Hay una fuente de agua viva, disponible para nosotros en cualquier momento, ya sea de día o de noche. Nunca falta, no se contamina o se congela y es siempre como el primer sorbo de la mañana, pues se renueva constantemente.

¿Te dispones al despertar, a beber del agua de vida refrescante de la copa de Dios? Él te autoriza a que comiences dando sorbos ahora mismo. ¡Buen Provecho!

Salmo 42:2
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente.

Salmos 63:1
Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.

Salmos 84:2
Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo.

Salmos 143:6
A ti extiendo mis manos; mi alma te anhela como la tierra sedienta.

Isaías 55:1
Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno.

Jeremías 10:10
Pero el SEÑOR es el Dios verdadero; El es el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su enojo tiembla la tierra, y las naciones son impotentes ante su indignación.

promesa agua07