El pensamiento y la imagen están siempre unidos.
El Doctor Maxwell Maltz (1899-1975), creador e impulsor de un importante concepto psicológico denomi entender que los seres humanos cuentan con la existencia de dos realidades a considerar: – La Realidad Objetiva. – La Realidad Subjetiva.
La Realidad Objetiva, es aquella que capta las condiciones y estímulos que Usted recibe a través de sus cinco sentidos (olfato, tacto, vista, gusto y oído) y que se desarrolla en el ámbito exterior o realidad tangible o palpable.
La Realidad Subjetiva, es aquella que rige su conducta, su comportamiento habitual y que está determinada por sus creencias o hábitos de pensamiento. Es decir, se desarrolla dentro de Usted mismo.
Su cerebro, no puede diferenciar una realidad determinada, ya sea esta objetiva o subjetiva (o idealizada), por lo que dirige su accionar y su energía hacia lo que “Usted cree que es” y no a lo que “Usted esencialmente ES”.
Si Usted cree que es un triunfador, estará inicialmente imaginándolo. Estará visualizando escenas vinculadas con logros de objetivos personales, sonrientes, sólidos, seguros.
Su comportamiento se orientará hacia esa creencia personal y generará la energía necesaria para que eso le suceda. Pronto estará relacionándose con personas que piensen y crean que el éxito forma parte de ellos.
Como ejemplo de creencias negativas, bastará con que visite un café y se detenga a observar… Verá Usted que muchas personas se sientan a quejarse de las situaciones que viven, del país, de su trabajo, de su relación matrimonial. Y las personas que están “compartiendo” este diálogo quejoso, son personas con similares energías, dado que tienen las mismas creencias.
Recurro siempre a un pequeño trabajo de “experiencias guiadas” que comparto ahora con Usted para que lo experimente. El trabajo de visualización es el siguiente:
Cierre sus ojos, distiéndase e imagine esta escena mentalmente:
“Usted está ubicado en la cocina de su hogar. Es la hora 03:00 p.m. y se siente sofocado con los 40 grados de calor que hay en ese momento del día. Tiene Usted una sed desesperante, por lo que se acerca a la heladera. Abre la puerta blanca del refrigerador y lo único que encuentra es un LIMON. No hay nada refrescante para beber, ni siquiera agua; sólo ese LIMON. Usted toma la fruta cítrica, cierra la puerta de la heladera y se traslada hacia la mesada. Ahora abre el cajón donde se encuentran los cubiertos y recoge un filoso cuchillo. Cierra el cajón. Toma el LIMON por los extremos para cortarlo por la mitad. Ya cortado, Usted levanta con su mano una de las mitades del LIMON, lo huele… y ahora lo muerde para extraer todo su jugo posible y depositarlo en su sedienta boca”.
Es probable que, con esta visualización, Usted haya segregado saliva. ¿Cómo es que se hizo agua su boca, si el limón no existe en la realidad?
La respuesta es simple: El cerebro no puede diferenciar una realidad objetiva de otra subjetiva, por lo que actúa ordenando al cuerpo que segregue saliva, ya que está creyendo que la imagen que posee en su mente es “creíble” como una realidad.
Si algo tan sencillo como el hecho de imaginar un limón, hace que su cerebro emita la orden de segregar saliva para cumplir una función biológica de protegerse del ácido, ya que cree que el limón es real; imagine Usted lo que le sucede con cada pensamiento auto-saboteador con que alimenta su mente.
En lo particular, le recomiendo que Usted esté muy atento a las expresiones que hace, ya sean verbales o mentales, tales como: “no sirvo para nada”; “nadie me quiere”, “soy feo, nadie va a fijarse en mi”, “soy pobre, inútil, no sé hacer nada”, etc.
Un aspecto importante para que Usted considere, es prestar atención a las sutilezas de sus expresiones que emplea a cada instante, porque sin darse cuenta, estas creencias auto-saboteadoras aparecen. Un ejemplo puede ser cuando una persona se olvida algo y al recordarlo, se dice: “¡qué torpe que soy!… o emplea expresiones similares. Esta es una invitación para hacer ejercicio del poder del lenguaje.
Si Usted cambia su AUTOIMAGEN, estará cambiando su actual “comportamiento”. Si reemplaza sus creencias nocivas por creencias positivas, realmente su propia vida cambiará. Lo crea o no.
“La autoimagen marca las fronteras del logro individual” (Maxwell Maltz).
¿Cómo puede Usted cambiar todas sus creencias saboteadoras? ¿Cómo puede cambiar su AUTOIMAGEN?
¡Pensando de manera POSITIVA!
Todos sabemos eso… El asunto es lograr que Usted se auto-lidere para comenzar, desde ahora, a cambiar todo cuanto le hace sufrir en su vida y elegir que su mente produzca permanentes e inagotables pensamientos positivos que construyan, segundo a segundo, una realidad concreta basada en el “merecimiento” de la felicidad y la plenitud para Usted.
Quise dejar para el final, lo más importante, y lo haré en forma de “recordatorio”, a los fines que Usted lo tenga toda su vida presente; porque de olvidarlo – aunque sea por una fracción de segundo – habrá perdido el sentido de la verdad en su vida:
Si Usted acepta que hay un poder divino que lo guía y predestina, notará que su vida comienza a iluminarse por este Poder, que va más allá de su propio poder de pensamiento individual. Es el Poder Supremo, la mente suprema de Dios por sobre su propia mente. Si Usted piensa en Dios como primera consigna, su mente – por añadidura – producirá pensamientos constructivos, que no sólo estarán cargados de positivismo; sino también de FE. Si su mente pone a Dios, por sobre todas sus cosas, estará actuando en su vida con Poder Espiritual.
Tenga siempre presente que “Dios y Usted son multitud”. Que si por una milésima de segundo se aleja del poder divino de Nuestro Padre Supremo, su mente comenzará a impregnarse con pensamientos oscuros. Esta es la soledad del alma, reflejada en su mente, que sabotea; una guerra que el Ego estará librando para conseguir el propósito de que Usted crea que Dios lo abandona.
“Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has formado, digo: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites? Lo has hecho un poco menor que los ángeles y le has coronado de gloria y de honra”. (La Biblia: Salmo 8:3,4,5).
Lic. Daniel Fernando Peiró
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