“Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a quienes nos deben.” Mateo 6:12
Así Como Nosotros – Conocemos tan bien esta frase que en verdad no prestamos atención a sus implicaciones. Solo se desliza de nuestros labios como cuando bebemos de una manguera. Pero aquí hay algo muy importante; importante porque radica en el corazón de la justicia; importante porque es casi humanamente imposible. A menos que lo veas, ésta parte de la oración nunca te pertenecerá.
Jesús nos dice que a menos que perdonemos, no seremos perdonados (Mateo 6:14-15). Esto es muy incómodo, especialmente cuando comprendemos que el perdón no es la aceptación reticente de un mal sufrido, ni el desapego fácil de las heridas recibidas.
El perdón se trata de deudas – las verdaderas que te deben a ti – emocionales, físicas y financieras. El perdón abre los libros de contabilidad y mira directamente a las líneas de débito y crédito. Son números fríos. El perdón puede llamarse cualquier cosa menos fácil.
La frase griega es hos kai hemeis (así también nosotros) dibuja una relación directa entre la misericordia de Dios y nuestra misericordia. Aquí la implicación es que alguien debe. Debemos a Dios porque hemos abusado e ignorado y presumido de Su santidad.
Exige pago justificadamente. Le debemos la vida misma, pero rogamos por misericordia y recibimos perdón -no porque no debamos, sino porque Jesús pagó nuestra deuda. La deuda es real. La exigencia es legítima, pero la resolución es única.
Timothy Sanford sugiere una manera reveladora de aplicar este principio de gracia divina a quienes en verdad nos deben. Su sugerencia ilumina el significado de “así como nosotros.” Él dice, “Cuando perdonas, transfieres voluntariamente la deuda a las manos de Dios para que el cobre… ya no eres responsable de hacer que pague la otra persona.” “Una vez que das a Dios las deudas de tu lista, las personas que te han dañado – aunque deben rendir cuentas ante Dios – no te deben nada, ni siquiera un “lo siento.”
¡Ouch! Sanford tiene razón. Dios me perdona y sella mi cuenta como “Pagada”. Él no me trata como deudor. Él reconoce que mi deuda ha sido absorbida por Su Hijo y yo ya no debo nada. Si voy a perdonar de la misma manera, entonces debo hacer exactamente lo que sugiere Sanford. Haz tu lista de “los que me deben”, envíala a Dios para que cobre, y déjala ir… ¡completamente!.
Aquellos en mi lista ya no me deben nada, así como Dios ya no me exige pago a mí. Cuando perdonamos así, reflejamos el carácter del Creador – y ejercitamos la autoridad plena del Hijo. Entonces, dice Jesús, comprenderemos el perdón real – y Dios sonreirá sobre nosotros en gracia.
¿Llevas contigo la lista de quienes te deben? Puede tener más de una década, asuntos que no has resuelto de tu pasado. Podría ser de la semana pasada. ¿Un insulto? ¿Un “préstamo” sin pagar? Lo que sea, es hora de enviarla al cobrador. ¿Estás dispuesto a perdonar así?
DR. Skip Moen
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se k es muy dificil asptar los herrores pero . asi es la vida aveces buena aveces mala pero demasiado hermosa.y solo cuando amas de verdad eres capaz de perdonar muchas cosas..
QUE GRACIA TAN DIVINA ES SABER QUE UNO TIENE A NUESTRO PADRE QUE NOS GUIA Y SABE CUALES SON NUESTROS PROBLEMAS NECESIDADES Y TEMORES. Y AL MISMO TIEMPO SABE COMO COMUNICARSE CON NOSOTROS Y DEJARNOS SABER QUE EL ESTA COMO TODO UN EXCELENTE PADRE A NUESTRO LADO PARA GUIAR NUESTRO CAMINO POR EL BIEN.
RETOMANDO CADA UNO DE LOS COMENTARIOS, PERDONAR NO ES NADA FACIL PERO LO QUE SI ES CLARO ES QUE TODO SE LO DEBEMOS DEJAR AL SEÑOR, NO SOMOS NOSOTROS LOS QUE DEBEMOS JUZGAR HAY QUE DEJARLE TODO EN MANOS DE EL AUNQUE ESTEMOS TAN DOLIDOS POR LO QUE HEMOS VIVIDO
La ensenanza ha tocado mi corazon perdonar no es facil,más cuando has sentido que te hirieron y humillaron,pero es una decisión y al hacerla si es cierto te acuerdas de cada momento dificil pero te libera y le pido al espiritú para no recordar y me ayude por que sola no puedo hacer nada.
¡CUÁNTO NECESITAMOS LA GRACIA DEL PERDÓN MANIFESTADA EN NUESTRO CORAZÓN!
¡TENEMOS TANTA RAZÓN PARA SENTIRNOS HERIDOS, PERO ES MÁS GRANDE AÚN LA NECESIDAD QUE TENEMOS DE PERDONAR… AUNQUE NO LO VEAMOS ASÍ.