Se cuenta la historia de un anciano que se mantuvo en una granja en las montañas de Kentucky oriental con su joven nieto.
Cada mañana, el Abuelo se sentaba temprano en la mesa de la cocina para leer su vieja y estropeada Biblia.
Su nieto que quería ser tal como él, intentó imitarlo de cualquier manera.
Un día el nieto preguntó, “Abuelo, yo intento leer la Biblia, me gusta pero yo no la entiendo, y lo que logro entender se me olvida en cuanto cierro el libro.
¿Qué hay de bueno en leer la Biblia? Preguntó el Nieto
El Abuelo calladamente dejó de echar carbón en la estufa y dijo:
“Baja el canasto de carbón y ve al río y tráeme un canasto de agua.”
El muchacho hizo tal y como su abuelo le dijo, aunque toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa.
El abuelo se rió y dijo, “Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez”….
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mil y mil gracias yo era como el canasto pero se que esta enseñanza esta llena de sabiduria