Un día, la señora Robles se encontraba en la sala de espera de su médico cuando un niño y su madre entraron al consultorio, el niño llamó la atención de la señora Robles porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendió al ver qué poco parecía importarle la pérdida de un ojo, y lo observó mientras seguía a su madre a la silla más cercana.
Aquel día el consultorio del médico estaba lleno, así que la señora Robles tuvo la oportunidad de conversar con la madre del niño mientras él jugaba con sus soldados.
Al principio, el niño se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre el brazo de la silla, luego se trasladó silenciosamente al piso, lanzando una mirada a su madre. En algún momento la señora Robles tuvo ocasión de preguntarle al niño qué le había sucedido en el ojo. El niño consideró la pregunta durante largo rato y luego, levantando el parche, replicó,:
“No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata!” Después regreso a su juego.
La señora Robles se encontraba allí porque en un accidente automovilístico había perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel día era para determinar si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una prótesis.
La pérdida había sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente, se sentía como una inválida; racionalmente sabía que esta pérdida no interfería con su vida, pero emocionalmente no podía superar este obstáculo. Su médico le había sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su situación, y ella lo había intentado, pero no podía imaginarse de una manera perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veía como una inválida.
Ahora, la palabra “Pirata” cambio su vida. De inmediato se sintió transportada, se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata, estaba de pie con las piernas separadas y una de ellas era una pata de palo, sus manos estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos, y sonreía frente a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un rocío helado barría la balaustraba de cubierta mientras grandes olas se rompían contra el barco. El navío se mecía y gemía bajo la fuerza de la tormenta. Pero ella permanecía firme orgullosa, impertérrita. En aquel momento, esta imagen sustituyó a la de la inválida y recobró su valor. Miró al niño, ocupado con sus soldados.
Pocos minutos más tarde la llamó la enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el niño advirtió su amputación. “Oiga, señora, ¿qué le pasó a su pierna?” La madre del niño estaba mortificada. La señora Robles contempló por un momento su pierna más corta. Luego respondió con una sonrisa: “Nada. Yo también soy pirata”
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
“¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?” (Romanos 9:20).
hola que bella reflexion hace que uno vea a nuestro señor en todo y que los problemas se solucionan mas rapido yo solo le pido a dios que le siga dando fuerzas a mi hija que esta estudiando pediatria para que su problema que se le presenta cada ves que tiene exposicion de clases con una de sus jefas la entienda que hacen el esfuerzo por aprender y que posteriormente serviran a la sociedad en este caso a los niños, que esta persona les tenga paciencia y les enseñe lo mas necesario que se pueda y no las reprenda feo,yo tengo fe en nuestro señor y se que este problema mi hija lo vencera porque jesus por medio de esos niños tan maravillosos que llegan al hospital donde mi hija hace su residencia la llenaran de luz que brilla cada vez que ella se sienta perdida asi como lo hizo este niño con la señora la lleno de animos, gracias señor por ser tan maravilloso, amen
la mayoria de las ocaciones, cuando tenemos un problema nos ocupa mas el solucionarlo a nuestra manera. pero dios
es tan marabilloso.que nos manda señales que nosotros debemos desifrar, y darnos cuenta que a pesar del sufrimiento ay una forma de superar (solucionar) nuestra forma de vida sin herir a los demas
bonita refleccion, agradesco de antemano si alguin me manda reflecciones, sobre una persona terca
Gracias Dios, por que cuando siento que el mundo es mas grande que mi fe, encuentro un punto en que sujetarme que me enseña a verte mucho mas grande que las adversidades y es cuando comprendo que a tu lado soy mas que vencedora y que los problemas no son nada en tus manos.
Gracias Renuevo de Plenitud, por existir y por permitir que me nutra de sus reflexiones, Dios los continue bendiciendo.