Temía estar solo, hasta que…
aprendí a quererme a mi mismo.
Temía Fracasar, hasta que…
Me di cuenta que, únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que…
Me di cuenta que, de todos modos opinarían de mi.

Descarga esta diapositiva aquí:    No hay que Temer