A través de nuestra propia experiencia y la que nos aportan nuestros pacientes hemos rescatado quince propuestas que pueden ayudarte a vivir tú vida con mayor plenitud.  Las compartimos contigo. Deseamos que puedan serte de utilidad.

1. Vivir el presente.  Nuestra capacidad para estar preocupados por lo que pasará (futuro) o por lo que ocurrió (pasado) es infinita.  Párate y pregúntate: ¿qué me aportan estos pensamientos? ¿Ansiedad?  ¿Tristeza?  ¿Inquietud?  ¿Miedo anticipado?  Lo único que existe en este momento, es este instante.  Centrarte en lo que ocurre aquí y ahora te aportará la posibilidad para experimentar, sentir, hacer.  En definitiva, ser protagonista de tú vida.
2. Atender tus necesidades.  Al hacerlo te estás escuchando a ti mismo, te estás cuidando.  Esto repercute de forma directa en tú relación contigo mismo y con los demás.  Tú autoestima y autoconcepto mejorarán y esto te aportará una mayor seguridad y libertad interior.

3. Separar los problemas reales de los imaginarios.  No dejes que tus pensamientos te arrastren a un mundo de fantasía cruel.  Sólo logras sufrimiento gratuito.  Focaliza el problema real en tiempo presente.  Destierra pensamientos del tipo: ¿y si me equivoco?, podría haberlo dicho o hecho de otra manera.  Sólo desde ahí podrás ver con claridad el problema y hacer aquello que dependa de ti para solucionarlo.

4. Aprender a decir no, sin sentirte culpable.  Querer agradar continuamente a todos supone un desgaste enorme.

5. Atender a una tarea a la vez.  Tu memoria y capacidad de concentración mejorarán.

6. Pensar que no eres indispensable en tú trabajo, en casa o entre tus amigos.  Eres importante para ellos, no indispensable.  Esta es una premisa que aporta una gran liberación interior.  Me libero de la dependencia con mi trabajo, con los demás.

7. Aprender a respirar.  Reducimos nuestra capacidad de respiración con nuestras tensiones diarias.  Toma conciencia de tus tensiones y de tú respiración, de esta forma podrás llevarte hacia un estado de tranquilidad y bienestar: concéntrate en la zona a relajar y aflójala, ayúdate de tú respiración.

8. Expresar tus sentimientos, ideas y valores.  Es importante poder compartir nuestros sentimientos, exteriorizarlos.  Comunicarte con asertividad te ayudará a convertir posibles problemas en oportunidades.  Evita las indirectas, las suposiciones e ironías, son caldo de cultivo de confusiones y malentendidos.

9. Convertir tu voz interna en un aliado, alguien con quien puedes contar siempre, que te habla pacientemente, con cariño, motivadora.  “La persona más influyente con la que pasarás el resto del día eres tú mismo, así que… cuidado con lo que te dices, pues puedes llegar a creerlo”.

10. Descubrir el placer de las cosas cotidianas como dormir, comer, pasear, una mirada.  En las pequeñas cosas está la esencia de la vida.  Permítete momentos de placer a diario.  Es importante que haya un equilibrio entre aquellas cosas que eliges hacer aunque no sean especialmente deseadas (ej. levantarse muy temprano, trabajar en una actividad que no es vocacional) y aquellas que tienen que ver con actividades gratificantes (ej. salir a cenar, ver una película, aprender a bailar).

11. Recordar que eres único.  Tu familia no eres tú, está junto a ti, forma parte de tu mundo, pero no es tu propia identidad.  Las personas que nos rodean tienen su propia visión del mundo, su propio mapa.  Hay tantos mapas como personas en el mundo.  Eres tú mismo quien ha de validar tu propia visión de la vida.  Esto no quiere decir que no tengamos en cuenta a los demás; podemos aprender de otros puntos de vista.  Pero esto es radicalmente diferente a imponernos las ideas de los demás para sentirnos aceptados.

12. Identificar aquello que te resulta útil en tú vida, y apartar lo que ya no te resulte funcional.  Quizás en un momento de tú vida te resultó de utilidad mantener ciertas convicciones o formas de hacer y ahora ya no tengan sentido mantenerlas.  Hay una frase que reza: “Para poder llenar una taza, esta ha de estar vacía”.  Para sumar cosas nuevas a nuestra vida, primero hemos de desprendernos de aquellas cosas que ya no tiene sentido mantener en nuestra vida.

13. Respetar tu propio ritmo.  El ritmo de vida actual puede llegar a ser vertiginoso.  Si no pones conciencia en esto, puedes imponerte un ritmo que no es el tuyo.  Permítete una lectura tranquila, disfrutar del paseo con tus hijos hacia el colegio, convierte tu desayuno en un placer.  Gestiona tu tiempo y adecúalo a tu vida.

14. Cuidar tu salud física y psíquica.  Un descanso adecuado, una dieta saludable, ejercicio físico diario… aportarán un estado anímico y energético positivo que favorecerán tu desempeño diario y equilibrio psicológico.

15. Atender aquellos asuntos vitales que están pendientes de solucionar en nosotros.  Es importante deshacer los nudos que nos atan interiormente para poder seguir nuestro camino con libertad.  Si sientes que no encuentras la manera de hacerlo, valora el pedir ayuda profesional que te facilite cerrar estos asuntos.

M. Angeles Molina
https://centropsinergia.wordpress.com/

Si bien el pensamiento de hoy tiene un enfoque más bien secular, no cabe duda que al examinarlo con detenimiento, podemos concluir sin ninguna dificultad, que se alinea con la revelación de las Sagradas Escrituras.  Si bien el lenguaje y enfoque tienden a enfocarse en el individuo—mientras que Dios nos llama a vivir en comunidad para bendecir a otros—lo cierto es que el autor refleja el sentido común que toda criatura de Dios debiese tener pero no tiene.

Meditemos en la importancia de revisar continuamente nuestra vida para asegurarnos que el enemigo de nuestras almas no nos robe la plenitud que el Señor diseñó para nosotros.  Adelante y que Dios les bendiga.

Raúl Irigoyen
El Pensamiento del Capellán