Se cuenta una fábula acerca de un joven huérfano que no tenía familia ni nadie que lo amase. Sintiéndose triste y solitario, caminaba un día por un prado cuando vio una pequeña mariposa atrapada en un arbusto espinoso.
Cuanto más pugnaba la mariposa por liberarse, más profundamente se le clavaban la espinas en su frágil cuerpo.
El muchacho liberó con cuidado a la mariposa, pero ella, en lugar de irse volando, se transformó ante sus ojos en un ángel.
El muchacho se frotó los ojos sin poder creerlo mientras el ángel decía:
– Por tu maravillosa bondad, haré lo que me pidas.
El muchachito pensó por un momento y luego dijo:
– Quiero ser feliz.
– Muy bien –le respondió el ángel y luego se inclinó hacia él, le susurró al oído y
desapareció.
Al crecer el pequeño, no hubo nadie en el país más feliz que él. Cuando la gente le pedía que les dijese el secreto de su felicidad, solamente sonreía y decía: “Escuché a un ángel cuando era niño”.
En su lecho de muerte, sus vecinos se reunieron a su alrededor y le pidieron que divulgase el secreto de su felicidad antes de morir. Finalmente, el anciano les dijo: “El ángel me dijo que cualquiera, sin importar lo seguro que pareciese, fuese joven o viejo, rico o pobre, me necesitaría”.
Con frecuencia amamos las cosas y usamos a las personas,
cuando en realidad deberíamos usar las cosas y amar a las personas.
Romanos 12:10
Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal;
con honra, daos preferencia unos a otros.
Hermosa reflexión!!!
Gracias por compartirla
Que Dios le bendiga!!!
La felicidad es sentirse bien todos los días, aunque tenga momentos difíciles debemos dar gracias a Dios que aún respiramos y podemos disfrutar el gran poder de la naturaleza, respirando ese oxígeno que salen de las plantas y árboles, disfrutar y sentir el aroma de un cafe acompañado de un buen desayuno todos los dias. Dios los bendiga.
GRACIAS DIOS MIO
Cesar