Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle. Vio a lo lejos venir al Rey con su Corona y Capa. Pensó:
“Le voy a pedir y seguramente
me dará bastante”.
Y cuando el Rey pasó cerca, le dijo:
“Su Majestad, ¿Me podría, por favor, regalar una moneda?”
Aunque en su interior pensaba que El Rey le iba a dar mucho más.
Descarga esta diapositiva aquí: Dar de Corazón
demaciado bella y real historia, de verdad a cada rey hay cada enviado por dios al que debemos o con el que debemos demostrar todo lo cariñoso noble y bueno que fue dios en darnos a su hijo para que fueramos su imagen y semejansa, y asi dieramos toda nuestra bonda a todos nuestros hermanos y la mayor parte no lo hacemos , que bellisima reflexion felicidades por publicarla
muchas gracias dios los bendiga
Que tremenda reflexión para los nos cuesta darle a Dios lo que realmennte debemos darle. Gracias por esta enseñanza.
HERMOSA HISTORIA, ME GUSTO MUCHO PARA COMPARTIRLO EN LA IGLESIA. QUE EL SENOR LES BENDIGA.
Que preciosa reflexión, en verdad desgraciadamente así somos
Que poderosas son las palabras de este Mensaje, somos tan egoístas que hasta para dar un abrazo al hermano lo pensamos, si todo lo hiciéramos de corazón..y teniéndole a Dios en primer lugar en nuestro corazón…como cambiaría el mundo!!