“El enemigo no puede robar ni uno solo de nuestros hijos. Nuestra posición como padres es interceder. Cuando un padre y una madre caen de rodillas ante Dios para interceder por sus hijos…El enemigo tiembla. Dios ha dicho: “Pídeme y te daré por herencia las naciones” Salmo 2. Como padres no estamos pidiendo una nación estamos pidiendo por uno, dos o más hijos. Podemos descansar en Dios”.

Serafín Contreras G.